Entretenimiento
Aterciopelados y Macaco cierran festival internacional con discurso pacifista
La líder de Aterciopeldos ha puesto en práctica todos sus recursos para renegar de la violencia que sacude a su país
Aterciopelados y los españoles Macaco pusieron banda sonora a una deslumbrante clausura del festival internacional La Mar de Músicas de la localidad española de Cartagena (sureste), con un discurso hipervitalista, ecologista y pacifista.
Andrea Echeverri, líder de Aterciopeldos, ha puesto en práctica con una pasmosa sinceridad todos sus recursos para renegar de la violencia que sacude a su "rejodido" país, según sus palabras, y pedir la reconexión con la tierra, con la "pacha mama".
Una nación llena de "paramilitares, de parapolíticos y de paranormalidad", según Echeverri, a la que este año se dedica el festival que hoy termina, que ha dado la bienvenida a Italia, el próximo país invitado, con un castillo de fuegos artificiales al ritmo de Rafaella Carrá y del célebre "Azzuro".
"¡Que los violentos se vayan de ese país precioso y nos lo devuelvan a los colombianos de corazón hermoso!", decía Echeverri al abrir la noche llamada "Tres continentes", dado que estaban presentes grupos de África, Europa y América.
Ateciopelados cantan con desbordante energía y hasta con señales de tráfico al amor, la paz, la naturaleza y el amor, se hermanan en sus letras con los árboles, reniegan de las banderas ("Mi bandera no es de Colombia, es de este planeta") y apuestan vehementemente por la energía que reivindican de su público.
Ha sido un lujo poder disfrutarlos durante hora y media, después de que en 2001 fueran teloneros por espacio de apenas treinta minutos, en este mismo escenario, de Julieta Venegas y Amaral, y poder escuchar una cuidada selección de canciones de su disco más señero, "Gozo poderoso", y de sus dos últimos álbumes, "Río" y "Oye".
De sus letras puede saberse que "90-60-90 suman 240, cifras que no hay que tener en cuenta", por lo que "abusa de él, hazte valer"; que "en vez de combates, prefiero chocolates", que "en vez de muerte, prefiero suerte", y que "mi bandera no es de Colombia, sino de este planeta".
Antes de regalar junto a toda su banda artesanías colombianas al público al despedirse, Echeverri recordó que su "Canción protesta" fue elegida por Amnistía Internacional para conmemorar el sexagésimo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas.
Macaco tomó el relevo a Aterciopelados con un ambiente suficientemente enérgico como para no defraudar, con el público puesto en pie apenas esbozar los primeros compases.
El grupo de Dani "mono loco" ha mejorado y aprendido mucho desde la última vez que pasó por aquí, y hace ahora sus directos mucho más medidos y estudiados, lo que le despoja de parte de su antigua espontaneidad, que entonces lo llevaba a bajar al foso con los tambores, pero le otorga hoy mayor credibilidad.
Dedicó algunas de sus canciones al recientemente desaparecido premio Nobel de literatura José Saramago, al pueblo saharaui y a los discapacitados psíquicos.
CARTAGENA, ESPAÑA (25/JUL/2010).- Los colombianos
Andrea Echeverri, líder de Aterciopeldos, ha puesto en práctica con una pasmosa sinceridad todos sus recursos para renegar de la violencia que sacude a su "rejodido" país, según sus palabras, y pedir la reconexión con la tierra, con la "pacha mama".
Una nación llena de "paramilitares, de parapolíticos y de paranormalidad", según Echeverri, a la que este año se dedica el festival que hoy termina, que ha dado la bienvenida a Italia, el próximo país invitado, con un castillo de fuegos artificiales al ritmo de Rafaella Carrá y del célebre "Azzuro".
"¡Que los violentos se vayan de ese país precioso y nos lo devuelvan a los colombianos de corazón hermoso!", decía Echeverri al abrir la noche llamada "Tres continentes", dado que estaban presentes grupos de África, Europa y América.
Ateciopelados cantan con desbordante energía y hasta con señales de tráfico al amor, la paz, la naturaleza y el amor, se hermanan en sus letras con los árboles, reniegan de las banderas ("Mi bandera no es de Colombia, es de este planeta") y apuestan vehementemente por la energía que reivindican de su público.
Ha sido un lujo poder disfrutarlos durante hora y media, después de que en 2001 fueran teloneros por espacio de apenas treinta minutos, en este mismo escenario, de Julieta Venegas y Amaral, y poder escuchar una cuidada selección de canciones de su disco más señero, "Gozo poderoso", y de sus dos últimos álbumes, "Río" y "Oye".
De sus letras puede saberse que "90-60-90 suman 240, cifras que no hay que tener en cuenta", por lo que "abusa de él, hazte valer"; que "en vez de combates, prefiero chocolates", que "en vez de muerte, prefiero suerte", y que "mi bandera no es de Colombia, sino de este planeta".
Antes de regalar junto a toda su banda artesanías colombianas al público al despedirse, Echeverri recordó que su "Canción protesta" fue elegida por Amnistía Internacional para conmemorar el sexagésimo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas.
Macaco tomó el relevo a Aterciopelados con un ambiente suficientemente enérgico como para no defraudar, con el público puesto en pie apenas esbozar los primeros compases.
El grupo de Dani "mono loco" ha mejorado y aprendido mucho desde la última vez que pasó por aquí, y hace ahora sus directos mucho más medidos y estudiados, lo que le despoja de parte de su antigua espontaneidad, que entonces lo llevaba a bajar al foso con los tambores, pero le otorga hoy mayor credibilidad.
Dedicó algunas de sus canciones al recientemente desaparecido premio Nobel de literatura José Saramago, al pueblo saharaui y a los discapacitados psíquicos.
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