Entretenimiento
Alicia Cano explica con humor la naturaleza machista de su pueblo
Llevó a Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián un documental ficcionado
"El Bella Vista", ópera prima de la directora, es también el nombre de este local, que hubo que rehacer por completo, y es un repaso a la forma de vida de una sociedad rural "que no tiene más lugares donde descargar la fantasía que el fútbol, la iglesia y el prostíbulo", explicó la realizadora en una entrevista con EFE.
El espectador comienza a conocer la realidad del pueblo a través de los ojos del antiguo presidente del Bella Vista, un club de fútbol de Durazno, al que cuesta contar por qué se deshizo el grupo y cómo acabó en manos de Fabiana.
Fabiana es una travesti que decide para no sentirse extraña un lugar de encuentro frecuentada por algunos hombres del pueblo; no por los futbolistas, desde luego, que ya entrados en años, deploran la existencia de estas mujeres y apoyan a los vecinos con la intención de recuperar el local y expulsarlas.
Así es como el local llega a manos de una anciana voluntaria que enseña catecismo a los niños y, con cuatro cortinas y una mano de pintura, transforma el local casi en una iglesia.
"La historia más impactante para mí -explicó la directora- fue la de la maternidad de Fabiana".
"Cuando yo me enteré de que había una travesti madre en Uruguay, un país donde matan cada año a catorce travestis y la situación es tan terrible en una sociedad que los considera bichos, fui a ver, con todos mis miedos y mis prejuicios. También porque los uruguayos somos mucho más homófobos de lo que decimos ser", afirmó Cano.
Y lo que recibió fue "una cachetada" de la realidad: "Lo que encontré fue una madre amando a un hijo y a un hijo amando a su madre. No vi ninguna diferencia: era un niño amado y, conociendo la realidad de la madre biológica que tiene otros siete niños, puedo decir que fue lo mejor que le pudo pasar a Álex".
Los "actores", que colaboraron con Cano como si el proyecto fuera suyo, apuntó, "me ayudaron a comprender qué es lo que motiva a la gente a portarse así, a investigar sus estructuras morales y a cuestionar nuestros propios prejuicios".
"La historia pretende reflexionar sobre esto y mostrar que no hay buenos ni malos, sino que la necesidad que todos tenemos de amar y de ser amados nos iguala a todos", resumió.
Cano tuvo que mostrar primero el documental en Durazno, donde no habían parado de preguntar cómo iba la historia. Cuando se exhibió en el pueblo, ha recordado emocionada la directora, la señora que monta la catequesis se disculpó con los travestis.
A través de la película había llegado a comprender y a aceptar a estas mujeres, que hasta ese día solo salían de noche por el pueblo. "Fue muy emocionante", dijo Cano.
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