Entretenimiento
Arturo Ripstein apoya el cine latino
El cineasta participa como jurado en la tercera edición del Festival Cines del Sur en la ciudad española
MÉXICO.- El director de cine mexicano Arturo Ripstein opina que la industria cinematográfica estadounidense “ha logrado meter en la cabeza del público la noción de que hace las mejores películas posibles, y también las únicas”, algo que, dice, está “lejísimos de la realidad”.
Ripstein forma parte del jurado de la sección oficial de la tercera edición del Festival Cines del Sur, que se celebra estos días en la ciudad española de Granada.
En su visita el cineasta mexicano ironizó sobre este fenómeno, que en su juventud se denominaba “penetración cultural”, y que es conocido en la actualidad como “libre mercado”.
Ripstein, uno de los directores más reconocidos de América Latina, considera que la “presión y la mercadotecnia” que aplica el cine de Estados Unidos sobre los espectadores, ha conseguido que los aficionados al Séptimo Arte “crean que no hay otras cintas” además de las procedentes de Hollywood.
Para el director, esa presión llega incluso a que las productoras dediquen más recursos a la publicidad de la películas que a sus rodajes. “Los espectadores tienen la obligación, si quieren ser público verdadero y no sólo comensales pasivos, de saber qué es lo que tienen delante y saber a quién creer”.
Industria “express”
El cineasta criticó también a los jóvenes realizadores “improvisados” que con sus películas “intentan hacer Hollywood” y buscan “el triunfo, la gloria y el éxito instantáneos”. “Lo instantáneo es la característica básica de nuestros días”.
Reprendió además a las distribuidoras cinematográficas, a las que “lo único que les importa es el lucro” y que tienen a su juicio “planteamientos muy precisos sobre lo que se exhibe, por qué y cómo”.
Ripstein, que rodó su primera película, Tiempo de morir, en 1965, explicó que la diferencia entre sus inicios cinematográficos y los momentos que atraviesa actualmente la industria es que “antes era complicadísimo hacer una película mientras que ahora todo es infinitamente más fácil”.
Acerca del cine que se desarrolla en nuestro país, Ripstein censuró el papel del sindicalismo latinoamericano, que “ha dado al traste” con “muchos” proyectos cinematográficos. “Más que beneficiarte te perjudicaba”, añadió al respecto, y aunque precisó que aunque “ahora la industria se ha deshecho suavemente de esta presión sindical, ésta aún sigue existiendo y es un obstáculo”.
En cuanto a los festivales de producciones independientes y de países cuya cinematografía es casi desconocida en España como Cines del Sur, señaló que “no es verdad” que los espectadores con un mayor “pensamiento crítico” sean mayoritarios en estos encuentros, en los que “la improvisación es frecuente”.
También destacó la existencia de un género denominado “cine de festival”, compuesto por películas que “no tienen más salida que ésa”.
Ripstein forma parte del jurado de la sección oficial de la tercera edición del Festival Cines del Sur, que se celebra estos días en la ciudad española de Granada.
En su visita el cineasta mexicano ironizó sobre este fenómeno, que en su juventud se denominaba “penetración cultural”, y que es conocido en la actualidad como “libre mercado”.
Ripstein, uno de los directores más reconocidos de América Latina, considera que la “presión y la mercadotecnia” que aplica el cine de Estados Unidos sobre los espectadores, ha conseguido que los aficionados al Séptimo Arte “crean que no hay otras cintas” además de las procedentes de Hollywood.
Para el director, esa presión llega incluso a que las productoras dediquen más recursos a la publicidad de la películas que a sus rodajes. “Los espectadores tienen la obligación, si quieren ser público verdadero y no sólo comensales pasivos, de saber qué es lo que tienen delante y saber a quién creer”.
Industria “express”
El cineasta criticó también a los jóvenes realizadores “improvisados” que con sus películas “intentan hacer Hollywood” y buscan “el triunfo, la gloria y el éxito instantáneos”. “Lo instantáneo es la característica básica de nuestros días”.
Reprendió además a las distribuidoras cinematográficas, a las que “lo único que les importa es el lucro” y que tienen a su juicio “planteamientos muy precisos sobre lo que se exhibe, por qué y cómo”.
Ripstein, que rodó su primera película, Tiempo de morir, en 1965, explicó que la diferencia entre sus inicios cinematográficos y los momentos que atraviesa actualmente la industria es que “antes era complicadísimo hacer una película mientras que ahora todo es infinitamente más fácil”.
Acerca del cine que se desarrolla en nuestro país, Ripstein censuró el papel del sindicalismo latinoamericano, que “ha dado al traste” con “muchos” proyectos cinematográficos. “Más que beneficiarte te perjudicaba”, añadió al respecto, y aunque precisó que aunque “ahora la industria se ha deshecho suavemente de esta presión sindical, ésta aún sigue existiendo y es un obstáculo”.
En cuanto a los festivales de producciones independientes y de países cuya cinematografía es casi desconocida en España como Cines del Sur, señaló que “no es verdad” que los espectadores con un mayor “pensamiento crítico” sean mayoritarios en estos encuentros, en los que “la improvisación es frecuente”.
También destacó la existencia de un género denominado “cine de festival”, compuesto por películas que “no tienen más salida que ésa”.
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