Economía

Seguir a la Fed es indispensable, afirma Carstens

El reto está en balancear el tipo de cambio flotante para que no desestabilice las expectativas de crecimiento

CIUDAD DE MÉXICO (25/ENE/2016).- El gobernador del Banxico señala desde Davos que, en su opinión, la política monetaria de México no puede ir al margen de lo que defina la Fed.

—¿Cuál es el origen de la volatilidad que se está presentando en los mercados financieros en el mundo?

—Hay una combinación de factores. El primero es que la economía no está creciendo y se están cuestionando los pronósticos de crecimiento de algunas economías, entre ellas la de Estados Unidos. El segundo es que el volumen del comercio internacional ha caído y hay un sentimiento de una actividad mucho más moderada hacia adelante, lo que ha afectado a las mercancías básicas (commodities), hemos visto la gran volatilidad entre algunos precios, notoriamente el petróleo, y eso ha afectado los tipos de cambio de casi todos los países del mundo, pero en particular de países emergentes que a los que se asocian con ‘commodities’ o que dependen mucho del comercio internacional.

—¿Se le puede ver fin a la volatilidad?

—Se juntaron demasiadas cosas al comienzo de este año, lo que también coincide con el inicio de la normalización de la política monetaria en Estados Unidos. Hubo un reajuste de portafolios muy precipitado e indiscriminado, lo que ha generado una cierta “nube”, que ha hecho difícil para algunos inversionistas distinguir entre países. Lo que debe ser el siguiente paso es que se empiece a discriminar entre país para identificar bien cuáles son los riesgos mejores o peores. Obviamente en el caso de México pienso que ha habido una sobrerreacción y es importante que sigamos insistiendo en fortalecer nuestros fundamentos; continuar con las reformas para generar más crecimiento y creo que esos factores van a ayudar a que se dé un ‘repraising’ de los activos en México, para que estén alineados con las capacidades y las fortalezas de México.

—¿Hay el riesgo de una recesión mundial?

—Sí veo que hay riesgo. Aunque hay un cierto grado de confianza de que la economía de EU va mejor, pero no hay que olvidarse de que todavía esa economía depende de una política monetaria sumamente expansionista, ahora un poquito menos, pero no mucho menos. Japón y Europa están yendo en la dirección opuesta de dar todavía más impulso a sus economías. Pero ahora tenemos la complicación de que al menos tres países emergentes grandes, Rusia, Brasil y China, están teniendo problemas muy serios. Si la recuperación de los países industriales se desacelera por alguna razón, quizás sí se podría generar una mayor desaceleración de la economía mundial.

—En París comentaste que en condiciones extremas los bancos centrales tendrían que buscar medidas “no convencionales”. ¿Puedes explicar esta idea?

—El problema que enfrentamos muchos países emergentes es que ha habido mucha inversión institucional y con cierta frecuencia eso tiende a generar operaciones simultáneas masivas, ajustes de portafolios. Por eso, en ciertos momentos podría ser oportuno que la liquidez que se tiende a ‘secar’ cuando hay mucha volatilidad en los bancos centrales pudiera dar esa liquidez. Una operación como la que yo tenía en mente al expresar lo anterior es facilitar el ajuste de duración en los portafolios de los inversionistas. Por ejemplo, si sube mucho la volatilidad es posible que algunos inversionistas quisieran vender títulos a largo plazo. Para que eso no genere más presión en otros mercados lo que podría hacer el banco central es hacer 'swaps' entre deuda de largo plazo y deuda de corto plazo. Ello no es una expansión monetaria pues sería simplemente facilitar el cambio de activos, como lo que hizo México en los años 2008-2009.

—En entrevista con Bloomberg en Davos, comentaste que sería la Comisión de Cambios la que decidiría si siguen las subastas de dólares a partir del fin de enero. ¿Qué elementos se evaluarán para decidir si continúa el esquema?

—Sin duda, el desempeño reciente de los mercados, y sobre todo cuál es la naturaleza de la presión que está recibiendo el tipo de cambio. Siempre hemos sido muy enfáticos en la Comisión de Cambios que la intervención no es para fijar o defender un nivel del tipo de cambio. Es simplemente para suavizar los movimientos del tipo de cambio y dejar que la flotación cambiaria funcione. De hecho, un cierto nivel de depreciación del tipo de cambio real es necesario porque el precio del petróleo se ha movido en nuestra contra. Hay más astringencia financiera internacional y eso también afecta. Lo que tratamos de evitar es que haya sobrerreacciones o movimientos muy abruptos en el día, que nos lleven a un mal equilibrio. Esos son los factores que se van a ponderar al evaluar si sigue el mecanismo de subastas de dólares.

—Hay quien piensa que el Banco de México debiera adelantarse a la Fed y subir las tasas antes de que empiece a darse una transmisión a la inflación de la depreciación del tipo de cambio. ¿Qué opinas?

—Allí tenemos un dilema que hemos presentado. Unas son las condiciones internas y otras las externas. Las internas nos demandarían una política monetaria como la que tenemos o quizás hasta un poquito más laxa por el hecho de que la economía crece por debajo de su potencial, porque la inflación está bajo control y sus expectativas están bien ancladas, porque las reformas estructurales nos van a seguir ayudando. Pero por otro lado tenemos otras consideraciones, ya que el movimiento cambiario puede desestabilizar las expectativas y eso podría forzarnos a subir las tasas de interés. El asunto es poder balancear las dos visiones. Una buena parte de la dinámica del tipo de cambio se puede generar por la posición monetaria relativa entre México y Estados Unidos, y cuando menos ese factor lo queremos eliminar. La Junta de Gobierno de Banxico tendrá que ponderar todos estos factores para tomar su política. Pero, cuando menos yo sí creo que seguir a la Fed es indispensable.

—¿Cuál es tu percepción desde Davos de cómo ven los inversionistas y otros banqueros centrales la situación de los mercados?

—Con respecto a México, como sucede muchas veces, aquí hay una visión mucho más positiva sobre el país, con mucho más esperanza de la que nosotros tenemos internamente. Eso es algo satisfactorio. Por otro lado, creo que seguimos en un esquema de transición, de superación de la crisis financiera global. Ésta no ha terminado. Inició con Estados Unidos, después pasó a Europa, ahora está pasando a algunos países emergentes. El ciclo sigue. No hemos logrado terminar con ese ajuste. En muchas de estas reuniones surge un llamado, ya repetitivo, a actuar de manera más coordinada, teniendo más en mente la estabilidad de la economía mundial, sobre todo entre países avanzados, para que esta transición se acelere y estemos ya con menos riesgos en tantos lugares.
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