Economía
Merrill Lynch descarta alza de precios en México
El banco de inversión destaca que pese a la depreciación del peso, la inflación se mantendrá este año
Merrill Lynch.
En un informe difundido este martes, el banco de inversión con sede en Nueva York destacó que aunque el peso se ha depreciado 40 por ciento desde mediados de 2014 a la fecha, la inflación durante este año en México se mantendrá en 3.2 por ciento, en línea con las expectativas oficiales.
"La inflación indudablemente aumentará tras esta amplia depreciación, pero no esperamos un alza generalizada en los precios", indicó Merrill Lynch en un documento elaborado por el analista Carlos Capistrán.
Explicó que la inflación será presionada por el lado del abasto de bienes, aunque por el frente de la demanda los precios permanecerán relativamente estables.
"Esperamos que aumenten los precios de los bienes importados y de los bienes que usan insumos importados, pero sin contaminar el precio de los bienes locales", declaró Capistrán.
El banco basó su análisis en el comportamiento de la inflación tras el aumento de los impuestos de 2014, la gripe aviar de 2012 y las amplias depreciaciones del peso de 2011 y 2009.
"Tras ser ancladas en alrededor de 3.5 por ciento durante varios años, las expectativas para los siguientes cinco a ocho años se ubican en 3.3 por ciento. Sin importar el nivel, las expectativas de inflación no han aumentado como resultado de la depreciación", de acuerdo con el informe.
El banco consideró que el impacto de la depreciación del peso en la inflación sería limitado por cuatro factores. El primero es que los precios en dólares de las importaciones han retrocedido 18 por ciento desde mediados de 2014, aunque recientemente iniciaron un repunte.
El segundo es que existe cierta debilidad en los mercados de bienes y de trabajo, lo que evitará presiones de precios mediante la demanda. El tercero es que hay una baja inflación en el sector de los servicios por la reducción de las tarifas en telecomunicaciones.
El cuarto factor por el que la inflación se mantendrá relativamente baja durante este año es que la depreciación del peso ha ocurrido durante 20 meses, por lo que una porción del contagio en los precios generalizados ya ha sucedido.
"Esperamos que la inflación termine el 2016 en 3.2 por ciento, o 110 puntos base por encima del 2.1 por ciento de 2015", puntualizó Capistrán.
Agregó que aunque tal pronóstico tiene riesgos al alza, debido a que los aumentos en los precios relativos, de bienes importados, aún no ha ocurrido, la inflación se mantendría bajo control.
"Incluso si la inflación termina el año cerca del 4.0 por ciento, en tanto que sólo sea por el resultado del alza en los precios comercializables, o por otro choque en la oferta como un repunte en los precios agrícolas, no cabe esperar una reacción fuerte de las expectativas de inflación en México", señaló.
NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS (23/FEB/2016).- Pese a que la depreciación del peso en los últimos 20 meses presionará la inflación al alza, es improbable que cause un alza generalizada en los precios de los bienes y servicios en México, consideró el banco
En un informe difundido este martes, el banco de inversión con sede en Nueva York destacó que aunque el peso se ha depreciado 40 por ciento desde mediados de 2014 a la fecha, la inflación durante este año en México se mantendrá en 3.2 por ciento, en línea con las expectativas oficiales.
"La inflación indudablemente aumentará tras esta amplia depreciación, pero no esperamos un alza generalizada en los precios", indicó Merrill Lynch en un documento elaborado por el analista Carlos Capistrán.
Explicó que la inflación será presionada por el lado del abasto de bienes, aunque por el frente de la demanda los precios permanecerán relativamente estables.
"Esperamos que aumenten los precios de los bienes importados y de los bienes que usan insumos importados, pero sin contaminar el precio de los bienes locales", declaró Capistrán.
El banco basó su análisis en el comportamiento de la inflación tras el aumento de los impuestos de 2014, la gripe aviar de 2012 y las amplias depreciaciones del peso de 2011 y 2009.
"Tras ser ancladas en alrededor de 3.5 por ciento durante varios años, las expectativas para los siguientes cinco a ocho años se ubican en 3.3 por ciento. Sin importar el nivel, las expectativas de inflación no han aumentado como resultado de la depreciación", de acuerdo con el informe.
El banco consideró que el impacto de la depreciación del peso en la inflación sería limitado por cuatro factores. El primero es que los precios en dólares de las importaciones han retrocedido 18 por ciento desde mediados de 2014, aunque recientemente iniciaron un repunte.
El segundo es que existe cierta debilidad en los mercados de bienes y de trabajo, lo que evitará presiones de precios mediante la demanda. El tercero es que hay una baja inflación en el sector de los servicios por la reducción de las tarifas en telecomunicaciones.
El cuarto factor por el que la inflación se mantendrá relativamente baja durante este año es que la depreciación del peso ha ocurrido durante 20 meses, por lo que una porción del contagio en los precios generalizados ya ha sucedido.
"Esperamos que la inflación termine el 2016 en 3.2 por ciento, o 110 puntos base por encima del 2.1 por ciento de 2015", puntualizó Capistrán.
Agregó que aunque tal pronóstico tiene riesgos al alza, debido a que los aumentos en los precios relativos, de bienes importados, aún no ha ocurrido, la inflación se mantendría bajo control.
"Incluso si la inflación termina el año cerca del 4.0 por ciento, en tanto que sólo sea por el resultado del alza en los precios comercializables, o por otro choque en la oferta como un repunte en los precios agrícolas, no cabe esperar una reacción fuerte de las expectativas de inflación en México", señaló.
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