Economía

Economía y fisco

Reforma política

Entre las asignaturas pendientes, la reforma política se ha venido posponiendo en razón de lo complejo que resulta que se pongan de acuerdo los políticos, que son los más influyentes en las decisiones que se tomen, aun cuando los más afectados somos los ciudadanos.

El Congreso ha recibido iniciativas del Poder Ejecutivo, para reelección de presidentes municipales hasta por 12 años; segunda vuelta, en caso de que ningún candidato alcance la mitad más uno; veto parcial, donde el Ejecutivo podría promulgar la parte de una iniciativa que no haya sido objeto de observaciones por parte del Poder Ejecutivo, mientras que la porción objeto del veto seguirá el curso establecido, y otras más, en total 13 iniciativas. Por su parte, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) ha presentado siete iniciativas y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) cinco.

Va a ser muy difícil que se pongan de acuerdo los políticos, tomando en cuenta que constituyen un segmento de la sociedad distinto al común de los mortales. Para ser político y hacer carrera en esta ingrata profesión —ingrata para los que no llegan— se requiere estar dotado de ingredientes tales como egoísmo, inseguridad, orgullo, envidia, sadismo, ansia de poder; ambición desmedida de acumulación de riqueza, crueldad, insensibilidad, desdén, inflexibilidad, inclemencia; de estar dotado de sangre fría y apatía ante las carencias de los demás; ausencia de caridad, conmiseración, pudor, vergüenza, altruismo, filantropía, compasión, piedad, misericordia, humanidad, bondad, clemencia, virtud, devoción, ternura, sensibilidad, lástima, indulgencia, generosidad.

¿Queríamos democracia? Sí, pero nunca pensamos a qué costo y cuántas atrocidades se cometerían en su nombre. Pero, en fin, mal que bien ya la tenemos; con todos sus errores, defectos e imperfecciones. Después de todo, nada ni nadie es perfecto, pero sí perfectible; ahora, ya es tiempo de rectificar; de corregir errores, de frenar abusos, de cambiar las reglas del juego.

En cuanto al monto del presupuesto asignado a los partidos políticos para sus campañas, a todas luces es exagerado. Tal vez en un principio se justificó para apoyar la apertura democrática, pero ya es tiempo de cambiar la estrategia y destinar por lo menos 50% de la partida que se les asigna, para destinarlo a fines de desarrollo social. El volumen publicitario es exagerado y se espera que crezca a medida que se avance en los períodos electorales. Ya resulta molesto, ofensivo, ver el dispendio que se hace en televisión con el dinero de nuestros impuestos.

El número de diputados y senadores debe reducirse en 50%, por lo menos, sin eliminar a los plurinominales, que resulta que son los más preparados y sería muy difícil que resultaran electos por voto popular, porque el pueblo vota por el pueblo.

La democracia debemos entenderla no como el botín electoral repartido entre muchos, sino como un valor ético del ser humano como individuo con libertad política de actuar, con igualdad de oportunidades económicas para vivir mejor y con sus necesidades básicas cubiertas: educación, alimentación, vivienda, trabajo y vestido.
Síguenos en

Temas

Sigue navegando