Entretenimiento
A son de Guerra finaliza el Festival de Viña del Mar
En su breve presentación, el dominicano puso a bailar al público, para más tarde dejar un anfiteatro molesto
VIÑA DEL MAR, CHILE (29/FEB/2012).- Con una receta a base de son, merengue y bachata el dominicano Juan Luis Guerra puso el broche de oro al Festival de Viña del Mar el pasado lunes. Deleitó a un público que se quedó con ganas de más, pues fue un concierto breve aunque intenso.
Guerra fue el encargado de poner fin a una edición que contó con estrellas de la talla de Luis Miguel, Marc Anthony y Morrissey.
Juan Luis Guerra demostró que sus éxitos son suficiente aval para triunfar noche tras noche, como lo demostró en su espectáculo de apenas una hora y veinte minutos, tiempo suficiente para seducir y gustar al público.
El dominicano inició la noche con temas como Como tú no hay ninguna, La bilirrubina y La llave de mi corazón, que pusieron en pie al anfiteatro de la Quinta Vergara. La faceta conservadora del artista llegó a ritmo de Son al rey.
La fiesta alcanzó sus cotas más elevadas con los compases de Niágara en bicicleta, Visa para un sueño y Las avispas, que el auditorio le agradeció con una Antorcha de Plata y otra de Oro, los premios que se conceden por petición popular.
Pero además de recurrir a sus solicitados éxitos, Juan Luis Guerra presentó En el cielo no hay hospital, un merengue del nuevo disco que recién salió a la venta.
Comenzaron las prisas entonces y, con apenas una hora sobre el escenario, empezó a advertir que no podría quedarse mucho más.
Ante el clamor popular, se le concedió también una Antorcha de Plata y otra de Oro, y los presentadores le insistían en que recompensara al público con alguna canción más, aunque él argumentaba que estaba apurado porque tenía que tomar un avión.
Sin más remedio que el de alargar un poco la velada, el dominicano se puso romántico con Frío, frío, Burbujas de amor y el clásico Ojalá que llueva café, y se despidió sin mayor ritual.
Dejó al público con ganas de más, y a los organizadores con un anfiteatro molesto y en pie de guerra, que pifió a los presentadores cuando estos cerraron la velada, y con ello el festival, dando paso a la actuación de los ganadores de la competencia folclórica e internacional.
Así como llegó y estuvo, se fue, con prisas y con el paso de su estela fugaz en la noche chilena.
José Luis Perales, con un público a la medida
La noche que comenzó con el humor de Bombo Fica y siguió con la entrega de premios a las competencias folclórica e internacional, que fueron para Chile e Italia, respectivamente.
Después llegó el turno del español José Luis Perales, que ha estado presente en todas las noches del festival en su calidad de presidente del jurado de los dos concursos del certamen.
El veterano artista, de 67 años, encontró a un público a su medida que lo acompañó en sus temas más conocidos: Me llamas, Un velero llamado libertad, Y tú te vas, Amada mía y Sí.
Perales aprovechó para presentar Morir por ti, el primer sencillo de su nuevo disco, Calle Soledad, que saldrá a la venta en abril.
El dato
Colección cristiana
El nuevo material, Colección cristiana, incluye 11 canciones y está marcado por el merengue, algunas incursiones en el pop y letras que reflejan las creencias y el compromiso del dominicano. En 1987 Juan Luis Guerra y 4:40 despegaron internacionalmente, pero en 1990 llegó su espaldarazo definitivo con el álbum Ójala que llueva café.
Guerra fue el encargado de poner fin a una edición que contó con estrellas de la talla de Luis Miguel, Marc Anthony y Morrissey.
Juan Luis Guerra demostró que sus éxitos son suficiente aval para triunfar noche tras noche, como lo demostró en su espectáculo de apenas una hora y veinte minutos, tiempo suficiente para seducir y gustar al público.
El dominicano inició la noche con temas como Como tú no hay ninguna, La bilirrubina y La llave de mi corazón, que pusieron en pie al anfiteatro de la Quinta Vergara. La faceta conservadora del artista llegó a ritmo de Son al rey.
La fiesta alcanzó sus cotas más elevadas con los compases de Niágara en bicicleta, Visa para un sueño y Las avispas, que el auditorio le agradeció con una Antorcha de Plata y otra de Oro, los premios que se conceden por petición popular.
Pero además de recurrir a sus solicitados éxitos, Juan Luis Guerra presentó En el cielo no hay hospital, un merengue del nuevo disco que recién salió a la venta.
Comenzaron las prisas entonces y, con apenas una hora sobre el escenario, empezó a advertir que no podría quedarse mucho más.
Ante el clamor popular, se le concedió también una Antorcha de Plata y otra de Oro, y los presentadores le insistían en que recompensara al público con alguna canción más, aunque él argumentaba que estaba apurado porque tenía que tomar un avión.
Sin más remedio que el de alargar un poco la velada, el dominicano se puso romántico con Frío, frío, Burbujas de amor y el clásico Ojalá que llueva café, y se despidió sin mayor ritual.
Dejó al público con ganas de más, y a los organizadores con un anfiteatro molesto y en pie de guerra, que pifió a los presentadores cuando estos cerraron la velada, y con ello el festival, dando paso a la actuación de los ganadores de la competencia folclórica e internacional.
Así como llegó y estuvo, se fue, con prisas y con el paso de su estela fugaz en la noche chilena.
José Luis Perales, con un público a la medida
La noche que comenzó con el humor de Bombo Fica y siguió con la entrega de premios a las competencias folclórica e internacional, que fueron para Chile e Italia, respectivamente.
Después llegó el turno del español José Luis Perales, que ha estado presente en todas las noches del festival en su calidad de presidente del jurado de los dos concursos del certamen.
El veterano artista, de 67 años, encontró a un público a su medida que lo acompañó en sus temas más conocidos: Me llamas, Un velero llamado libertad, Y tú te vas, Amada mía y Sí.
Perales aprovechó para presentar Morir por ti, el primer sencillo de su nuevo disco, Calle Soledad, que saldrá a la venta en abril.
El dato
Colección cristiana
El nuevo material, Colección cristiana, incluye 11 canciones y está marcado por el merengue, algunas incursiones en el pop y letras que reflejan las creencias y el compromiso del dominicano. En 1987 Juan Luis Guerra y 4:40 despegaron internacionalmente, pero en 1990 llegó su espaldarazo definitivo con el álbum Ójala que llueva café.
Síguenos en