Economía
Obama cederá terreno para conseguir un acuerdo
El presidente de EU no logra complacer a todos con el plan presupuestario que presentará el próximo 10 de abril
El presupuesto estadounidense que Obama presentará el próximo día 10 incluirá recortes en los programas de Seguridad Social y las aportaciones al programa de sanidad para jubilados del Medicare, al tiempo que propone una subida de ingresos fiscales para reducir el déficit.
Republicanos han criticado las cuentas porque no consideran suficientes los recortes y no rechazan subidas de impuestos, mientras que aliados de Obama, como el influyente sindicato AFL-CIO, lamentan que se pida sacrificio a trabajadores en vez de a los más ricos.
El asesor de Obama, Dan Pfeiffer, opinó hoy en una entrevista con ABC News que la redacción del presupuesto es fruto de un compromiso y "eso significa que habrá personas en ambos lados que no estarán contentas".
Pfeiffer explicó que "muchos republicanos lo quieren todo de su lado" y advirtió que la Casa Blanca no va a aceptar un presupuesto que sea básicamente "el plan económico de Mitt Romney", el candidato presidencial conservador en las pasadas elecciones generales.
Ese plan incidía en la necesidad de conseguir los ahorros necesarios para reducir el déficit de recortes sociales, especialmente en el programa del Medicare para jubilados, que querían privatizar y financiar a través de un sistema de vales que contuvieran el gasto.
El viernes, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, no modificó un ápice su tono crítico con la Casa Blanca al conocer los términos generales del presupuesto, que debería permitir que por primera vez desde hace cuatro años el Congreso apruebe las cuentas federales a largo plazo.
Según Boehner, que tiene las llaves de un compromiso de los republicanos de la Cámara, su partido no aceptará una subida de impuestos y consideró que un "modesto" ahorro en gasto social no es razón para hacerlos "rehenes de una subida impositiva".
El presupuesto de Obama, que llega dos meses más tarde de lo que es costumbre, contempla un reducción del déficit por valor de 1.8 billones de dólares en los próximos 10 años, con reducción de los gastos de Seguridad Social y Medicare y la eliminación deducciones fiscales para los ingresos más altos.
Esto permitiría poner fin a los recortes automáticos por valor de 1.2 billones de dólares, que se ejecutan desde el mes de marzo y que son arbitrarios y lesivos para la economía, ya que fueron pensados como medida de presión para forzar un acuerdo.
Pero los sindicatos no están contentos con los recortes que propone Obama y ayer Damon Silvers, el director de políticas de AFL-CIO, la mayor federación de sindicatos del país, pidió a sus afiliados que firmen una petición contra el proyecto presupuestario del presidente.
Según Silvers, el presupuesto, que quiere imponer una medida más restrictiva para determinar los beneficios de Seguridad Social respecto a la inflación, es una "mala política que realizará recortes que debilitarán la economía".
Los recortes de Obama en las aportaciones estatales a la Seguridad Social y a los pagos que el gobierno hace a los proveedores de servicios a través del Medicare son un ofrecimiento a los republicanos para que cedan y permitan un aumento de los impuestos.
Pese a todo parece que el presupuesto de Obama, que serviría de base para un proyecto de ley consensuado en el Congreso, está consiguiendo ablandar a algunos republicanos.
El senador republicano, Lindsey Graham, criticó hoy en entrevista con NBC News la propuesta del presidente por ser "mala para la economía", pero por vez primera consideró que es un esfuerzo "positivo" debido a que permite recortes en Seguridad Social y Medicare.
"Hay partes de ese presupuesto que son optimistas", opinó Graham, quien dijo que es un primer paso para un acuerdo que no puede seguir retrasándose mucho más y es clave para la estabilidad económica en la primera economía mundial.
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