Entretenimiento
APRECIACIÓN DEL ARTE Por: FRANCISCO ROJAS
Alejandro Colunga, Maravillas y Pesadillas
Las muestras retrospectivas -aquellas que reúnen lo que un artista en particular ha realizado a lo largo de su carrera- suelen ser interesantes para el espectador que se acerca al arte, sobre todo porque se puede apreciar el proceso creativo del expositor, desde sus inicios hasta el momento. Éstas suelen ser particularmente de interés para quienes estudian o apenas comienzan una carrera, a quienes sirve para comprender que un artista llega a su consolidación luego de muchos años de trabajo, y sirven también para hacer un recuento que prácticamente se convierte autobiográfico.
A visitar
En Jalisco, hay retrospectivas con relativa frecuencia, pero cuando ésta es de un artista que celebra 40 años de carrera y su obra ocupa dos recintos museográficos importantes, el suceso se convierte en extraordinario. Así sucede con Maravillas y Pesadillas, donde Alejandro Colunga muestra 200 piezas realizadas entre 1968 y 2008 que él mismo ayudó a seleccionar y que se puede visitar en el Hospicio Cabañas (qué mejor pretexto para ingresar y entender por qué es Patrimonio de la Humanidad) y en el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara, en el edificio que se localiza en la esquina de Juárez y Enrique Díaz de León.
A conocer
Alejandro Colunga es una de esas personalidades que suelen dividir opiniones. He escuchado a pintores y críticos, incluso a espectadores, hablar acerca de su obra y como en todo el arte, hay a quienes gusta y a quienes no y eso siempre es válido. Sin embargo, he notado que muchas veces se le juzga a este artista por un par de piezas. Quienes no lo conocen bien, se sorprenderán con Maravillas y Pesadillas, al darse cuenta de que él va más allá que una sala de los magos. Uno de los riesgos de cualquier artista con piezas célebres es que el común de las personas cree que solo realizó esa obra o que toda se le parece.
A jugar
Para ver la obra de Maravillas y Pesadillas, el lector-espectador tiene todas las ventajas, pues la exposición está organizada de tal manera que podrá comprender cuáles piezas fueron las primeras que el artista realizó y cómo es el trabajo más reciente. Por otra parte, se le recomienda asistir con la mente abierta para las sorpresas y, sobre todo, para desenfadarse. Si algo tiene el trabajo de Colunga es una comunicación constante con la vista del espectador con disposición para jugar. Ése es, quizás, uno de sus mayores aciertos: demostrar que el arte debe ser, sobre todas las cosas, divertido.
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