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Arturo Ripstein, transgresor profesional

El cineasta fue reconocido por su medio siglo de trayectoria con la Medalla Bellas Artes 2013

GUADALAJARA, JALISCO (26/FEB/2014) .- No es noticia que sea premiado. No es nuevo que reconozcan su genio con la Medalla Bellas Artes. Ser noticia es algo usual en la vida de Arturo Ripstein es uno de esos genios que solamente se pueden forjar en el cine mexicano. Luchón, con un genio especial, capaz de levantar proyectos con migajas y amante de la polémica. Realizador chapado a la antigua, que vio sus primeras luces profesionales en la silla de director allá por la década de los años sesenta del Siglo pasado; pero que se mantiene vigente y fresco a los ojos de los cinéfilos.

Uno de los primeros rodajes que observó el realizador fue Nazarín (1958), cinta de Luis Buñuel, con quien forjó una relación de “maestro-alumno” que perduraría hasta la muerte del legendario director español, en 1983.

De mirada viva y con un genio explosivo durante los rodajes, Ripstein es uno de los últimos locos del cine mexicano. Y está loco porque muchas veces opta por el camino difícil cuando se trata de que la historia sea tal cual como él la quiere contar. En su equipo de trabajo han figurado nombres como los de Carlos Fuentes, Alex Phillips y Carlos Savage.

Ahora es común escuchar que tal o cual director mexicano triunfa en el extranjero. Pero en la década de los años setenta y ochenta, esto era un suceso extraño. Y uno de los pocos realizadores aztecas que lograrno salir del entorno doméstico fue Ripstein, quien de hecho, se convirtió en una sensación en España y Francia, donde su carácter desparpajado y estilo explosivo de dirigir lo convirtieron en un director de culto.

A Letras Libres le declaró que para contar sus historias, piensa en darle peso a los personajes, más que a las situaciones. “Me gustan los sobrevivientes. Los personajes marginales. Las situaciones y las escenas donde mis criaturas están al final de sus fuerzas. Y siguen y siguen y siguen”.

Es enemigo declarado de la influencia norteamericana en el cine. De hecho, piensa que es el gran cáncer de la industria. Eso sí, acepta que decir que existe una industria cinematográfica nacional es un “piropo” en el caso de México. “Más allá de la rigurosa geografía, no creo que Latinoamérica exista como concepto cinematográfico. Es muy difícil decir que entre todos los países conformamos un cine con un determinado parámetro o un sentido en común de las cosa. Cada vez más, las películas se parecen al modelo hegemónico”.

Este tipo de declaraciones le ganaron la etiqueta de incendiario. Pero Ripstein nada más se ríe ante el calificativo. Cumple su papel de ser un transgresor, sin perder el encanto.

Amado y odiado por los festivales

Arturo Ripstein es un infaltable dentro del circuito festivalero cinematográfico iberoamericano. Pero cuidado, porque una vez presente, no hay garantía de que el realizador sea un invitado cómodo. Y si no, que le pregunten al comité organizador del festival de San Sebastián, uno de los más prestigiados (si no es el que más) de toda España.

En octubre de 2011, Ripstein se presentó con la película Las razones del corazón en el certamen ibérico. Pero como no ganó el premio por su obra en blanco y negro, explotó, y llamó “subnormales” a los miembros del jurado de San Sebastián, especialmente a la actriz Francis McDormand, además de considerar que el festival había pasado de ser “serio” a “subnormal”.

Pero un mes después, ya con el coraje mejor asimilado, el director mexicano señaló que quizás se había pasado “un poco” con sus declaraciones. “En mi carrera he tenido la fortuna de haber ganado muchos premios y la desdicha de haber perdido galardones muchísimas más veces. La profunda emoción del triunfo no se compara ni poco con la agonía de la derrota”.

No es la primera vez (y nada permite adivinar que será la última) que la pasión le gana Ripstein. Pero es imposible pedir que sea de otra forma. La polémica le gusta, y resulta imposible pedirle al genio de la lente que enfríe sus emociones. Él no es así. Lo suyo, es ser noticia, por las buenas..o por las malas.

Forjado en un cine lleno de limitantes y que se mueve entre la crítica más feroz, Ripstein es un guerrero nato.

EL DIRECTOR TIENE QUIEN LO PREMIE

Honrado, una vez más

El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) reconoció la noche del lunes con la Medalla Bellas Artes 2013 la trayectoria de 50 años de Arturo Ripstein, en una ceremonia en la que anunció además apoyos al cine mexicano por más de mil 400 millones de pesos.

Con su medio siglo de labor, Ripstein se convirtió en la estrella de la velada celebrada en el Palacio de Bellas Artes de la capital del país, donde habló además, “el cine que a mí me gusta, el que me alude, el que me justifica, con un poco de más de 100 años de edad, solo un puñado de películas son arte, el pobre cine suele ser una artesanía de segunda. La noción de cultura casi ni la ros””.

El realizador anotó que en este momento hay dos tipo de cine, aquel que se hace pensando con el corazón, con las tripas y los ojos, y el otro que se hace pensando con la cartera. “Antes no era así, había películas y punto, el arte lo incluían a veces, el gran talento de los que filmaban y el arte es peligroso y este cine que hoy defiendo, tiene cada vez menos opciones de sobrevivir. Hay nuevos formatos y plataformas que ayudan mucho, no obstante, su existencia es cada vez más tenue y eso es grave”.

Ripstein lamentó que a 120 años de su existencia, el cine mexicano no ha logrado vencer la mirada condescendiente y despectiva de los mexicanos y afirmó que para muchos, se trata de un entretenimiento y no de un arte.

Cabe señalar que durante la ceremonia, realizada en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, Rafael Tovar y de Teresa, titular del Conaculta, dio a conocer que para este 2014 se contará con 200 millones de pesos adicionales a los 500 que se tuvieron en 2013 en el renglón de estímulos fiscales al cine. El funcionario agregó que 50 millones se dedicarán al apoyo a la distribución del cine mexicano dentro del país, para lograr una mayor circulación de las producciones nacionales.

Para ver

Filmografía selecta


Tiempo de morir (1966)

El castillo de la pureza (1973)

Lecumberri (documental 1977)

El lugar sin límites (1977)

Cadena perpetua (1978)

El imperio de la fortuna (1986)

Profundo Carmesí (1996)

El evangelio de las maravillas (1998)

El coronel no tiene quien le escriba (1999)

El carnaval de Sodoma (2006)

Las razones del corazón (2011)

"Para hablar de mí, el adjetivo 'irascible' es el frecuente. Y es cierto,soy pasional"  Arturo Ripstein, cineasta
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