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Amigos Invisibles y Bostich y Fusible cierran semana musical

Cierran en Guadalajara un buen noviembre de conciertos

GUADALAJARA, JALISCO (02/DIC/2012).- Una semana llena de música para bailar. Javiera Mena, Gepe y Pedropiedra le dieron tinte fiestero a las letras en la Explanada de la FIL. Por su parte, Pitbull tiñó al Auditorio Telmex de ambiente antrero. Sin embargo llegó el sábado; fin de semana que escondió para su noche lo mejor del acid jazz en fusión con otro tanto de soul. Fueron Los amigos invisibles quienes se apoderaron del Old Jacks con la intención de cerrar un buen noviembre de conciertos.

De la boca de botellas caía en cascada el whisky directo a los vasos que esperaban llenarse con licor, refresco y rocas de hielo. Desde las 21:00 horas la gente comenzaba a llegar al bar, y para hacerse de ganas de bailar comenzaron a llamar a los meseros. Tres horas de brindis, risas, besos y pláticas se llevaron la espera.

Para cuando llegó la medianoche, los venezolanos se apoderaron del escenario. Entre sombras se vio cómo cada uno iba tomando su lugar. Viajes ácidos se proyectaron a sus espaldas. Siluetas definidas de bellas mujeres neón contoneaban las caderas al ritmo de Sexy, tema con el que abrió el recital. Amor y Qué rico fueron la prueba de los dos polos por los que se mueven las letras de Los invisibles: el romance y el romanticismo.

Luego de interpretar Diablo, Julio Briceño tomó un descanso del micrófono y, encorvado, hizo sonar el pandero frente al bombo de Mamel que marcaba con sus baquetas la tonada de Yo no sé y Mentiras. Para incitar el baile, los músicos hicieron una variante del hit ochentero de technotronic, Pumped Up The Jam, y otra de Seven Nation Army, de The White Stripes, la cual se juntó con los acordes de Cuchi Cuchi en la guitarra de Cheo, tan sólo para incrementar el éxtasis que radiaba entre los escuchas al frente.

Ese paso en el que se doblan los brazos, se suben y bajan en contraste el uno con el otro, mientras la cabeza se agita y los pies marcan el ritmo, lo bailaron varios entre la multitud durante Viviré para ti, que es una vívida prueba de su lado más soul. Para seguir jugando con experimentos musicales, los venezolanos ofrecieron un cover de Party Rock Anthem, tema del dueto californiano LMFAO.

Pero llegó el momento de sacar sus característicos sonidos latinos con Ponerte en cuatro y no hizo falta que tomaran el micrófono durante el primer minuto, el público se escuchó aún más fuerte con sus gritos al unísono. Luego, un cover más con Surf Rider, mientras un juego de luces blancas cegaban a las cerca de mil personas que casi abarrotan al Old Jack's.

Briceño les cedió el trípode para que con sus gritos de 'otra' dijeran adiós. Y a pesar de que retumbaban sus deseos por un tema más, los venezolanos se retiraron luego de hora y media para ceder el escenario a Bostich y Fusible del colectivo Nortec.

Un robótico escenario con una nave espacial al centro, máquinas blancas y luces parpadeantes rojas y verdes, anunciaron su llegada. "Va a estar bueno, eh", advierte un chico que lleva a su chica apresuradamente en su travesía para acercarse al escenario. Con un beat potente que se va intensificando y apagando marca su aparición. Los sombreros de ranchero futurista, con acordeones y trombones que ocupan medio escenario, fue como iniciaron su espectáculo.

Los tacones suenan "tip tap, tip tap" en las tablas de madera del suelo al ritmo de sus temas. Con su fusión de sonidos norteños y electrónicos dieron la bienvenida a un primero de diciembre en el Old Jack's, que concluyó su noche con jóvenes tendidos en las afueras del lugar, rendidos en el asfalto por la fiesta y el alcohol.

EL INFORMADOR / RUBÉN GIL
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