Economía

La regulación en México no falló: AMIB

Marcos Ramírez Miguel, presidente de la AMIB señaló que se necesitan tres condiciones: simultaneidad, homogeneidad y equidad

CIUDAD DE MÉXICO.- Aunque en esta crisis global la regulación en México no falló, se deberán inducir ajustes para lograr un sistema regulatorio internacional eficaz, consideró el presidente de la Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles ( AMIB), Marcos Ramírez Miguel.

Durante su participación en la XIX Convención del Mercado de Valores, destacó que para ello se requieren tres condiciones: simultaneidad, homogeneidad y equidad.

"La disyuntiva no está entre más o menos regulaciones, sino en adecuar la regulación vigente en los puntos donde las fallas señalan debilidad.

"En el caso de México la regulación no falló, por lo que sólo se deberán inducir ajustes en respuesta a iniciativas coordinadas internacionalmente, de otra forma podríamos poner en riesgo nuestro buen desempeño", dijo.

En su opinión, la actual crisis dejó dos lecciones: la primera, es que esta situación derivó de la gran falta de diligencia que se observó en la actuación de muchos de los protagonistas sobre el tema ejecutar una acción y cerciorarse de su correcta ejecución.

Si bien todos los protagonistas "han pagado con creces dicho descuido, la magnitud de los daños colaterales es lo que ha convertido a esta crisis en dramática", por lo que es preciso cumplir con los preceptos de gobierno corporativo con verdadero sentido de responsabilidad y no sólo por cubrir un requisito, argumentó.

La segunda lección consiste en la importancia de contar con un mecanismo de coordinación internacional, señaló el presidente de la AMIB en presencia del Presidente Felipe Calderón.

Dijo que a nivel global se plantea la disyuntiva de actuar frente a las fallas regulatorias, pero al mismo tiempo preocupa generar un freno para el desarrollo futuro de los mercados.

Argumentó que para lograr un sistema regulatorio internacional eficaz es necesario las tres condiciones referidas: la primera es simultaneidad.

"Si se van a adoptar medidas como la de Basilea, que seguramente deberán de revisarse, es importante que una vez definida su implementación sea prácticamente simultánea en los diversos países que las adopten", o por lo menos asegurar que se apliquen por todos los que las suscriben en un tiempo relativamente corto.

Asimismo, dijo, se requiere homogeneidad, pues en los mercados de derivados existe una gran asimetría regulatoria mundial, y es preciso que se establezcan lineamientos internacionales para generar una regulación similar en toda la latitud y entre el mercado organizado y el extrabursátil.

De lo contrario, "la semilla de un potencial desajuste y futuros quebrantos seguirá latente", por lo que reiteró que de no conseguirse reglas homogéneas, la acción aislada de una autoridad local se diluye en la inmensidad de los circuitos financieros internacionales.

La última condición para contar con un sistema eficaz es la equidad, pues en un mundo tan globalizado, cuando se tiene una regulación distinta en ciertos mercados, se pueden generar distorsiones significativas en otros países.

"Estas tres condiciones, simultaneidad, homogeneidad y equidad tendrán que estar presentes en el nuevo marco regulatorio que seguramente surgirá después de esta crisis", puntualizó.
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