Entretenimiento
Alejandro Fernández se reivindica en el Palenque
Luego de que en 2010 se ausentara del recinto ferial, el cantante refrenda su posición como favorito
GUADALAJARA, JALISCO (05/NOV/2011).- Dos años pasaron para que el Palenque volviera a sentir la presencia del artista local favorito de los tapatíos, y ha sido el único que este 2011 se planta en el ruedo tres madrugadas consecutivas con un repertorio caracterizado por la diversidad de texturas musicales que ha experimentado en su carrera… como lo hizo este jueves.
“Buenas noches, Guadalajara, ¿cómo están? nuevamente en mi ciudad; el año pasado tuvimos una serie de presentaciones en el Auditorio Telmex (y no pude venir), ya los extrañaba, y ya saben que ustedes ponen el ambiente ¡nos espera una noche maravillosa!”, fue así como Alejandro Fernández se apropió de la noche.
Las cinco mil voces, en su mayoría femeninas, que se reunieron para la velada, acompañaron a El Potrillo desde las 00:30 hasta después de las 03:00 horas del viernes en cada una de los temas que interpretó el artista, quien con una amplia sonrisa y una mirada coqueta despertó incansables gritos de las presentes.
Además de una mezcla de temas rancheros y baladas como Me hace tanto bien, Loco, Mátalas y No se me hace fácil, el menor de los Fernández hizo gala de sus mejores pasos de baile y seductores movimientos de brazos.
Lo mismo se pudo escuchar el mariachi que los instrumentos eléctricos, pero el concierto no se limitó a apartar unos de otros, Abrázame es el mejor ejemplo: el también actor la inició sentado en un banco, en un ruedo iluminado sólo con una luz junto a las notas del teclado, y la terminó con trompetas y violines de sus mariachis.
Poco común en la arena del recinto ferial, El Potrillo gozó con los solos de las guitarras eléctricas que por momentos se volvieron protagonistas de la noche, bien recibidas por el público. Ya adelantada la velada, el cantante, enfundado en un traje charro, recibió algunas flores que sus seguidoras.
Festeja éxito de los Panamericanos
Aún con su vigente gira Dos Mundos Revolución, el también Embajador Turístico de Jalisco, quien amenizó la apertura de los Juegos Panamericanos el 14 de octubre, celebró con sus asistentes el éxito de la contienda deportiva.
“Quiero felicitarlos por haber tenido una fiesta tan grande como los Panamericanos, porque todo Jalisco se portó con mucha educación y nos la pasamos muy bien”, y luego de recibir una oleada de ovaciones hizo a todos levantarse de sus lugares para entonar un popurrí mexicano, el que aprovechó para lucir su voz.
Ya que había recorrido sus baladas pop, rancheras clásicas y una más de Joan Sebastian, No estuve, se dedicó a reavivar el legado de su padre: Acá entre nos y De qué manera te olvido, fueron algunos.
Ya pasaban las dos de la madrugada, Alejandro, ya sin saco y con la camisa arremangada, invitó al escenario a un “gran amigo: Carlitos Cuevas” y a dueto con el cantante dieron voz a Perdón, uno de los más pasionales temas de la noche, que despidió con Perfume de gardenias y una gran reverencia.
“Buenas noches, Guadalajara, ¿cómo están? nuevamente en mi ciudad; el año pasado tuvimos una serie de presentaciones en el Auditorio Telmex (y no pude venir), ya los extrañaba, y ya saben que ustedes ponen el ambiente ¡nos espera una noche maravillosa!”, fue así como Alejandro Fernández se apropió de la noche.
Las cinco mil voces, en su mayoría femeninas, que se reunieron para la velada, acompañaron a El Potrillo desde las 00:30 hasta después de las 03:00 horas del viernes en cada una de los temas que interpretó el artista, quien con una amplia sonrisa y una mirada coqueta despertó incansables gritos de las presentes.
Además de una mezcla de temas rancheros y baladas como Me hace tanto bien, Loco, Mátalas y No se me hace fácil, el menor de los Fernández hizo gala de sus mejores pasos de baile y seductores movimientos de brazos.
Lo mismo se pudo escuchar el mariachi que los instrumentos eléctricos, pero el concierto no se limitó a apartar unos de otros, Abrázame es el mejor ejemplo: el también actor la inició sentado en un banco, en un ruedo iluminado sólo con una luz junto a las notas del teclado, y la terminó con trompetas y violines de sus mariachis.
Poco común en la arena del recinto ferial, El Potrillo gozó con los solos de las guitarras eléctricas que por momentos se volvieron protagonistas de la noche, bien recibidas por el público. Ya adelantada la velada, el cantante, enfundado en un traje charro, recibió algunas flores que sus seguidoras.
Festeja éxito de los Panamericanos
Aún con su vigente gira Dos Mundos Revolución, el también Embajador Turístico de Jalisco, quien amenizó la apertura de los Juegos Panamericanos el 14 de octubre, celebró con sus asistentes el éxito de la contienda deportiva.
“Quiero felicitarlos por haber tenido una fiesta tan grande como los Panamericanos, porque todo Jalisco se portó con mucha educación y nos la pasamos muy bien”, y luego de recibir una oleada de ovaciones hizo a todos levantarse de sus lugares para entonar un popurrí mexicano, el que aprovechó para lucir su voz.
Ya que había recorrido sus baladas pop, rancheras clásicas y una más de Joan Sebastian, No estuve, se dedicó a reavivar el legado de su padre: Acá entre nos y De qué manera te olvido, fueron algunos.
Ya pasaban las dos de la madrugada, Alejandro, ya sin saco y con la camisa arremangada, invitó al escenario a un “gran amigo: Carlitos Cuevas” y a dueto con el cantante dieron voz a Perdón, uno de los más pasionales temas de la noche, que despidió con Perfume de gardenias y una gran reverencia.
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