Entretenimiento
Academia de Hollywood ''abofetea'' a Cameron
La revolución 3-D de Avatar no cautivó a los encargados de conceder los Oscar
The Hurt Locker (Zona de miedo) se alzó como la gran triunfadora de la 82 edición de los Oscar con seis estatuillas a la mejor película, director (Kathryn Bigelow), guión original (Mark Boal), edición (Bob Murawski y Chris Innis), edición de sonido (Paul N.J. Ottosson) y mezcla de sonido (Paul N.J. Ottosson y Ray Beckett).
El filme, con un presupuesto de 15 millones de dólares, no ha conseguido alcanzar esa cifra en la taquilla de EU y Canadá desde su estreno en junio de 2009, lo que la convierte en la ganadora del Óscar a la mejor película de menor recaudación en las salas en décadas.
Hasta ahora, porque este éxito le asegura su regreso a los cines del país.
En cambio, Avatar se tuvo que conformar con tres Oscar técnicos: dirección artística (Rick Carter y Robert Stromberg), dirección fotográfica (Mauro Fiore) y efectos visuales (Joe Letteri, Stephen Rosenbaum, Richard Baneham y Andrew R. Jones).
En todos los pronósticos se esperaba que el filme también se llevara los galardones de mejor edición, edición de sonido y mezcla de sonido, que fueron a parar a la cinta de Bigelow.
Steve Martin, presentador de la gala junto a Alec Baldwin, en una de sus mejores bromas dijo que la ceremonia se había alargado tanto que consiguió que la obra de Cameron se convirtiera en "cosa del pasado".
Lo que queda claro, una vez más, es que los gustos de la Academia son mucho más tradicionales que los que reinan en la taquilla mundial.
Desde que The Lord of the Rings: The Return of the King, la mastodóntica producción de Peter Jackson que generó en la taquilla mundial unos mil 100 millones de dólares, se alzara con 11 estatuillas en 2004, los académicos de Hollywood han venido otorgando el gran premio de los Óscar a títulos independientes.
En 2005 fue el turno para Million Dollar Baby, de Clint Eastwood, que costó 30 millones de dólares y superó los 200 millones en taquilla. Un año más tarde la elegida fue Crash, de Paul Haggis, que a partir de 6.5 millones de dólares de presupuesto se quedó a poco de romper la barrera de los 100 millones.
Sólo en 2007 se volvió a romper esta tradición con el galardón a The Departed, de Martin Scorsese, un filme que contó con 90 millones de presupuesto y recaudó casi 300 en todo el mundo.
Pero en 2008 y 2009 la Academia volvió a su tendencia habitual, con premios para No Country for Old Men, de Joel y Ethan Coen, que costó unos 25 millones de dólares, y Slumdog Millionaire, de Danny Boyle, cuyo presupuesto era de 15 millones.
Avatar, en cambio, nació con un presupuesto oficial entorno a los 300 millones de dólares, aunque las malas lenguas aseguran que el coste final acabó por superar los 500 millones de dólares.
El uso del 3-D para desarrollar elementos reales en un contexto digital, unido a la tecnología de captura de movimientos y la animación tradicional a mano han hecho de Avatar un producto que, para algunos, cambiará la forma de ver el cine y supondrá un hito similar a la introducción del uso del sonido.
"Es una revolución", dijo David Cohen, de la revista especializada Variety. "Nos dirigimos a un futuro en el que las pantallas 3-D estarán en todas partes (...). En un par de años todas las películas para niños serán en 3-D y cuando crezcan esperarán ver todas las películas en ese formato. Es algo que pasará en unos 15 años", añadió.
En cualquier caso y a pesar de la "afrenta" de la Academia, el desafío técnico de Avatar se acerca a los 2 mil 600 millones de dólares recaudados en todo el mundo, una marca que supera en 800 millones el anterior récord, que ostentaba Titanic, también de Cameron, desde 1998.
En efecto, parece que el 3-D ha llegado para quedarse.
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