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Álvaro Enrigue presenta su obra “Vidas Perpendiculares”

Esta obra es una emotiva novela que emerge de la imaginación de un hombre fascinante y de un personaje torturado por sus reencarnaciones

GUADALAJARA, JALISCO.- Con motivo de la Feria Internacional del Libro el poeta Álvaro Enrigue presento su obra “Vidas Perpendiculares” publicada en editorial Anagrama. Una emotiva novela que emerge de la imaginación de un hombre fascinante y de un personaje torturado por sus reencarnaciones. El autor con su excelente prosa y pluma, retrata la vida de Jerónimo Rodríguez Loera, nacido en la ciudad de Lagos de Moreno, Jalisco, el cuatro de enero de 1936, en una familia conservadora recalcitrante, de padres que le engendraron un pelo rubio y crespo, le amamantaron todo su primer año de vida y tardo bastante en erguirse en sus dos pies. Desde su infancia denotaba alguna singularidad, además se sus ojos saltones, recordaba sus vidas pasadas y cada vez que tiene un recuerdo del pasado afecta directamente en su futuro.

Jerónimo cometió un crimen en la prehistoria, “mato a su padre” es por eso que la rueda Karmica lo persigue. En sus andanzas por el espacio-tiempo fue ayudante de Saulo de Tarso, caza monjes, en Nápoles, vivió junto a Francisco de Quevedo y el agitador asturiano en Buenos Aires, la camellera de las estepas mongolas, niño judío, niña secuestrada por piratas, príncipe maya. Junto con estas y más aventuras Enrigue se pregunta: ¿Cómo es que un muchacho turco, tejedor de carpas y destinado al sanedrín, inventó la modernidad? ¿Cómo es que el mayor poeta erótico de la lengua era también el hombre más desagradable de su siglo? ¿Cómo veíamos el mundo antes del habla? Todas y estas aventuras podrán gozar en esta obra intrépida de la literatura mexicana. Pues cumple la función de ser entretenida y no llega a cansarnos, tiene aventuras como por ejemplo un amorío entre una egipcia y Saulo de Tarso “San Pedro”.

Enrigue decide retratar estos personajes en su obra porque son “personajes y periodos que me gustan mucho”, “Siempre quise escribir, como si estuviera jugando tetris y cuando haces una línea desaparece, es así este libro, “Es cuántico”, salta de tiempo en tiempo”.

EL INFORMADOR / SALVADOR COTERO
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