'7:19', la hora que no se olvida
Jorge Michel Grau lleva a la pantalla grande un largometraje que revive el terremoto de 8.1 grados que sacudió a la Ciudad de México
GUADALAJARA, JALISCO (21/SEP/2016).- “Tenía 12 años cuando tembló; me estaba preparando para ir a la escuela… Estaba en primero de secundaria y me encontraba en el baño lavándome los dientes cuando comenzó a temblar. Me acuerdo perfecto, vivía en una casa de dos plantas; subí corriendo las escaleras…Tenía memoria de temblores, pero nunca una cosa tan tremenda. Llegué al cuarto de mi papá que se estaba amarrando los zapatos, él era arquitecto y nos dijo que nos pusiéramos en el marco de la puerta. Vivía al sur de la Ciudad de México y cuando salimos de la casa no se veía nada hasta que las noticias de Zabludovsky comenzaron a decir otra cosa”, así recuerda el director de cine Jorge Michel Grau la mañana del 19 de septiembre de 1985, así rememora al sismo de 8.1 grados en la Escala de Richter que sacudió a la Ciudad de México.
Grau, a quien recordamos por el filme “Somos lo que hay”, llega este fin de semana con la cinta “7:19”, en la cual aborda este terremoto a través de la historia de dos hombres —interpretados por Demián Bichir y Héctor Bonilla—, quienes tendrán que luchar por sobrevivir luego de quedar sepultados bajo los escombros de un edificio. En entrevista con EL INFORMADOR, el director platica de los retos que enfrentó para realizar la cinta.
— ¿Cuáles son los desafíos de hacer una película sobre un hecho que existió y que fue devastador?
— La idea era cómo narrar una historia que parece vieja —fue hace 31 años— pero al mismo tiempo parece que fue ayer. Toda la gente que habla del terremoto siempre tiene una historia o una anécdota cercana, creo que es un tema que nos pertenece a todos, no tiene exclusividad y arriesgarnos a hacerla, es porque queremos conectar con la gente que no vivió el temblor. Todos los jóvenes que nacieron después del 85 no tienen la conciencia de lo que fue y de lo que significa para la historia de este país. Los protocolos de seguridad, Protección Civil, el famoso ‘No corro, no empujo, no grito’, pero también vienen la conformación de partidos políticos, organizaciones civiles y sociales que le dan forma o perfil a la política actual.
—¿Con quiénes se reunió para desarrolla la cinta? ¿Se basó en testimonios, anécdotas?
—Empezamos a escribir el guion —Alberto Chimal es mi coescritor— y conforme avanzamos sabíamos que en cualquier momento íbamos a necesitar asesoría; obviamente investigamos por nuestro lado, hay mucho material en la red, hay mucho material dando vueltas de muy fácil acceso; sin embargo, cuando ya estaba el guion con un buen soporte, nos acercamos a un cronista que sabemos que es el que más sabe sobre el hecho — Iván Salcido—, él ya nos dio asesorías más puntuales; nos puso en contacto con mucha gente, bomberos que participaron en el rescate y sobrevivientes, gente que había estado en los escombros, ellos nos dieron ideas para que la historia tuviera certeza ante el público.
—¿Cómo fue el acercamiento para trabajar con Héctor y Demián?
—La primera etapa del financiamiento para realizar la cinta fue el año antepasado; queríamos filmar antes y estrenar en la gran conmemoración; sin embargo, uno de los fondos no salió y nos esperamos a la siguiente convocatoria. Se detuvo el proceso. Ya teníamos a los dos actores que la harían, pero se ocuparon; entonces, le pusimos pausa. Mayra Espinosa —productora de la cinta— nos dijo conocer a Demián y que le podía mostrar el guion. Personalmente creí que no le interesaría, porque está haciendo carrera en Hollywood… Pero fue todo lo contrario, le interesó de inmediato. Indicó que tenía ciertas dudas de cómo la cinta se iba a realizar sólo con dos personajes, pero al final se subió al barco. Nos pusimos a buscar su pareja y Demián levantó la mano por Héctor; le mandamos el guion y fue fabulosa su reacción. Ellos se conocen de toda la vida, son buenos amigos.
—¿Hacia dónde quiere que vaya su cinta, cuál es su enfoque?
—Como todo cineasta, quisiera que mi película trascienda y forme parte de la memoria cultural del país. Pero lo que más me interesa es hacer una interpretación de lo que sucedió hace 31 años; puedes hacer una metáfora con ella sobre lo que estamos viviendo hoy día: una gran tragedia nacional… Necesitamos que la sociedad civil se una. Además, en esta cinta vemos cómo dos clases sociales irreconciliables tienen que ponerle cara a la tragedia. El ejercicio es hacer una historia actual donde los jóvenes y los adolescentes pudieran sentirla suya, aunque fuera una película histórica. Todos somos lo mismo, si pudiéramos coordinarnos todos como un mismo tejido social a favor, las cosas serían distintas.
—Se habla que la cinta destapa momentos de corrupción, ¿es así?
—Sí, uno de los objetivos de esta película es generar una metáfora de la tragedia que se vive actualmente —violencia y corrupción— con la propia tragedia de 1985.
Duele el pasado
Michel Grau analiza que al momento de filmar notó que existe poco material fílmico sobre esta tragedia: “hay varios documentales, pero no tramas de ficción que se aboquen a retratarlo. De hecho, sólo hay una película que se llamó ‘Trágico terremoto’, de 1987 con Mario Almada y Pedro Weber Chatanuga: “Quiero entender que después de este shock, la gente no quería hablar; sin embargo, pasó el tiempo, la industria mexicana mejoró su calidad y podíamos hacer las películas; sin embargo, sucedieron otras cosas en el país en las que los cineastas habían puesto la mirada. Entonces, el sismo se quedó en el olvido y por eso decidimos echar un vistazo a lo que había sido y a la raíz de lo que le había dado a la ciudad”.
¿De qué va “7:19”?
El velador “Martín” (personificado por Héctor Bonilla) y el funcionario “Fernando” (interpretado por Demián Bichir) se encuentran en la recepción de un edificio del gobierno donde trabajan. De pronto, un terremoto los sepulta debajo de siete pisos de concreto y metal retorcido. Son las 7:19 horas del 19 de septiembre de 1985. “Martín” y “Fernando” son de universos distintos, el destino los obliga a afrontar la muerte juntos; ahora, más que nunca, tendrán que derribar las fronteras que los separan.
TOMA NOTA
Para cinéfilos
• El rodaje de “7:19” duró cuatro semanas; sólo un día se realizaron escenas en exteriores; todo lo demás es en los escombros con Demián y con Héctor.
• La cinta llega con 200 copias, primero se estrena en las principales ciudades de la República.