Economía
Los pequeños comercios, con grandes presiones
El dueño de “El Mundo del Juguete” ha dejado de abonar el Impuesto Sobre Nómina, porque ha tenido que despedir a sus empleados. Después del próximo diciembre planea cerrar tras 22 años de hacer negocios con los juguetes
GUADALAJARA, JALISCO.- Hace poco más de dos décadas, Guillermo Kenneth González Moreno comenzó un sueño, al abrir una juguetería. Con el paso de los años su negocio se expandió en su domicilio de Pensador Mexicano 1850. El Mundo del Juguete se convirtió en referencia de niños que anhelaban poseer un vehículo eléctrico.
González también consolidó un taller para darle mantenimiento y reparar los equipos de marcas como Famoplay, Feber y Famosa.
Ahora está a punto de cerrar. Ha tenido que despedir a todos sus empleados y reducir sus operaciones a la venta de inventarios. Las deudas y los impuestos lo tienen, dice, “ahorcado”. De que suban los impuestos, como el que grava a las nóminas, no quiere saber nada. Como van las cosas, espera las ventas de fin de año para cerrar su comercio.
- ¿Cómo ve la situación económica actual en Guadalajara y el resto del país?
-Mal. Está muy mal. Desde diciembre pasado estoy enfrentando muchos problemas. Sólo estoy operando con lo que tengo en inventario. Debo un crédito, pero no alcanzo a pagarlo. Como comerciante de juguetes, no puedo competir con tiendas como Wal-Mart que, por ejemplo, venden este mismo producto (un vehículo de baterías para niños), que yo vendo en tres mil pesos, en dos mil 900, pero sin intereses y a 18 meses. Yo no puedo competir así. Por eso la gente se ha ido, ya no viene a comprar.
- En el año, ¿ésta es una buena o mala época para su negocio?
-Es regular. La época buena es noviembre, diciembre y enero, y luego en abril. Pero cada vez es menos buena. Nos iría mejor si las grandes tiendas no atacaran tanto a los negocios pequeños. Nos ayudaría poder recibir apoyos, pero no recibimos nada.
- ¿Cómo ve lo que tiene que pagar de impuestos?
-Ya no puedo pagarlos todos. Ya no declaro todo lo que vendo, porque si lo hago no sale ni para mantenerme.
- ¿Cuál es el impuesto que más le afecta?
-El del Seguro Social. Ese es el que más me afecta, aunque he tenido que recortar empleados.
- ¿Paga el 2% del Impuesto Sobre Nómina (ISN)?
-No, ya no porque ya no tengo empleados. Sí lo pagaba cada mes, pero ahora no porque sólo trabajo con mi esposa para atender el negocio.
- ¿Sabe que quieren aumentar de 2.0 a 2.3% el ISN para, con el dinero adicional, formar un fondo de apoyo a proyectos de asistencia social? ¿Qué piensa de que aumenten este impuesto?
-No, pues está mal, muy mal. De por sí ya está muy pesado pagar todos los impuestos, las ventas están cada vez más malas. Lo que están haciendo con esos aumentos es acabar con el comercio. Así no se puede.
Yo pienso que voy a desaparecer este año, después de que pase diciembre. Mire, yo nací aquí, tengo 20, 22 años en este negocio, ¡pero ahora las cosas están tan mal! Los bancos se lo están tragando a uno. Para un comercio pequeño, está muy difícil.
Guerra perdida contra el ambulantaje
Guillermo González lamenta que no pueda sacar su mercancía a la banqueta de su negocio de juguetes, porque “enseguida me caen los inspectores, y me multan. Pero al comerciante ambulante, que no paga impuestos, a ese no le hacen nada y le permiten vender en la calle”.
Pone de ejemplo una motocicleta infantil eléctrica, marca Princess. “Yo la compro en 900 pesos, y la vendo en mil 200, y le puedo enseñar mis facturas. Pero en el tianguis la venden, igualita, en 500 pesos. ¿Cómo le hacen si yo se la compro al distribuidor de la marca? Yo le reclamo y él me asegura que no se las vende él. ¿Entonces? Sólo que sea de contrabando”, concluye el comerciante.
González también consolidó un taller para darle mantenimiento y reparar los equipos de marcas como Famoplay, Feber y Famosa.
Ahora está a punto de cerrar. Ha tenido que despedir a todos sus empleados y reducir sus operaciones a la venta de inventarios. Las deudas y los impuestos lo tienen, dice, “ahorcado”. De que suban los impuestos, como el que grava a las nóminas, no quiere saber nada. Como van las cosas, espera las ventas de fin de año para cerrar su comercio.
- ¿Cómo ve la situación económica actual en Guadalajara y el resto del país?
-Mal. Está muy mal. Desde diciembre pasado estoy enfrentando muchos problemas. Sólo estoy operando con lo que tengo en inventario. Debo un crédito, pero no alcanzo a pagarlo. Como comerciante de juguetes, no puedo competir con tiendas como Wal-Mart que, por ejemplo, venden este mismo producto (un vehículo de baterías para niños), que yo vendo en tres mil pesos, en dos mil 900, pero sin intereses y a 18 meses. Yo no puedo competir así. Por eso la gente se ha ido, ya no viene a comprar.
- En el año, ¿ésta es una buena o mala época para su negocio?
-Es regular. La época buena es noviembre, diciembre y enero, y luego en abril. Pero cada vez es menos buena. Nos iría mejor si las grandes tiendas no atacaran tanto a los negocios pequeños. Nos ayudaría poder recibir apoyos, pero no recibimos nada.
- ¿Cómo ve lo que tiene que pagar de impuestos?
-Ya no puedo pagarlos todos. Ya no declaro todo lo que vendo, porque si lo hago no sale ni para mantenerme.
- ¿Cuál es el impuesto que más le afecta?
-El del Seguro Social. Ese es el que más me afecta, aunque he tenido que recortar empleados.
- ¿Paga el 2% del Impuesto Sobre Nómina (ISN)?
-No, ya no porque ya no tengo empleados. Sí lo pagaba cada mes, pero ahora no porque sólo trabajo con mi esposa para atender el negocio.
- ¿Sabe que quieren aumentar de 2.0 a 2.3% el ISN para, con el dinero adicional, formar un fondo de apoyo a proyectos de asistencia social? ¿Qué piensa de que aumenten este impuesto?
-No, pues está mal, muy mal. De por sí ya está muy pesado pagar todos los impuestos, las ventas están cada vez más malas. Lo que están haciendo con esos aumentos es acabar con el comercio. Así no se puede.
Yo pienso que voy a desaparecer este año, después de que pase diciembre. Mire, yo nací aquí, tengo 20, 22 años en este negocio, ¡pero ahora las cosas están tan mal! Los bancos se lo están tragando a uno. Para un comercio pequeño, está muy difícil.
Guerra perdida contra el ambulantaje
Guillermo González lamenta que no pueda sacar su mercancía a la banqueta de su negocio de juguetes, porque “enseguida me caen los inspectores, y me multan. Pero al comerciante ambulante, que no paga impuestos, a ese no le hacen nada y le permiten vender en la calle”.
Pone de ejemplo una motocicleta infantil eléctrica, marca Princess. “Yo la compro en 900 pesos, y la vendo en mil 200, y le puedo enseñar mis facturas. Pero en el tianguis la venden, igualita, en 500 pesos. ¿Cómo le hacen si yo se la compro al distribuidor de la marca? Yo le reclamo y él me asegura que no se las vende él. ¿Entonces? Sólo que sea de contrabando”, concluye el comerciante.
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