Economía

México desaprovecha el poder de las olas

En México los proyectos de este tipo son aún experimentales e incipientes, pese a que el territorio nacional cuenta con más de 11 mil kilómetros de litorales

México desaprovecha el poder de las olas
CIUDAD DE MÉXICO (27/JUN/2011).- El tsunami que devastó Japón en marzo es una muestra del gran poder de las olas. ¿Qué sucedería si una energía de esa magnitud —o al menos parte de ella— lograra “cosecharse”? Esta es la tendencia de cada vez más países que pretenden ampliar su matriz de fuentes alternativas y en la que México se encuentra rezagado.

Mientras en naciones como Canadá o Portugal crece la evaluación y adopción de sistemas para aprovechar la energía de las olas marinas y transformarla en electricidad, en México los proyectos de este tipo son aún experimentales e incipientes, pese a que el territorio nacional cuenta con más de 11 mil kilómetros de litorales.

Hay tres fuentes de “energía marina” susceptibles de aprovechamiento para generar electricidad, explica Oscar Velasco, del Centro de Investigación Científica y Educación Superior en Ensenada (CICESE). Son las mareas, las corrientes y el oleaje producido por el viento.

Pero no se ha impulsado ningún esfuerzo sistemático para aprovechar esta última fuente (el oleaje) “porque ningún gobierno mexicano lo ha considerado importante”, dice llanamente el oceanógrafo del CICESE.

“En los planes y discursos oficiales se habla muy bien de las energías renovables y se advierte sobre la necesidad de incrementar la matriz energética a partir de estas fuentes, pero en la práctica no se está haciendo, a pesar de que hay estudios y evaluaciones del potencial elaborados por la Secretaría de Energía y la CFE”, considera Beatriz Olivera, de Greenpeace México.

Enorme potencial

Para Rafael Sánchez Dirzo, de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la UNAM, “el 20% de la electricidad mundial puede provenir de los océanos durante el transcurso del siglo (XXI), pues los dispositivos para su obtención son dignos herederos de Arquímedes, Leonardo y Ramelló, precursores de la hidráulica e hidrodinámica, ahora orientadas a obtener energía del agua salina de los mares”.

En un reporte actualizado hasta 2008, la Agencia Internacional de Energía (IEA) consigna que la producción total de electricidad en México alcanzó 258 mil 913 GWh ese año. La mayor proporción (131 mil 076 GWh) se produjo a partir de gas; del petróleo se obtuvieron 49 mil 311 GWh, de centrales hidroeléctricas 39 mil 178 GWh y de carbón 21 mil 410 GWh.

En el rubro de energías renovables libres de emisiones de carbono, el informe estadístico de la IEA coloca a la geotérmica como la (relativamente) más aprovechada en el país, con una producción de siete mil 056 GWh. De los aerogeneradores se obtuvieron 269 GWh y de los paneles fotovoltaicos solares nueve GWh. En cambio, la cifra para la energía de las olas marinas es cero.

Ante este panorama, Velasco propone invertir en el conocimiento del oleaje que prevalece en aguas territoriales (su altura, frecuencia, dirección de procedencia, etc.); luego en identificar las zonas propicias para aprovechar su energía y finalmente en desarrollar los aparatos adecuados para transformar la energía mecánica en eléctrica. Ello, advierte, sin dejar de estudiar los efectos de las plantas que ya existen, pues el que generen energía “limpia” no significa que sean inofensivas.

Lo que ya se hace

Portugal estableció en 2008, a cuatro kilómetros de la costas de Aguçadoura, la primera planta generadora de electricidad a partir de las olas. Son tres gigantescos cilindros de acero articulados de tres metros de diámetro y una longitud total de 140 metros. En sus uniones hay dispositivos hidráulicos que impulsan un motor y un generador. Cada una de estas “serpientes” produce unos 750 Kwh y se espera ampliar su número. Por su parte en Canadá —que durante 2008 produjo 33 GWh derivados de energía de olas— ya trabajan organizaciones, centros de investigación como el Canadian Hydraulics Centre, gobiernos y empresas privadas fabricantes para promover el uso de estas tecnologías a un nivel industrial, obstáculo que se ha visto frenado por la variedad de diseños propuestos, así como por los costos de implementación.

