Entretenimiento
Adrián Rubio engarza proyectos
El histrión disfruta de un momento de plenitud, con la llegada de su hija y el crecimiento de su carrera
Por eso, cuando le toma la llamada a EL INFORMADOR, es imposible que no mencione ambas facetas. Ahora se complementan. Lo público y lo privado. Hacen que Adrián Rubio se sienta "muy contento, en parte por el lado profesional, desde mi participación especial en La otra cara del alma. Luego hice la novela Destino y coincidió que el trabajo en la serie Corazón abierto, que tuvo cierto éxito y me hizo rodar lejos del país. Todo se completa con la llegada de mi hija, que ahora tiene ocho meses".
Para Adrián, la clave de este instante de plenitud se traduce en una filosofía que puede sonar simple, pero resulta efectiva. "Creo que más que buscar el éxito profesional o personal, el éxito se encuentra en el equilibrio, lograr que las dos facetas se combinen. He podido estar bastante tiempo con mi hija, con mi pareja; y además, poder experimentar con la televisión".
Desde 2005, es difícil que pase un año sin que Rubio no aparezca en alguna producción de TV Azteca. La constancia ha sido su sello. "Y me siento orgulloso de cada proyecto en el que me involucro". Amor en custodia (2005), Amor sin condiciones (2006), La Loba (2010) y La otra cara del alma (2012), figuran entre sus y trabajos.
Lo de orgulloso viene por la crítica usual que enfrentan los histriones que ganan popularidad por su trabajo en la pantalla chica. "Hay actores que demeritan un poquito el trabajo en televisión -agrega- y creo que es un medio muy directo, que llega rápido a la gente y te enseña a improvisar ,porque tienes siempre muy poco tiempo para resolver todo tipo de problemas".
EL INFORMADOR / FRANCISCO GONZÁLEZ
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