Economía
El Mazda 3 cruza la frontera
Concluye el día dos del trayecto organizado por la empresa japonesa para llevar este modelo hecho en México desde Salamanca hasta Toronto
Mazda ha trazado para mostrar el valor del nuevo Mazda 3 de 2.0 litros —desde Salamanca hasta Toronto— se desarrolló con toda tranquilidad en el segundo día de viaje en caravana.
En la primera jornada del lunes pasado, partimos desde la planta de fabricación en Salamanca, Guanajuato, hasta Monterrey, Nuevo León, donde nos estacionamos por una noche para retomar esta odisea que nos llevará por los tres países que conforman la región norteamericana.
Ayer el camino nos llevó a San Antonio, Texas, una pequeña ciudad del Sur de Estados Unidos con una importante población de origen hispano, en un recorrido de más de seis horas con algunas escalas y garita incluida.
Y si pensábamos que la autopista México-Monterrey era recta, tras circular por la vía Monterrey-Laredo para cruzar la frontera, vimos lo que realmente significa estar frente a un paisaje que nunca cambia, pues parecía una pintura o una fotografía en el parabrisas con un carretera recta extendiéndose hacia el horizonte.
Es necesario aclarar que las carreteras estaban mejor del lado estadunidense —batallamos un poquito con la superficie de rodamiento en México— pero quizás eran más monótonas.
En la ruta nos encontramos con dos puntos de revisión de migración y dos retenes en México —del Ejército y de la Policía Federal— que nos entretuvieron más de lo previsto. Precisamente, uno de los lugares donde más nos retrasamos fue al cruzar el área de migración, aunque se agradece la amabilidad de los oficiales en comparación con sus homólogos de los aeropuertos.
Pero entre peras y manzanas, el Mazda 3 se mostró impaciente durante los lapsos de espera, y cuando finalmente le soltamos la correa, hizo lo que mejor sabe hacer: correr. Nuestras sospechas iniciales se confirmaron aún más: el carro se aferra al pavimento y responde honorablemente con su caja de transmisión de seis velocidades. Nos sentimos orgullosos de ser los primeros en llevarlo a tierras estadounidenses.
San Antonio tiene poco más de dos millones de habitantes en su área metropolitana, y es una ciudad antigua, cuyo origen está en las misiones que llegaron a territorio americano durante la Conquista Española.
Una de sus mayores atracciones es el River Walk, un paseo por un río artificial en el centro de la ciudad que además posee un centro comercial, así como numerosos restaurantes, tiendas y hoteles. Dimos un recorrido exprés y luego echamos un ojo por lo que queda del Álamo, la antigua misión franciscana que fue clave en el desarrollo de la Revolución de Texas, cuando esta región se separó de México en tiempos de Antonio López de Santa Ana.
Hoy rodamos rumbo a Dallas. Afortunadamente, el calor nos ha perdonado hasta estos primeros días y esperamos que así siga.
EL INFORMADOR / BRENDA RAMOS
GUADALAJARA, JALISCO (30/ABR/2014).- El tour que
En la primera jornada del lunes pasado, partimos desde la planta de fabricación en Salamanca, Guanajuato, hasta Monterrey, Nuevo León, donde nos estacionamos por una noche para retomar esta odisea que nos llevará por los tres países que conforman la región norteamericana.
Ayer el camino nos llevó a San Antonio, Texas, una pequeña ciudad del Sur de Estados Unidos con una importante población de origen hispano, en un recorrido de más de seis horas con algunas escalas y garita incluida.
Y si pensábamos que la autopista México-Monterrey era recta, tras circular por la vía Monterrey-Laredo para cruzar la frontera, vimos lo que realmente significa estar frente a un paisaje que nunca cambia, pues parecía una pintura o una fotografía en el parabrisas con un carretera recta extendiéndose hacia el horizonte.
Es necesario aclarar que las carreteras estaban mejor del lado estadunidense —batallamos un poquito con la superficie de rodamiento en México— pero quizás eran más monótonas.
En la ruta nos encontramos con dos puntos de revisión de migración y dos retenes en México —del Ejército y de la Policía Federal— que nos entretuvieron más de lo previsto. Precisamente, uno de los lugares donde más nos retrasamos fue al cruzar el área de migración, aunque se agradece la amabilidad de los oficiales en comparación con sus homólogos de los aeropuertos.
Pero entre peras y manzanas, el Mazda 3 se mostró impaciente durante los lapsos de espera, y cuando finalmente le soltamos la correa, hizo lo que mejor sabe hacer: correr. Nuestras sospechas iniciales se confirmaron aún más: el carro se aferra al pavimento y responde honorablemente con su caja de transmisión de seis velocidades. Nos sentimos orgullosos de ser los primeros en llevarlo a tierras estadounidenses.
San Antonio tiene poco más de dos millones de habitantes en su área metropolitana, y es una ciudad antigua, cuyo origen está en las misiones que llegaron a territorio americano durante la Conquista Española.
Una de sus mayores atracciones es el River Walk, un paseo por un río artificial en el centro de la ciudad que además posee un centro comercial, así como numerosos restaurantes, tiendas y hoteles. Dimos un recorrido exprés y luego echamos un ojo por lo que queda del Álamo, la antigua misión franciscana que fue clave en el desarrollo de la Revolución de Texas, cuando esta región se separó de México en tiempos de Antonio López de Santa Ana.
Hoy rodamos rumbo a Dallas. Afortunadamente, el calor nos ha perdonado hasta estos primeros días y esperamos que así siga.
EL INFORMADOR / BRENDA RAMOS
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