Economía

La refinería Bicentenario, detenida por el gobierno

El gasto en el fallido proyecto suma hasta ahora 2 mil 564 millones de pesos

CIUDAD DE MÉXICO (24/SEP/2014).- La nueva refinería Bicentenario en Tula, Hidalgo, nunca ha contado con los recursos necesarios para llevar a cabo la obra, por una restricción presupuestal de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ( SHCP).

La respuesta textual a una petición de datos sobre los trabajos fue que “derivado de las restricciones presupuestales establecidas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, no se autorizó la etapa de construcción de la nueva refinería y por tanto no se dispone de información relativa a los avances de la construcción”. Sin embargo, sí se detalló que en el estudio de preinversión se erogaron 44 millones de pesos en 2009; 149 millones en 2010; 62 millones en 2011; 281 millones en 2012; mil 639 en 2013 y 388 millones hasta agosto de este año. Lo presupuestado eran montos mucho mayores, casi tres veces más grandes, pues asciende a 6 mil 138 millones de pesos. Sólo en la fase que se registró ante la dependencia como “Estudio de preinversión para un nuevo tren de refinación en Tula, Hidalgo” los mexicanos se han gastado un total de 2 mil 564 millones de pesos entre el año 2009 ––cuando fue autorizado el proyecto–– y agosto de 2014, de acuerdo con documentos en poder de El Financiero solicitados a través del IFAI.

El préstamo

En febrero de 2012, el gobierno de Hidalgo pidió un préstamo de mil 471 millones de pesos para pagar los terrenos en los que hoy debería asentarse la refinería. El crédito que la entidad debe a Banorte fue contratado a un plazo de 180 meses. Del total, sólo ha amortizado 31 millones de pesos. Ese crédito representaba hasta junio de 2014 más del 35 por ciento del total del saldo de la deuda de la administración local. Sin embargo, el gobierno estatal recibe cada año unos 33 mil millones de recursos federales. No hay evidencia de que Pemex vaya a construir la refinería, y para los funcionarios involucrados en la decisión de instalarla no parece haber repercusión sobre el gasto hecho hasta el momento.

Pero levantan barda alrededor del enorme predio que ocuparía

Un recorrido de este diario constató que en el terreno de la nueva refinería sólo existe una barda de ladrillo gris con púas por encima que protegen un terreno baldío. Los pastizales del supuesto terreno para la refinería todavía son iguales a los que quedan por fuera de lo que ha sido delimitado.

Así, árboles sin hojas por el comienzo del invierno, arbustos sin cortar, llanuras disparejas y ni una sola máquina de construcción componen el terreno que sólo está delimitado por dos lados de un perímetro y no por los cuatro lados, por lo que el acceso es libre a pesar de contar con una barda de mil 564 millones de pesos. La caseta de seguridad abandonada es de madera, de sus ventanas cuelgan algunos trapos para tapar la luz de quien alguna vez ocupó dicha posición. En el momento en que El Financiero realizó la visita, los trabajadores
de la compañía contratista que descansaban bajo la sombra de algunos árboles tomaron un “descanso de su descanso”, para jugar fútbol. No importa que lleven uniforme naranja ni que las demoledoras estén a un lado. Es más, sirvieron de portería.

Sergio Meana

EL FINANCIERO
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