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Abusan de palabras altisonantes en Hasta que la boda nos separe

Jacqueline Bracamontes y Juan Soler indicaron que la comedia teatral es una propuesta para toda la familia

CIUDAD DE MÉXICO.- Jacqueline Bracamontes y Juan Soler señalaron que la comedia teatral "Hasta que la boda nos separe" es una propuesta para toda la familia, aunque el recurrente uso de palabras altisonantes incomodó a los espectadores durante la primera función que se ofreció al público.  

La actriz Ana Bertha Espín es una de las principales oradoras de groserías, sobre todo en la escena donde "Miguel López" (Soler) descubre, al revisar la lista de invitados a su boda, que el verdadero nombre de su próxima suegra es "Romualda Engracia Pérez".  

La mujer que había presumido pertenecer toda su vida a una estirpe social alta admite ante su yerno que fue la secretaria del dueño de una fábrica y se embarazó de él para "atraparlo" en matrimonio porque "para ganarse un lugar en la `high society' debes tener...".   

"Miguel" responde: "¡Qué boquita!", y no por ello Espín, montada en su papel, se detuvo con la letanía de malas palabras que si bien causan gracia, un padre de familia indicó que no son aptas para que los niños, que abarrotaron la sala del Teatro Juventud, las escuchen en una puesta en escena.  

Al respecto, Espín señaló que "como es la escena cumbre creo que amerita decir tantas groserías. Sí hemos dicho que `Hasta que la boda nos separe' es para toda la familia, salvo por esta situación, aunque también es cierto que los niños escuchan y dicen palabrotas en todos lados".  

"Finalmente, es bajo el criterio de cada quien y la responsabilidad de los padres", agregó la actriz.  

En su oportunidad, José Solé, responsable de la dirección, dijo que le pedirá al escritor Mauricio Pichardo que se modifique de forma tenue esa parte de la obra, pues ahora que la vio con público comprobó que existe cierto abuso.  

"Lo hablaré con el autor, porque durante los ensayos no me había sonado tan fuerte, pero ya con el público dije: ¬ah caray!, está fuerte y no es apta para un público familiar", puntualizó.   

Al término de la función, Jacqueline Bracamontes, quien portaba un vestido de novia, aseguró que no es supersticiosa, pues se ha puesto este tipo de prenda en reiteradas ocasiones como parte de su trabajo en las telenovelas.  

"Ya no aplica el hecho de que si me visto de novia no me voy a casar, no creo en eso. Además, antes de actuar me puse varias veces un traje así para modelar en revistas; pero ya he dicho que el día que me case mi vestido no se parecerá en nada a los que he usado, el mío será espectacular".  

Por otra parte, Bracamontes descartó que esté próxima a contraer nupcias con su novio Fernando Schoenwald, quien es productor asociado de la obra junto con Rubén Lara.  

"Si me caso será en Guadalajara (Jalisco), pero todavía no lo tenemos planeado", reiteró para luego informar que la gira del montaje arranca el 5 de octubre en Ensenada
Baja California, y ya tienen 35 fechas vendidas en varias ciudades del país, lo que se traduce a un total de 70, ya que son dos funciones por día.   

Por último, dijo que "Hasta que la boda nos separe" "es una comedia muy divertida para toda la familia, niños, medianos, grandes y abuelitos, eso me da mucha tranquilidad. Es un gran reto para mí porque nunca he hecho gira con una obra y me motiva mucho".  

Bajo la producción de Rubén Lara y dirigida por José Solé con guión de Mauricio Pichardo, es la historia de una mujer de 30 años que desea casarse, con quien sea, pero tener una boda de ensueño y cuanto antes.  

A la única función que darán este año en la capital mexicana, no asistieron luminarias, sólo la actriz Maki, esposa del argentino Juan Soler.  

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