Entretenimiento
Afectuosa tomadura de pelo
Kinetos
GUADALAJARA, JALISCO.- El director francés Michel Gondry tiende con facilidad a la excentricidad y Originalmente pirata no resulta una excepción. Su nueva película es una fábula para adultos, lo que significa que parece asunto de niños, pero no lo es, y que, aunque aparenta transcurrir en una actualidad reconocible, en realidad se interesa muy poco en colocar los pies en la tierra. Lo suyo es conmover con encantos, auspiciar un fácil sentimiento de nostalgia, y tratar de seducir con maravillas e ingenuidades que demuestren claramente no ser productos de un catálogo de efectos digitales. De ahí un marcado interés por los trapos, las figuras de cartón, las piezas de chatarra, y por imprimir en todo lo que ocurre un aire cambiante de salvaje tontería y de mansa rebeldía.
En pocas palabras la película trata de dos tipos que por accidente deciden sustituir las cintas de un videoclub por filmaciones hechas por ellos de un modo pedestre, con una cámara VHS y sin ningún recurso técnico profesional. Así los vemos recrear, y rentar a la clientela del negocio, versiones propias de Cazafantasmas, Robocop o 2001: Una odisea del espacio, elaboradas a base de crudos efectos especiales logrados con materiales de desperdicio. El asunto plantea, sin duda, una situación cómica impetuosa: los protagonistas deben ser lo bastante brutos como para pensar que pueden engatusar a la gente, y la gente debe ser lo suficientemente tonta para no darse cuenta de que la engañan.
Quizá el director pensó que era demasiado fácil provocar la risa con eso, y contra lo esperado, no sigue siempre el rumbo de la comedia; hay un tono humorístico general indicado sobre todo por la constante actitud desbordada de uno de los actores y por lo absurdo de muchos incidentes, pero también más de una ocasión se aprovecha para introducir a modo dramático temas “importantes”, que manifiesten una posición original sobre el valor del arte imperfecto, la ambición desmedida de las corporaciones que manejan el cine, la transformación de las ciudades, y el pasado como una construcción fantasiosa de una comunidad, amén de una visible añoranza por la tecnología en desuso: particularmente los tocadiscos y los videocassetes VHS. Creo que este último detalle bastará para que algunos espectadores pierdan rápidamente la credulidad en la historia que se cuenta.
El espectáculo cinematográfico que comúnmente propone Hollywood parte de vender novedades que muchas veces no lo son. En cambio Gondry adopta una posición subversiva e insinúa un mundo donde la obsolescencia resulta más cálida y humana que la ruidosa simulación de modernidad. De ser cierta mi observación, no falla la comunicación del mensaje, sólo que la indeterminación final hace pensar que lo que el director en verdad considera de importancia son más bien los trucos y la inventiva visual que la moraleja de su relato.
Originalmente pirata (Be Kind Rewind), EUA, 2007 / Dirección y Guión: Michel Gondry / Actuación: Jack Black, Mos Def, Danny Glover, Melonie Díaz.
En pocas palabras la película trata de dos tipos que por accidente deciden sustituir las cintas de un videoclub por filmaciones hechas por ellos de un modo pedestre, con una cámara VHS y sin ningún recurso técnico profesional. Así los vemos recrear, y rentar a la clientela del negocio, versiones propias de Cazafantasmas, Robocop o 2001: Una odisea del espacio, elaboradas a base de crudos efectos especiales logrados con materiales de desperdicio. El asunto plantea, sin duda, una situación cómica impetuosa: los protagonistas deben ser lo bastante brutos como para pensar que pueden engatusar a la gente, y la gente debe ser lo suficientemente tonta para no darse cuenta de que la engañan.
Quizá el director pensó que era demasiado fácil provocar la risa con eso, y contra lo esperado, no sigue siempre el rumbo de la comedia; hay un tono humorístico general indicado sobre todo por la constante actitud desbordada de uno de los actores y por lo absurdo de muchos incidentes, pero también más de una ocasión se aprovecha para introducir a modo dramático temas “importantes”, que manifiesten una posición original sobre el valor del arte imperfecto, la ambición desmedida de las corporaciones que manejan el cine, la transformación de las ciudades, y el pasado como una construcción fantasiosa de una comunidad, amén de una visible añoranza por la tecnología en desuso: particularmente los tocadiscos y los videocassetes VHS. Creo que este último detalle bastará para que algunos espectadores pierdan rápidamente la credulidad en la historia que se cuenta.
El espectáculo cinematográfico que comúnmente propone Hollywood parte de vender novedades que muchas veces no lo son. En cambio Gondry adopta una posición subversiva e insinúa un mundo donde la obsolescencia resulta más cálida y humana que la ruidosa simulación de modernidad. De ser cierta mi observación, no falla la comunicación del mensaje, sólo que la indeterminación final hace pensar que lo que el director en verdad considera de importancia son más bien los trucos y la inventiva visual que la moraleja de su relato.
Originalmente pirata (Be Kind Rewind), EUA, 2007 / Dirección y Guión: Michel Gondry / Actuación: Jack Black, Mos Def, Danny Glover, Melonie Díaz.
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