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Aleks Syntek y cómo esculpió su nombre

El cantautor reflexiona el momento que vive su carrera, tras una profunda transformación personal

GUADALAJARA, JALISCO (26/DIC/2012).- En apariencia, Aleks Syntek es el mismo hombre de siempre. En realidad, es otro. Cabello recortado de forma meticulosa. La camisa de botones perfectamente planchada. Un poco de barba que apenas se asoma por su rostro. Los eternos lentes que reflejan los flashes de las cámaras y ocultan las ojeras. Todo eso ya estaba allí, pero hay algo diferente en el músico.

Pequeños detalles que comienzan a aflorar mientras hila sus ideas. Diferencias que permiten ver la transformación que se gestó en él los últimos meses.

El nacido en Mérida, Yucatán, bajo el nombre de Raúl Alejandro Escajadillo Peña, se define como “muy intuitivo y muy espontáneo. No me gusta pensar demasiado las cosas, desarrollar estrategias. Prefiero dejarme llevar un poco por el viento, por la corriente. Hacer lo que me dicta la intuición”.

Fue intuición la que le indicó hace un año que era momento de “cambiar de aires”, tanto arriba y abajo del escenario. En su mente apareció una palabra: “Partir”.

“Hubo un cambio importante en mi vida, en mi carrera”, anota el músico. “En enero de 2012 partí de la casa disquera donde estuve trabajando durante años. Partí de la oficina de management que me manejó durante mucho tiempo y abro una nueva etapa donde me he nutrido de, no sé, un cambio de piel, un cambio de aires que era necesario”.

Syntek toma asiento para platicar con este medio sobre su evolución musical y personal. El cantante accede a hablar sobre su presente con el disco Syntek + Syntek, sobre su futuro musical, y en especial, sobre las cosas que ha ido encontrando en su pasado.

—Vienes de explorar varios estilos sonoros, casi siempre apelando a la fusión de géneros ¿No te costó trabajo retomar un sonido electrónico más puro?

—Es cierto. Pasé por muchas etapas, desde la orquesta, el arrabal, el rocanrol. Pero para este disco, Syntek + Syntek, sentí la necesidad de regresar a mis raíces electrónicas. Pero no  el electrónico “punchis punchis”, a lo mejor un poco frío que de repente fuera muy dance, sino esa parte electrónica con filosofía y estética ochentera. Con la influencia de los grupos que comencé a escuchar siendo chico, como Depeche Mode, New Order, Tears For Fears, Ultravox y demás grupos que nutrieron mi necesidad de verme rodeado de sintetizadores y de teclados.

—¿Regresar a un sonido que te caracterizó en tus primeros años como artista no se puede interpretar como retroceso ?

—Me regreso allí porque creo que es algo que me sale bien, que me sale natural. Me di el tiempo para trabajar artesanalmente los sonidos de mi disco, filtro por filtro. Le di forma al sonido utilizando sintetizadores antiguos, especialmente de la época de los años ochenta, ¡y me divertí haciéndolo!

—En este momento en que haces un balance de tu carrera profesional, pudiste evaluar que fue de varios de tus discos, ¿Existe alguno que te hubiera gustado que tuviera mejor suerte en lo comercial?

—En el ámbito melómano, y del público más especializado y exigente, aplauden mucho mi trabajo Bienvenido a la vida (1999), que hice al lado de La Gente normal (su ex banda), porque era un disco conceptual, que relataba el transcurso de la vida, desde el nacimiento hasta la muerte de un ser humano, narrado en canciones por capítulos. Es el disco menos vendido de mi carrera, aunque eventualmente se fue distribuyendo mejor, por el nombre que después me hice, y la curiosidad de la gente por mis trabajos anteriores. En su momento fue un fracaso de ventas para la compañía, y un golpe muy duro para mí. Eso sí, aclaro: en mi carrera no tengo arrepentimiento o incomprensión por mi trabajo. Bueno, sólo en un caso: el disco que le produje a Ana Torroja para el homenaje a Mecano.

—¿Qué pasó?


—Cuando yo le hago la canción Duele el amor a Ana Torroja tuvimos un enorme éxito, inesperado. Entonces Ana me da el regalo de participar para ser el productor del homenaje que ella le hizo a Mecano, un disco que se llamó Me cuesta tanto olvidarte (2006). Yo me siento muy orgulloso, porque eso me hizo competir con el productor de Joaquín Sabina, el de Estopa, el de Ketama,  grupos muy importantes de España. Y me quedé con el puesto. Me atreví a hacer muchas cosas: Hijo de la Luna en mariachi, Maquillaje estilo big band, Me colé en una fiesta en sonido chill out con hindú. Es un disco de Mecano explorando los ritmos del mundo, que en España fue una placa muy exitosa, con muy buen recibimiento, y me dolió profundamente que en México no pasó nada con el material. Nada. A la fecha no me explicó qué fue lo que condenó al anonimato a un disco tan importante para mí carrera como productor y arreglista.

—¿Es una espina clavada en tu carrera?


—Creo que el tiempo es sabio. Se convirtió en un disco de culto y pienso… mejor dicho, espero, que en un futuro sea redescubierto por mis paisanos.

—Hablando de descubrimientos, ¿recuerdas en qué momento descubriste porqué querías ser músico?

—La verdad es que nunca necesité una razón para comenzar. Nací con la vocación integrada. A los seis años ya estaba agarrando una guitarra y tocándola.

—¿Veías como un juego la música?

—Para mí si fue un juego ser ‘niño actor’, con aquel pasaje que tuve en Chiquilladas. Pero cuando decidí que yo iba a abrirme paso y ganarme mi derecho de piso en la música, tuve que luchar como los valientes desde abajo. Empecé en los estudios de grabación cargando cables y limpiando guitarras. Tenía 14 ó15 años de edad.

—¿Pensaste que comenzarías un poco más arriba, tomando en cuenta que saliste en la tele?

—Es muy diferente. Mucha gente pensará que porque yo era niño actor, se me facilitaron las cosas para ser músico. Pero fue al revés. Tocaba yo la puerta en las disqueras y me decían “pero tú eres comediante, ¿qué haces aquí? Vete a contar chistes con Carlitos Espejel (risas)”. Ganarme credibilidad me costó el doble de trabajo. Por eso el día de hoy, cuando me dicen “¿por qué no te regresas a la actuación?” les contesto que me divertiría mucho, pero no (risas). Me costó mucho trabajo ganarme un lugar como músico”.

FRASE

"
Al público no se le engaña. Cuando fuerzas las cosas, cuando las maquillas de más, cuando no te diviertes, se siente "

Aleks Syntek,
cantautor.

PARA SABER
Muy cósmico


¿Y si no hubiera sido músico? Aleks Syntek se divierte con la idea. Y es que actor no es una opción que le pase por la mente. “De niño me hubiera gustado ser astronauta (risa)”. El cantante se declara enamorado de los misterios y maravillas del cosmos. “Me encantan los libros sobre el espacio, de Carl Sagan, Stephen Hawking y las teorías del universo. Por ejemplo, el documental de Los Secretos del Universo, cuya locución hizo Morgan Freeman en inglés, me encantó.
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