Entretenimiento

Alma de guerrero en cuerpo de metal

Con ''Gigantes de acero'' el actor vuelve a pisar el terrero de la ficción, donde ha cosechado sus obras más taquilleras

Alma de guerrero en cuerpo de metal
GUADALAJARA, JALISCO (06/OCT/2011).- Los deportes sangrientos no tienen razón de ser en el futuro. Con una civilización cada vez más sofisticada, el boxeo profesional “entre humanos” fue considerado como demasiado “violento” por la sociedad, y decidieron sustituir a los púgiles con enormes robots que libran brutales combates en el cuadrilátero.

Ésta es la premisa básica con la que arranca Gigantes de acero, una historia que ronda el camino de la ciencia ficción y de la adrenalina pura, producción protagonizada por el actor australiano Hugh Jackman, un intérprete bien conocido por los amantes de estos dos géneros por su encarnación de Wolverine en las cintas de X-Men.

Pero aunque Jackman  está acostumbrado a las tramas con grandes cargas de imaginación, el guión de Gigantes de acero le pareció un poco “exagerado”. “Lo primero que pensé cuando leí el guión fue ‘espero que los robots estén en CGI (generados por computadora), porque si no, no hay forma de que los espectadores se lo vayan a creer, y al final los productores hicieron un gran trabajo creando este mundo lleno de tecnología”.

El poder de la imaginación

En Gigantes de acero, Hugh Jackman encarna a Charlie Kenton, un boxeador que ha visto pasar sus mejores años sin haber conseguido ningún momento de gloria, y ahora menos cuando los robots se han apoderado del deporte que solía practicar.

Charlie logra sobrevivir convertido en un promotor de peleas de “mediana talla” y ensamblando robots para que peleen en el circuito amateur, pero todas sus creaciones fracasan. Es entonces cuando Charlie se asocia con su pequeño hijo Max para construir y entrenar a un robot que verdaderamente aspire a ser campeón.

“Mi personaje es el de un hombre que en muchos sentidos está roto por dentro –explica el histrión australiano – porque siente que ha decepcionado a mucha gente a lo largo de su vida, comenzando consigo mismo. Su hijo es probablemente la única persona con quien tiene un lazo emocional real, pero es una conexión que no sabe cómo abordar y que tiene que ir desarrollando a lo largo de la trama”.

Sobre las comparaciones entre Wolverine y Charlie, Hugh explica que “no veo que haya mucha similitud, salvo que tienen la misma cara (risas). Creo que Wolverine es mucho más estoico en cuanto a su destino, se queda con mucho dolor sin expresar nada. Charlie es un hombre que explota constantemente ante su frustración”.

Equipo familiar

El papel de Max cae en manos del joven actor Dakota Goyo, una revelación para los productores y particularmente para  Hugh Jackman, quien lo describe como “un niño que sabe trabajar fuerte con un talento enorme y una gran naturalidad en el set de rodaje. Estoy seguro que va a ser un gran, gran actor en un futuro. Sin embargo creo que por ahora lo mejor es que se divierta trabajando”.

Para darle credibilidad a las secuencias de boxeo los productores apostaron por buscar asesoría profesional, y vaya que la encontraron: el legendario “Sugar” Ray Leonard, uno de los boxeadores estadounidenses más grandes de la historia se encargó de asesorarlos para que los robots tuvieran los verdaderos movimientos de un pugilista.

“Trabajar con ‘Sugar’ Ray fue una experiencia increíble”, afirma Jackman, “porque te da no sólo los movimientos, sino la mentalidad necesaria. Hay que entender que para un boxeador la pasión por la competencia jamás se apaga y eso nos lo enseñó ‘Sugar’ Ray. Mi personaje es el de un hombre que fue boxeador y que ahora maneja a otros boxeadores, así que tiene una forma de comportarse algo preocupada. Ese tipo de detalles no se habrían logrado sin la asesoría adecuada”.

La cinta llega este viernes a las pantallas de México, donde competirá por conquistar la taquilla.

EMOCIONES A FLOR DE PIEL
La estabilidad es parte de su vida

A los 42 años, el actor australiano Hugh Jackman sabe que no “es un buen estratega” y prefiere guiarse por sus “instintos”, según reveló ante el estreno de su reciente película, Real Steel, que en español lleva por título Gigantes de acero.

El protagonista de X-Men, cuyo papel de Wolverine en la saga de ciencia ficción lo ha hecho mundialmente famoso, asegura no ser capaz de diseñar su carrera profesional conscientemente.

“La mayoría de las mejores cosas que me han ocurrido en la vida han sido las que he conseguido siguiendo mi instinto, sin planearlas”, revela en un lujoso hotel de Londres en plena promoción de su actual trabajo.

La película Gigantes de acero, del director Shawn Levy y producida por Steven Spielberg,  a pesar de contar con fuertes dosis de violencia durante las escenas de boxeo también relata de manera muy emotiva la difícil relación de un padre y el hijo al que abandonó al nacer.

Una historia muy próxima a la vida del propio Jackman, que se crió con su padre en Australia después que sus padres se separaran cuando él tenía ocho años y su madre volviera al Reino Unido, de donde proviene su familia.

“Eres de la manera en que te has criado. No cabe duda de que mis emociones han estado a flor de piel en el rodaje de esta película”, explica el protagonista.

Ahora Jackman es el ejemplo de un hombre familiar y estable, lleva casado 15 años con Deborra-Lee Furness, 13 años mayor que él, es padre de dos hijos adoptados y nunca ha protagonizado un escándalo ni ha sido portada de una revista si no es con motivo de un estreno.

SE NUTRE DE CLÁSICOS
Inspiración al máximo

Para poder “empaparse” del sentimiento del boxeo, Hugh Jackman se sometió a una fuerte dosis de películas de este género, “vi las seis cintas de Rocky hasta Toro Salvaje, que es una de mis favoritas. Ahora me quedó el gusto, así que es probable que me vean en la próxima pelea del campeón Manny Pacquiao”.
Síguenos en

Temas

Sigue navegando