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A Mónica Naranjo le pega la nostalgia

Luego de siete años de “silencio”, la cantante ibérica “renació” de nueva cuenta con el material discográfico Tarántula en 2008

MADRID, ESPAÑA.- Ella dice que es la “magia” de un concierto en vivo lo que caracteriza a Adagio. Así define Mónica Naranjo al recital que grabó en el Teatro de México capitalino el pasado mes de octubre y con el que la artista convierte en “eterno” un formato que define como “atemporal”, mismo que hubiera considerado como una lástima no grabar en este momento de su carrera.

Para su tour más reciente, Adagio, la cantante española quería cantar en “un teatro” junto a una orquesta sinfónica, porque, según explicó ayer se ha perdido la “costumbre de escuchar música clásica”. Mónica Naranjo sabe que este tipo de conciertos “no son rentables” pero cuando actúa “a un metro del público” explica que está “en el cielo”. “Es grandioso”, añade.

Luego de siete años de “silencio”, la cantante ibérica “renació” de nueva cuenta con el material discográfico Tarántula en 2008, un disco que sacó desde el exilio de las disqueras porque se sentía como una esclava del sistema discográfico. “Afortunadamente, me tiré del barco a tiempo”, explica sobre una decisión que la mantuvo al margen de la vida pública.
Es ahora cuando Naranjo vuelve a sorprender con este nuevo trabajo, titulado Adagio, mismo que se publica el próximo martes y en el que recoge versiones sinfónicas de algunos de sus temas más conocidos, como Sobreviviré, Europa, Óyeme, Amor y lujo, Usted, El despertar o La soledad.

“Cuando estoy en España echo de menos México y es un extrañar que duele. Pero cuando estoy aquí también extraño muchísimo mi país”, afirma Naranjo, que se dio a conocer como artista en tierras mexicanas gracias al éxito que consiguió con su primer disco, Mónica Naranjo (1994).

Adagio es una palabra que podría traducirse como un “movimiento lento”. Naranjo cree que a fuego lento es la mejor manera de poder solidificar un camino.
Su éxito profesional fue muy rápido y por eso ahora quiere degustar, disfrutar y recordar las cosas y ha decidido grabar este concierto dirigido a un público fiel del que no todos los artistas pueden presumir, porque “el mío está completamente abierto a evolucionar y a cultivarse conmigo”.

Seguirá en los escenarios
Dentro de esta renovación y reinvención constante, Naranjo no quiere saber nada de las críticas porque condicionan. La cantante quiere ser libre a la hora de crear y dejarse llevar. “No suelo impregnarme de cosas ni buenas ni malas”, afirma rotunda pensando que “mientras disfrute encima de un escenario y crea fervientemente en lo que hago, seguiré”.
En tan sólo unas semanas se volverá a subir al escenario para defender sus éxitos en versión sinfónica, en España, para el próximo año visitar Venezuela, Chile, Argentina, México, Costa Rica y ciudades estadounidenses como Miami y Los Ángeles.

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