Economía
La OMC, ante decisiones difíciles
Las diferencias entre los países sobre cuánto reducir los aranceles de los bienes manufacturados son 'insalvables'
Estados Unidos y grandes economías emergentes como China, India y Brasil, que finalmente podrían poner fin a 10 años de negociaciones para un comercio global.
El director General de la OMC, Pascal Lamy, dijo en una nota que acompañaba a los documentos de las nuevas negociaciones de la OMC el jueves que las diferencias entre los países sobre cuánto reducir los aranceles de los bienes manufacturados eran "insalvables".
Esto representa un "serio riesgo" para el resto de las negociaciones de amplio rango que también cubren áreas como la agricultura, los servicios y una serie de asuntos regulatorios como subsidios a la pesca, reglas contra la competencia desleal y barreras no arancelarias, dijo Lamy.
Los miembros, incluyendo a Estados Unidos, ahora enfrentan la dura decisión de si aferrarse a sus posturas de larga data o modificar sus demandas con la esperanza en lograr un trato.
Sin embargo, el Gobierno del presidente Barack Obama se arriesga a que el Congreso rechace cualquier acuerdo que no genere grandes oportunidades de exportación para los agricultores estadounidenses, el sector manufacturero y las empresas de servicios.
La ronda de Doha fue lanzada en el 2001 en la capital de Qatar con el objetivo de ayudar a los países pobres a prosperar mediante el acceso a los mercados en países ricos.
La pesimista advertencia de Lamy de que las conversaciones están al borde del fracaso llegaron un día después de que una antigua representante comercial de Estados Unidos dijera que la Ronda de Doha estaba "sentenciada".
"Durante años, la amenaza de ser culpados por el colapso de la Ronda de Doha ha hecho que sea demasiado riesgoso para los gobiernos que sugieran que las negociaciones están muertas", escribió la ex representante de Comercio de Estados Unidos Susan Schwab en la última edición de Foreign Affairs.
Lamy dijo que concluyó que las negociaciones sobre los bienes manufacturados eran insalvables tras consultar con siete miembros de la OMC: Australia, Brasil, China, la Unión Europea, India, Japón y Estados Unidos.
Los países ya acordaron que la mayoría de las tarifas sobre bienes manufacturados serían recortadas en dos fórmulas, una para los países en desarrollos como China, India y Brasil y otras para los desarrollados como Estados Unidos, la UE y Japón.
Washington se queja que su fórmula requeriría de más recortes a sus ya bajas tarifas en la mayoría de los bienes y reducir dramáticamente las tarifas "máximas" en puntos sensibles como textiles y camiones, mientras que la fórmula para países en desarrollo permitiría a China, India y Brasil mantener aranceles mucho más altos.
Para nivelar el campo de juego, Estados Unidos quiere que esos países firmen un trato "sectorial" adicional que cubra bienes como productos químicos, la maquinaria industrial y los productos electrónicos, donde los participantes reducirían tarifas de forma más agresiva.
Sin embargo, China, India y Brasil se resisten a los términos de Estados Unidos, lo que lleva a un callejón salida. Los miembros simplemente tienen "puntos de vista fundamentalmente diferentes" con respecto a las negociaciones sobre los bienes manufacturados, afirmó Lamy.
WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS (22/ABR/2011).- Los miembros de la Organización Mundial de Comercio enfrentan una sombría Pascua el domingo debido a las disputas sobre comercio manufacturado entre
El director General de la OMC, Pascal Lamy, dijo en una nota que acompañaba a los documentos de las nuevas negociaciones de la OMC el jueves que las diferencias entre los países sobre cuánto reducir los aranceles de los bienes manufacturados eran "insalvables".
Esto representa un "serio riesgo" para el resto de las negociaciones de amplio rango que también cubren áreas como la agricultura, los servicios y una serie de asuntos regulatorios como subsidios a la pesca, reglas contra la competencia desleal y barreras no arancelarias, dijo Lamy.
Los miembros, incluyendo a Estados Unidos, ahora enfrentan la dura decisión de si aferrarse a sus posturas de larga data o modificar sus demandas con la esperanza en lograr un trato.
Sin embargo, el Gobierno del presidente Barack Obama se arriesga a que el Congreso rechace cualquier acuerdo que no genere grandes oportunidades de exportación para los agricultores estadounidenses, el sector manufacturero y las empresas de servicios.
La ronda de Doha fue lanzada en el 2001 en la capital de Qatar con el objetivo de ayudar a los países pobres a prosperar mediante el acceso a los mercados en países ricos.
La pesimista advertencia de Lamy de que las conversaciones están al borde del fracaso llegaron un día después de que una antigua representante comercial de Estados Unidos dijera que la Ronda de Doha estaba "sentenciada".
"Durante años, la amenaza de ser culpados por el colapso de la Ronda de Doha ha hecho que sea demasiado riesgoso para los gobiernos que sugieran que las negociaciones están muertas", escribió la ex representante de Comercio de Estados Unidos Susan Schwab en la última edición de Foreign Affairs.
Lamy dijo que concluyó que las negociaciones sobre los bienes manufacturados eran insalvables tras consultar con siete miembros de la OMC: Australia, Brasil, China, la Unión Europea, India, Japón y Estados Unidos.
Los países ya acordaron que la mayoría de las tarifas sobre bienes manufacturados serían recortadas en dos fórmulas, una para los países en desarrollos como China, India y Brasil y otras para los desarrollados como Estados Unidos, la UE y Japón.
Washington se queja que su fórmula requeriría de más recortes a sus ya bajas tarifas en la mayoría de los bienes y reducir dramáticamente las tarifas "máximas" en puntos sensibles como textiles y camiones, mientras que la fórmula para países en desarrollo permitiría a China, India y Brasil mantener aranceles mucho más altos.
Para nivelar el campo de juego, Estados Unidos quiere que esos países firmen un trato "sectorial" adicional que cubra bienes como productos químicos, la maquinaria industrial y los productos electrónicos, donde los participantes reducirían tarifas de forma más agresiva.
Sin embargo, China, India y Brasil se resisten a los términos de Estados Unidos, lo que lleva a un callejón salida. Los miembros simplemente tienen "puntos de vista fundamentalmente diferentes" con respecto a las negociaciones sobre los bienes manufacturados, afirmó Lamy.
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