Economía
Industriales abogan por la plena liberalización de la economía
La Canacintra asegura que la regulación ha sido una de las formas de intervención del Estado más dañina para el desarrollo del país
CIUDAD DE MÉXICO (05/JUL/2010).- La Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) está en desacuerdo con la reglamentación que rige para la actividad económica, porque “ahoga el desarrollo”. Sostiene que la única forma de potenciar los mercados es a través de “la plena liberalización de la economía y la eliminación de obstáculos gubernamentales”.
Según esta cámara empresaria, la regulación ha sido una de las formas de intervención del Estado más dañina para el desarrollo del país, porque al modificar las “reglas del juego” de la actividad productiva ha frenado la inversión, ha aumentado el desempleo y, en última instancia, ha reducido el crecimiento de la economía y la flexibilidad para hacer frente a crisis nacionales e internacionales.
Aunque la regulación de la economía nacional gravita menos que hace 20 años, aún existe una serie de reglamentaciones y disposiciones legales que norman la actividad de las empresas, que inhiben la competencia y fomentan la corrupción, opina la Cámara de la Industria.
Para el organismo fabril, mejorar la transparencia y disminuir la discrecionalidad de la burocracia que administra la regulación implica reducir la corrupción.
La elevada intervención del Estado, ya sea de forma directa (producción de bienes como petróleo o electricidad) o indirecta (mediante el marco regulatorio y los procedimientos administrativos), continúa siendo uno de los problemas que más afectan la sana marcha de la economía.
Según esta cámara empresaria, la regulación ha sido una de las formas de intervención del Estado más dañina para el desarrollo del país, porque al modificar las “reglas del juego” de la actividad productiva ha frenado la inversión, ha aumentado el desempleo y, en última instancia, ha reducido el crecimiento de la economía y la flexibilidad para hacer frente a crisis nacionales e internacionales.
Aunque la regulación de la economía nacional gravita menos que hace 20 años, aún existe una serie de reglamentaciones y disposiciones legales que norman la actividad de las empresas, que inhiben la competencia y fomentan la corrupción, opina la Cámara de la Industria.
Para el organismo fabril, mejorar la transparencia y disminuir la discrecionalidad de la burocracia que administra la regulación implica reducir la corrupción.
La elevada intervención del Estado, ya sea de forma directa (producción de bienes como petróleo o electricidad) o indirecta (mediante el marco regulatorio y los procedimientos administrativos), continúa siendo uno de los problemas que más afectan la sana marcha de la economía.
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