Entretenimiento

Anette Cuburu no quiso entrar al lavadero

Confiesa haber rechazado hacer muchos programas de chismes

CIUDAD DE MÉXICO.- “Si desde muy chica me he roto el alma para estar en la televisión, es para que la gente me quiera. Nunca haría un programa para que la gente me odie, mejor me quedo en mi casa echando la flojera. Muchas veces me propusieron entrar a programas muy fuertes de chismes y nunca acepté”, dice Anette Cuburu, actual conductora del programa matutino Hoy, por canal 2.

Aunque es esposa de Alejandro Benítez, director de Comercialización Artística de la empresa donde trabaja, Cuburu dejó Televisa cuando ambos ya eran novios y tuvo que hacer méritos en la tienda de enfrente, en el Ajusco.

A sabiendas de esos antecedentes, le preguntamos en broma: ¿Estás de acuerdo con Arquímedes en aquello de dadme una palanca y moveré al mundo? Ella responde entre risas: “¡Ojalá! Mucha gente comenta y dice eso, pero conmigo no fue así. De lo contrario, no hubiera sufrido tanto para hacer lo que más me gusta profesionalmente en la vida, la conducción. Hay hijos de gente famosa a los que han puesto por palancas y la gente no los acepta, porque no tienen talento. En el 5, 4, 3, 2… no hay palanca que te ayude”, dice la rubia.

El secreto del éxito

Anette acepta que el clima desértico genera personas trabajadoras, pero cree que la educación familiar es un factor más importante para crear buenos hábitos. También se apoya en libros de superación personal como El secreto: “Funciona si crees en eso y lo pones en práctica, igual que las dietas. Después de leerlo, decreté por años que quería estar con estos compañeros, en este horario y en esta empresa”, asegura.

Confirma Anette Cuburu que le gustaría hacer en México un programa similar al que tiene Oprah Winfrey en Estados Unidos. Señala que la mejor preparación para alcanzar esa meta “es estar a diario en un programa en vivo”. También le gusta leer biografías y su revista favorita es Vanity Fair.

¿Qué se siente ser comadre de Roberto Slim?, le preguntamos. Ríe y contesta: “No se siente nada. Es el mejor amigo de mi esposo y le tengo un gran aprecio desde hace muchos años”.

Anhela tener un segundo hijo y, después de ese acontecimiento, no descarta ponerse en manos de un buen cirujano plástico. “El problema es que soy bien miedosa”, afirma.

Debut de grandes ligas

Nació por accidente en San Diego y vivió su infancia y adolescencia en “la antesala del infierno”, tal como ella misma denomina a la calurosa ciudad de Mexicali. Su primer apellido, Cuburu, es de origen vasco y, el segundo, Bidault, francés.

A los 15 años se vino a México para estudiar en el Centro de Educación Artística de Televisa, donde tomó clases con figuras como Hugo Argüelles, Fernando Torre Laphan y Rafael López Miarnau. Cuando tenía 19, un día la vio José Solé y le dijo: “Tú eres Desdémona”; y sí, realizó ese papel en Otelo durante un año, con teatro lleno, al lado de Mario Iván Martínez y Salvador Sánchez.

En 1996 ganó el concurso Valores Juveniles con el grupo Éxtasis, pero no trascendió en el terreno musical. Luego de hacer pequeños papeles en programas unitarios, se va a TV Azteca para trabajar en el programa de concurso La venta increíble. Levantó el vuelo en el programa Con sello de mujer y en el noticiero A.M., que la obligaba a levantarse a las tres y media de la mañana.

Su boda en 2004 (para 800 invitados) fue como un llamado para actores de ambas televisoras y un buen número de colados. Se alejó de la pantalla chica para tener a su hija, y como en TV Azteca no le concretaban ningún proyecto, aceptó la invitación para unirse a las filas del programa Hoy.

Mientras estuvo embarazada, tomó clases de cocina y dice que no lo hace nada mal, aunque sólo en ocasiones especiales. Algunas de sus especialidades culinarias son el soufflé de chicharrón, la sopa de queso con uvas y el pavo en mantequilla y vino blanco.

Uno de los recuerdos más antiguos de Cuburu como espectadora es viendo a su padre actuar en el musical El hombre de La Mancha. Una de sus asignaturas pendientes es grabar un disco, pues no se concretó ese anhelo cuando formaba parte del grupo Éxtasis, ganador en 1996 del concurso Valores Juveniles. Ese mismo año trabajó en Godspell, bajo la dirección de Memo Méndez.
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