Entretenimiento
Arctic Monkeys demuestra poderío en Guadalajara
Siete mil 200 personas se reunieron en el Foro Alterno para disfrutar de la banda inglesa
GUADALAJARA, JALISCO.- Era de esperarse. En el ambiente del Foro Alterno se respiraba una expectativa muy grande por ver a la banda inglesa Arctic Monkeys cerrar su gira mundial en Guadalajara, donde siete mil 200 personas se reunieron para despedir el álbum Humbug.
Tras la experiencia del miércoles pasado en la Ciudad de México, donde reinó el caos durante la pequeña gira mexicana que realizó Alex Turner y compañía, en la fecha de Guadalajara parecía que el control que se percibía era frágil; eran las 21:00 horas, tiempo anunciado para que comenzara el show y apenas habían ingresado cerca de 400 personas, mientras afuera miles de jóvenes esperaban desesperados poder cruzar la malla ciclónica.
En cuestión de minutos, bajo las carpas del Foro Alterno ya había un público nutrido que recibió a la banda telonera de San Francisco Sleepy Sun, la cual, con su rock blues recordó las largas jornadas “woodstonianas” de finales de los sesenta. Cuarenta y cinco minutos bastaron para que la gente comenzara a corear “Arctic Monkeys”.
Fue hasta las 22:15 horas, cuando el escenario lucía listo para recibir a cuatro monos que en tan poco tiempo han logrado darle otra cara a la música de Inglaterra, dejando atrás el brit pop de los noventa.
En 17 canciones Arctic Monkeys despachó a la fanaticada tapatía, conformada principalmente por adolescentes y jóvenes que no rebasan los 30 años de edad.
Cada canción parecía un hit; el público la coreaba, incluso sobrepasando el volumen de voz de Alex Turner, guitarrista y vocalista de la banda, dejando que el público fuera el que llevara la voz cantante.
Abrieron con Dance little liar, siguieron con Brainstorm, pasaron por Still take you home, rindieron homenaje a Nick Cave con un cover de Red right hand, para llegar a casi la mitad del concierto y soltar My propeller y Crying lightning, dos últimos sencillos de Humbug, su tercer álbum en estudio.
Alex Turner preguntó a sus seguidores cómo iba la noche. La respuesta fue un ensordecedor grito de guerra, que daba luz verde a que la contienda continuara. “Estamos muy contentos de poder tocar ante ustedes, Guadalajara. Es el cierre de la gira. Es nuestro último show. Gracias”, agregó.
Y cómo no iban a estar contentos, seguramente la calidez del público mexicano emociona a cualquier artista, se trate de quien se trate.
Ante esto, el equipo de producción de Arctic Monkeys no supo cómo compensar la recepción de sus seguidores mexicanos y optó por no dejar ingresar cámaras fotográficas tanto al público como a medios impresos y televisión.
Tras la experiencia del miércoles pasado en la Ciudad de México, donde reinó el caos durante la pequeña gira mexicana que realizó Alex Turner y compañía, en la fecha de Guadalajara parecía que el control que se percibía era frágil; eran las 21:00 horas, tiempo anunciado para que comenzara el show y apenas habían ingresado cerca de 400 personas, mientras afuera miles de jóvenes esperaban desesperados poder cruzar la malla ciclónica.
En cuestión de minutos, bajo las carpas del Foro Alterno ya había un público nutrido que recibió a la banda telonera de San Francisco Sleepy Sun, la cual, con su rock blues recordó las largas jornadas “woodstonianas” de finales de los sesenta. Cuarenta y cinco minutos bastaron para que la gente comenzara a corear “Arctic Monkeys”.
Fue hasta las 22:15 horas, cuando el escenario lucía listo para recibir a cuatro monos que en tan poco tiempo han logrado darle otra cara a la música de Inglaterra, dejando atrás el brit pop de los noventa.
En 17 canciones Arctic Monkeys despachó a la fanaticada tapatía, conformada principalmente por adolescentes y jóvenes que no rebasan los 30 años de edad.
Cada canción parecía un hit; el público la coreaba, incluso sobrepasando el volumen de voz de Alex Turner, guitarrista y vocalista de la banda, dejando que el público fuera el que llevara la voz cantante.
Abrieron con Dance little liar, siguieron con Brainstorm, pasaron por Still take you home, rindieron homenaje a Nick Cave con un cover de Red right hand, para llegar a casi la mitad del concierto y soltar My propeller y Crying lightning, dos últimos sencillos de Humbug, su tercer álbum en estudio.
Alex Turner preguntó a sus seguidores cómo iba la noche. La respuesta fue un ensordecedor grito de guerra, que daba luz verde a que la contienda continuara. “Estamos muy contentos de poder tocar ante ustedes, Guadalajara. Es el cierre de la gira. Es nuestro último show. Gracias”, agregó.
Y cómo no iban a estar contentos, seguramente la calidez del público mexicano emociona a cualquier artista, se trate de quien se trate.
Ante esto, el equipo de producción de Arctic Monkeys no supo cómo compensar la recepción de sus seguidores mexicanos y optó por no dejar ingresar cámaras fotográficas tanto al público como a medios impresos y televisión.
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