Entretenimiento
Apreciación del Arte
Los museos permiten saber la historia y cultura de un lugar
Museos donde sea y de lo que sea
En una ciudad, la cantidad y calidad de sus museos sirve como parámetro para medir la calidad de vida de sus habitantes. Estos lugares son, al lado de las bibliotecas, fuentes de aprendizaje y en la medida que son visitados por niños, jóvenes y adultos, hay más posibilidades de elevar el nivel educativo de esa sociedad. La muestra está en que la cantidad de museos y bibliotecas en una comunidad es proporcional a su nivel de lectura y de escolaridad.
Para conocer a las sociedades
Visitar otras ciudades nos abre la posibilidad de conocer lo que en nuestro sitio de origen no podemos encontrar. Cada lugar cuenta con su historia, su cultura y sus tradiciones, y por eso los recintos museísticos nos abren la posibilidad de conocer más de cerca a la ciudad, pueblo o país que recorremos. Por eso, visitar nuestros museos nos ayuda también a conocernos mejor como sociedad. Ir, por ejemplo, al Museo Regional de Guadalajara, nos hace comprender en parte cómo somos los tapatíos y por qué. Cuestión de ser observadores.
Para beneficio económico
En ocasiones, estos recintos son capaces de generar derrama económica. El turismo fluye en los museos y hay casos en los que éstos son capaces de transformar su entorno. Un caso sonado es el del Museo Guggenheim que, en todas sus sedes, eleva la plusvalía de la zona donde se coloca y las comunidades donde se colocan resultan favorecidas. Obviamente, aquellos recintos como los museos de Louvre, en París; Reina Sofía, en Madrid; o el de Antopología e Historia, de la Ciudad de México, son lugares obligados para quienes quieren ver en vivo piezas que sirven como referencias culturales ante el mundo y por eso son capaces de generar turismo.
En todas partes
Para contar con un museo, hace falta una colección, un tema, y éste puede ser cualquiera prácticamente, sobre todo si sirve como referente cultural. En la zona agavera hay museos relacionados con el tequila, en los Altos de Jalisco con el tema religioso, en Tecalitlán hay uno dedicado al mariachi y así, existen los dedicados a los timbres postales, las monedas, los ejércitos, la energía eléctrica o incluso dedicados a personajes de la historia y la cultura. En todos los casos, éstos son lugares obligados para visitar y cuentan con elementos estéticos de los que aprendemos. Cuantos más vemos, más podemos enriquecer nuestra educación visual, estética y siempre alimentamos nuestros criterios. Eso ayuda a comprendernos mejor y elevar nuestro nivel de vida. Se acerca un ciclo vacacional en el que podemos acercarnos a los museos a donde quiera que vayamos o si nos quedamos.
En una ciudad, la cantidad y calidad de sus museos sirve como parámetro para medir la calidad de vida de sus habitantes. Estos lugares son, al lado de las bibliotecas, fuentes de aprendizaje y en la medida que son visitados por niños, jóvenes y adultos, hay más posibilidades de elevar el nivel educativo de esa sociedad. La muestra está en que la cantidad de museos y bibliotecas en una comunidad es proporcional a su nivel de lectura y de escolaridad.
Para conocer a las sociedades
Visitar otras ciudades nos abre la posibilidad de conocer lo que en nuestro sitio de origen no podemos encontrar. Cada lugar cuenta con su historia, su cultura y sus tradiciones, y por eso los recintos museísticos nos abren la posibilidad de conocer más de cerca a la ciudad, pueblo o país que recorremos. Por eso, visitar nuestros museos nos ayuda también a conocernos mejor como sociedad. Ir, por ejemplo, al Museo Regional de Guadalajara, nos hace comprender en parte cómo somos los tapatíos y por qué. Cuestión de ser observadores.
Para beneficio económico
En ocasiones, estos recintos son capaces de generar derrama económica. El turismo fluye en los museos y hay casos en los que éstos son capaces de transformar su entorno. Un caso sonado es el del Museo Guggenheim que, en todas sus sedes, eleva la plusvalía de la zona donde se coloca y las comunidades donde se colocan resultan favorecidas. Obviamente, aquellos recintos como los museos de Louvre, en París; Reina Sofía, en Madrid; o el de Antopología e Historia, de la Ciudad de México, son lugares obligados para quienes quieren ver en vivo piezas que sirven como referencias culturales ante el mundo y por eso son capaces de generar turismo.
En todas partes
Para contar con un museo, hace falta una colección, un tema, y éste puede ser cualquiera prácticamente, sobre todo si sirve como referente cultural. En la zona agavera hay museos relacionados con el tequila, en los Altos de Jalisco con el tema religioso, en Tecalitlán hay uno dedicado al mariachi y así, existen los dedicados a los timbres postales, las monedas, los ejércitos, la energía eléctrica o incluso dedicados a personajes de la historia y la cultura. En todos los casos, éstos son lugares obligados para visitar y cuentan con elementos estéticos de los que aprendemos. Cuantos más vemos, más podemos enriquecer nuestra educación visual, estética y siempre alimentamos nuestros criterios. Eso ayuda a comprendernos mejor y elevar nuestro nivel de vida. Se acerca un ciclo vacacional en el que podemos acercarnos a los museos a donde quiera que vayamos o si nos quedamos.
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