Economía
La crisis económica revitaliza la tradición del empeño en México
El bicentenario Nacional Monte de Piedad ha abierto esta semana diecisiete sucursales nuevas en México y ha ampliado su horario
"Los padres suelen legarles a sus hijos las alhajas precisamente con ese mensaje: que cuando tengan un apuro, puedan salir de él", señala De la Luz.
Entre 2008 y 2009, la institución que dirige incrementó sus créditos en un veinte por ciento, y las joyas y relojes constituyeron más de un 90 por ciento de los bienes empeñados. Otras prendas, como un arpa fabricada con la mandíbula de un tiburón, son las excepciones.
"Nuestro papel se ha redefinido, porque ante una crisis necesitamos ayudar más. Esta situación implica equiparnos mejor y llegar a más personas", añade De la Luz, que recuerda que Nacional Monte de Piedad no es una casa de empeño, sino una "institución proveedora de ayuda sin fines de lucro".
Aunque el director general desea "borrar la mala imagen" de que sólo se acude a los montes de piedad "en los malos tiempos" y propone el empeño como "una forma de inversión".
Eso sí, el bicentenario Nacional Monte de Piedad ha abierto esta semana diecisiete sucursales nuevas en México y ha ampliado su horario, un poco antes de que termine un mes en el que se espera que su volumen de operaciones, estimado en mil 660 millones de pesos (unos 128 millones de dólares), supere en más de quinientos millones al de enero de 2009.
La crisis también ha modificado ligeramente el calendario de estas entidades, cuyos períodos de mayor actividad -la cuesta de enero, Semana Santa y el regreso a la escuela- se van alargando progresivamente.
Paciencia y algo de lectura parecen los útiles necesarios para sobrevivir a las largas colas que inundan la histórica y céntrica sucursal con la que Nacional Monte de Piedad cuenta cerca de la catedral capitalina.
Casi todos los que esperan reconocen que no es la primera vez que acuden a las básculas de los evaluadores del Nacional Monte de Piedad, que, al otro lado de las ventanillas, pesan oro sin descanso. "Nos ayudan bastante, porque hay mucha gente que está mal económicamente", comenta un usuario.
Pero, a pesar de que muchas casas se presenten como el servicio ideal para aquellos que no pueden acudir a los bancos a por un crédito, la realidad del empeño en México es más compleja, ya que algunas no se encuentran registradas en la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) y provocan más de un quebradero de cabeza a algunos clientes.
El director general de Estudios sobre Consumo de PROFECO, Roberto Bello, ha advertido que el principal problema deriva de la confusión que, a veces, reina en torno a las tasas de interés.
Por tal motivo, recomienda que se preste atención al Costo Anual Total (CAT) y no al porcentaje mensual que algunas casas de empeño exhiben. La tabla de equivalencia entre ambas tasas de la Brújula de Compra de PROFECO revela, por ejemplo, que un interés mensual de 11,5 por ciento se convierte en un CAT del 269 por ciento.
Según Bello, muchos usuarios pueden pagar hasta un 26 por ciento más de intereses, ya que determinadas entidades cobran los meses completos, sin importar por cuántos días haya sido empeñado un bien.
Prestar atención a esta letra pequeña y huir de las casas que no estén registradas en PROFECO son, para Bello, los ingredientes de la receta para que estos créditos 'baratos' al final no les resulten a los mexicanos que los solicitan más caros que ningún otro.
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