Entretenimiento

A la memoria de John Lennon

La entrada del edificio Dakota en Central Park fue el lugar obligado de peregrinaje para cientos de fanáticos

NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS (09/DIC/2010).- La ausencia de John Lennon hizo llorar a miles de fanáticos ayer, justo al cumplirse 30 años de su muerte, aunque en ciertas ciudades se realizaron actividades en su honor, entre ellas La Habana, Tokio, Londres y  Nueva York, fue en ésta última donde cientos de personas recordaron al artista y acudieron al lugar donde hace ya tres décadas recibió cuatro tiros a manos de un fan cuando salía de su residencia junto a Central Park.

“Si estuviera vivo hablaría aún más fuerte, su música sería 10 veces mejor y seguiría hablándole al mundo sobre paz. Yo pido todos los días la paz, porque él ya no puede hacerlo”, dijo Ayrton Dos Santos, un emocionado neoyorquino que acudió, con una camiseta de su ídolo.

La entrada del edificio Dakota, donde la noche del 8 de diciembre de 1980 Mark David Champan, un hombre de 25 años obsesionado con la novela El guardián entre el centeno, acabó con la vida de Lennon, fue el lugar de peregrinaje obligado para muchos de sus seguidores.

Después de mostrar un respetuoso recuerdo en el lugar donde el músico fue asesinado, todos ellos se adentraron en Strawberry Fields, el pacífico jardín de Central Park que acoge un mosaico con la palabra Imagine, título del tema de Lennon que hizo soñar a una generación con la posibilidad de un mundo mejor.

El jardín, muy cercano al Dakota y que toma su nombre de la canción Strawberry Fields Forever de The Beatles, fue inaugurado en 1985 por la viuda de Lennon, Yoko Ono, y ayer fue escenario improvisado de varios grupos de música y solistas que rindieron tributo al músico.

A medida que avanzaba el día, ese lugar se abarrotó de un creciente y variopinto grupo de cientos de personas que cantaban y lloraban sin pudor, y colocaban velas y flores en recuerdo del autor de canciones como Help! y A day in the life. “Estoy aquí por mi amor a John, porque él está todavía muy vivo en nuestros corazones”, expresó Hellen, una seguidora del ex Beatle que se mostró “impresionada” de que tanto tiempo después de su muerte “la gente sigue hoy aquí, recordando a esta persona tan especial”.

La historia se repite

Lennon tenía 40 años en el momento de su muerte y acababa de reiniciar su carrera con Double Fantasy, álbum que suponía su vuelta a los estudios, tras cinco años de ausencia para cuidar a su hijo Sean, y del que firmó una copia para el joven que terminó convirtiéndose en su asesino.

La noche en que murió uno de los revolucionarios de la música pop, miles de seguidores acudieron en peregrinación espontánea al Dakota, donde, entre velas, recibieron aturdidos la noticia de la muerte del cantante de Liverpool, algo que muchos repitieron ayer.

Además, Nueva York recuerda al Beatle que sintió más propio con conciertos benéficos, proyecciones de documentales y programas de radio.

Uno de los homenajes más especiales tuvo lugar a través de las ondas radiofónicas con la emisión en diferentes estaciones del programa John Lennon: The Final Interview, que incluyó la última entrevista concedida por el cantante, grabada en su departamento horas antes de fallecer.

La entrevista, realizada por RKO Radio, quedó registrada en tres horas de grabación y en ella Lennon, acompañado de Yoko Ono, predijo “el fin del imperio financiero” y afirmó que continuaría haciendo música aunque estuviera “muerto y enterrado”.

Con la proyección del documental Gimme some truth: The Making of John Lennon’s Imagine Album mañana en el Paley Center, la ciudad también recordará este fin de semana la creación del disco más popular de la carrera en solitario de Lennon.

Además, los medios neoyorquinos recogieron esta semana testimonios de personas que estuvieron cerca del cantante el día de su muerte, como el del doctor Stephen Lynn, el médico que atendió de urgencia a Lennon en el Hospital Roosevelt de Nueva York.

El galeno fue el encargado de anunciar al mundo que, pese a haber tratado durante 25 frenéticos minutos de salvar la vida del músico, su corazón había dejado de latir.

El asesino confeso de Lennon cumple desde 1981 una condena en la prisión de máxima seguridad de Attica, en el Estado de Nueva York, desde donde ha intentado siete veces sin éxito obtener la libertad condicional, la última vez el pasado mes de agosto.

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