En México, expertos del Instituto de Ingeniería de la UNAM han desarrollado prototipos de aparatos como turbinas de eje horizontal para convertir corrientes marinas en electricidad. Y Steven Czitrom, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, quien patentó un sistema de bombeo que aprovecha el oleaje para descontaminar aguas, pretende ampliar esta línea de investigación a la producción de electricidad.

Ninguno de estos proyectos se ha evaluado ampliamente y mucho menos escalado para su uso masivo o comercial. “Por supuesto que esto debe contemplarse a largo plazo en los diversos planes y en la Estrategia Nacional de Energía, pues la ruta que ahora está trazada se enfoca a (explotar) más carbón, petróleo y energía nuclear”, advierte por su parte Beatriz Olivera.

Otra opción
En movimiento


Diversos medios se refieren indistintamente a la energía de las olas como mareomotriz. Pero es importante aclarar que la misma tiene tres fuentes susceptibles de aprovechamiento.

Mareas.- El desplazamiento de las aguas marinas es debido a la influencia gravitacional de la Luna y el Sol sobre nuestro planeta

Corrientes.- Son generadas por las mareas, los vientos y las diferencias en la distribución de temperatura y salinidad en distintas regiones del océano

Oleaje.- Es producido por la interacción del viento y el mar


El Sol, opción para ahorrar electricidad en hogares
Sistema fotovoltaico


CIUDAD DE MÉXICO.-  Solartec, empresa mexicana, y Water Capital llevan a cabo un proyecto piloto de varias casas habitación con sistemas alternos de energía, que busca que los ciudadanos ahorren recursos y establecer los lineamientos para que los contratos de interconexión con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), sean más transparentes.

“La interconexión es la unión de dos o más redes, en este caso la de la CFE y la fotovoltaica (...), la cual estamos impulsando para que todos los usuarios puedan contar con mecanismos alternos de energía”, afirma Rodrigo Hernández, de Solartec.

¿Cómo lograr este objetivo? Hernández explica que se desarrolló un microinversor —el que se encarga de convertir la corriente directa a corriente alterna— capaz de manejar 120 volts en una sola línea (monofásico), con materiales altamente durables y que funciona en la intemperie. Esta tecnología reduce los costos de fabricación de sistemas fotovoltaicos.

“Por la zona geográfica en la que se encuentra México, el panel se coloca en una inclinación entre 15 y 20 grados para que se tenga la mayor radiación solar posible (en promedio son cinco horas de efectividad solar)”, explica Víctor Florentino Martínez, analista de energía de Water Capital.

El mantenimiento que requiere es casi nulo, ya que puede soportar lluvia y granizo, y si se pone en una zona donde se genera mucho polvo, sólo es necesario limpiar su superficie con un trapo húmedo.

Hace poco más de un año, en el mercado había inversores de dos líneas (bifásicos), que sólo manejaban 220 volts, los cuales eran difíciles de operar y poco asequibles.

Solartec y Water Capital buscan que constructoras y organismos como el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) y el Fondo de Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (FOVISSSTE), ofrezcan a la población hogares con un sistema de energía renovable en sus paquetes.

En operación

Dos de las casas piloto con los sistemas de Solartec están ubicadas en Tecámac, Estado de México, donde se han probado por casi cuatro meses.
Araceli Vega Bautista, quien habita uno de estos inmuebles, dice que sus aparatos eléctricos funcionan sin problemas y con normalidad.

Desde que su instalación, Florentino Martínez, de Water Capital, ha registrado el consumo de energía. De los 220 kilowatts-hora que se registraron en el primer bimestre, el panel solar generó 40%, lo que equivale a 88 kilowatts-hora.

Explica que el usuario puede acudir a las oficinas de la CFE para obtener un contrato de interconexión. Personal especializado, posteriormente, acudirá a su domicilio para verificar la instalación del sistema y dar al inmueble un medidor bidireccional para contabilizar la energía consumida, tanto por la red eléctrica tradicional como por el sistema fotovoltaico.

Al llegar el recibo de la institución federal, agrega, se desglosa el consumo total de energía. La ventaja es que sólo se tiene que pagar la generada por la red tradicional y no la que producen los páneles solares.


Interconexión
Cuentas claras


Al establecer un contrato de interconexión, CFE cambiará el medidor e instalará uno bidireccional para registrar tanto la energía eléctrica que entra como la que sale.

Bien definido

El proyecto de Solartec y Water Capital busca que los ciudadanos cuenten con mecanismos alternos de energía e impulsar los llamados sistemas de interconexión.




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