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Andrés Calamaro, un “salmón” argentino

El músico llega por primera vez a Guadalajara para complacer a sus seguidores que lo han esperado desde la distancia

Andrés Calamaro, un “salmón” argentino
GUADALAJARA, JALISCO.- El lograr nadar contra la fuerza de los ríos, en dirección contraria a la que se mueve según tendencias el mundo, es una característica propia de dos especies: Los salmones y los artistas.

A dichos grupos pertenece el músico argentino Andrés Calamaro quien se ha convertido juntó con  Fito Páez, Charly García y Gustavo Cerati  en uno de los iconos de la música argentina que han roto paradigmas sonoros llegando a audiencias a nivel mundial, desde la década de los ochenta.

Ahora con más de 10 discos bajo el brazo, múltiples agrupaciones como Los Abuelos de la nada y Los Rodríguez, así como periodos de silencio y una carrera recorrida entre Madrid y Buenos Aires, es que Calamaro pisa al fin tierras mexicanas, un encuentro que sorprende al artista ya que pensaba que “no tenía suficiente público en México”.

“Pase temporadas sin cantar, era un títere de mi propio destino sensible... o quizás estaba esperando una invitación o una oferta que nunca llegaba. Lo cierto es que nunca fui un músico peregrino, de esos que viajan por el mero gusto de viajar para tocar en cualquier parte. Siempre me sentí cómodo en la comodidad misma. Asimismo, suponía que no tenía público suficiente en México. En la década anterior, el siglo pasado, y tocando junto con Los Rodríguez, nos inclinábamos por tocar en España y terminar la temporada en Argentina. Éramos territoriales.
Confieso que no suponía, yo, que existía un verdadero interés por mi rock en México”, expresó Calamaro en un ejercicio de sinceridad común en él.

Es así que mañana por la noche en el Teatro Diana los tapatíos podrán escuchar a un Calamaro “roquero y renovado, que desea brindarse entero y ofrecer un instante de emoción para todos”.

Todo esto basado en su reciente producción La lengua popular, aunque con la posibilidad latente de que en el recital se cuelen algunos temas de antaño, que irán desde su etapa con Los Rodríguez, hasta sus trabajos en solitario como Alta suciedad, Honestidad brutal y El palacio de las flores.

Nuevas corrientes
Renovado e igualmente amado u odiado por sus fanáticos es que el músico se embarca a sus  47 años en nuevas aventuras, una de ellas se encuentra en una antología de seis discos con 18 tracks cada uno  que incluirá temas inéditos y grabaciones perdidas de los últimos 10 años. “Va ser brutal” expresó el músico quien no piensa por el momento en transportar sus letras a papel y tinta a modo de memorias, sino conservar sus vivencias en notas. “Creo que mis olvidos son más interesantes que mis recuerdos. En los últimos años tuve un crack personal, luego viví sin bienes y ahora recupere la confianza y el deseo de cantar en directo. Pase pruebas como el salmón que tiene tantos obstáculos en el camino que no necesita plantearse contra qué corriente esta nadando, ya que siempre hay alguna corriente que necesita ir al contrario… corrientes de opinión, el estado de la música y sus mecánicas, las tecnologías y su efecto tóxico, las dificultades propias de la vida corriente”, expresó el músico a varios medios durante su reciente visita a España.

Con este bagaje de experiencias y ciertas similitudes vivenciales hay algunos que lo llaman el “Bob Dylan latinoamericano” por la forma de narrar y por el tipo de voz nasal que ambos comparten a lo que Calamaro divertido contesta: “Espero que Bob Dylan no se ofenda”.

Calamaro en corto
Antes de promover su carrera como solista, Calamaro fue tecladista de las bandas Raíces (1978) y luego de Los Abuelos de la Nada (1981) entre otras agrupaciones.

En dicha década  inicia su faceta como solista lanzando los discos Hotel Calamaro (1984), Vida cruel (1985), Por mirarte, (1988) y Nadie sale vivo de aquí (1989), mismos que fueron bien recibidos por la prensa argentina, pero sin lograr éxito comercial.

En los noventas Calamaro se muda al que llamaría “su segundo pulmón” España donde inicia una nueva etapa con la agrupación Los Rodríguez, con ellos lanza 3 materiales Buena suerte, Sin documentos y Palabras más, palabras menos, mismos que abren su panorama a nivel mundial.

De allí en adelante el éxito, el reconocimiento y los excesos rodearon a Calamaro con la llegada de  Alta Suciedad (1997) se volvió una figura del rock latinoamericano. Le siguieron Honestidad brutal (1999) la caja de cinco discos El salmón (2000), Duetos (2001), El álbum'(2001), Oro (2004), El cantante (2004) El regreso (2005), Tinta roja (2006) disco dedicado al tango, El Palacio de las Flores (2006) y La lengua popular (2007).

Andrés Calamaro en concierto / Teatro Diana / 10 y 11 de octubre / 20:30 horas / Boletos agotados

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