Economía
Economía y fisco
Lo bueno y lo malo de la factura electrónica
A mediano plazo, la
factura electrónica es una realidad que va a generar ahorros en las empresas y mayor eficiencia.
Por supuesto que los genios del Gobierno también tendrán sus buenos ahorros en costos de fiscalización. Se estima en 80% el ahorro sobre los costos de facturación tradicional en áreas de impresión, despacho, almacenamiento físico y extravío de documentos.
Hay aproximadamente 340 empresas en México registradas en la operación de intercambio electrónico de documentos (EDI) bajo estándares mundiales.
Sin embargo se estima que alrededor de 80% de las facturas requieren de algún cambio o aclaración. Estas empresas son principalmente extranjeras y han encontrado una respuesta favorable en el SAT en el manejo de folios.
No obstante, hay casos en que se necesitan adecuaciones especializadas por el requerimiento de los clientes. Una de las ventajas es que la facturación electrónica no cambia los procesos contables.
El paquete que enfrentará el SAT cuando comience a operar de manera obligatoria para el 2011 es que anualmente se emiten 10 mil millones de facturas.
Las grandes empresas transnacionales desde hace varios años están requiriendo a sus proveedores que les expidan facturas electrónicas.
La disposición fiscal apareció por primera vez en el año de 2004 con carácter de opcional. Ahora se pretende que a partir de 2011 sea obligatoria. Por lo pronto hasta ahora el principal beneficio que ha traído para quienes la utilizan es la imagen de empresa innovadora.
En realidad no parece muy complicado implementarla. Al principio se trabajará en cumplir por lo menos con cinco requisitos básicos: contar con la Firma Electrónica (Fiel), proceso que ya está muy avanzado, Certificados de Sellos Digitales (CDS), folios digitales, sistema de contabilidad electrónica, que registre las operaciones: hora, minuto y segundo, y envío de reporte mensual de folios utilizados al SAT.
Por lo pronto es conveniente hacerse del manual de comprobantes fiscales digitales (CFD) del Servicio de Administración Tributaria SAT, en donde se explica que los CFD son documentos electrónicos que permiten comprobar las operaciones realizadas entre los contribuyentes bajo estándares tecnológicos y de seguridad internacionalmente reconocidos, amparados con un sello digital expedido por el SAT.
También se recomienda leer el Anexo 20 de la Resolución Miscelánea Fiscal en donde se mencionan los datos que deben contener la impresión de los comprobantes fiscales digitales.
Como siempre, el problema lo tendrán los negocios pequeños, que no pequeños contribuyentes, que están obligados a facturar en forma electrónica todas las operaciones mayores de dos mil pesos.
Se dará la facilidad de acudir a proveedores que obtendrán la concesión del buró de servicio por el que se estima cobrarán 7 u 8 pesos por cada factura.
Ya están registrados 30 solicitantes de esta concesión.
Mientras tanto, se aclara que se permitirá agotar las facturas impresas con vencimiento hasta 2012. Muchos impresores verán mermados sus ingresos. Sería deseable que este límite de aumentara para facilitar las operaciones de los negocios pequeños.
Por supuesto que los genios del Gobierno también tendrán sus buenos ahorros en costos de fiscalización. Se estima en 80% el ahorro sobre los costos de facturación tradicional en áreas de impresión, despacho, almacenamiento físico y extravío de documentos.
Hay aproximadamente 340 empresas en México registradas en la operación de intercambio electrónico de documentos (EDI) bajo estándares mundiales.
Sin embargo se estima que alrededor de 80% de las facturas requieren de algún cambio o aclaración. Estas empresas son principalmente extranjeras y han encontrado una respuesta favorable en el SAT en el manejo de folios.
No obstante, hay casos en que se necesitan adecuaciones especializadas por el requerimiento de los clientes. Una de las ventajas es que la facturación electrónica no cambia los procesos contables.
El paquete que enfrentará el SAT cuando comience a operar de manera obligatoria para el 2011 es que anualmente se emiten 10 mil millones de facturas.
Las grandes empresas transnacionales desde hace varios años están requiriendo a sus proveedores que les expidan facturas electrónicas.
La disposición fiscal apareció por primera vez en el año de 2004 con carácter de opcional. Ahora se pretende que a partir de 2011 sea obligatoria. Por lo pronto hasta ahora el principal beneficio que ha traído para quienes la utilizan es la imagen de empresa innovadora.
En realidad no parece muy complicado implementarla. Al principio se trabajará en cumplir por lo menos con cinco requisitos básicos: contar con la Firma Electrónica (Fiel), proceso que ya está muy avanzado, Certificados de Sellos Digitales (CDS), folios digitales, sistema de contabilidad electrónica, que registre las operaciones: hora, minuto y segundo, y envío de reporte mensual de folios utilizados al SAT.
Por lo pronto es conveniente hacerse del manual de comprobantes fiscales digitales (CFD) del Servicio de Administración Tributaria SAT, en donde se explica que los CFD son documentos electrónicos que permiten comprobar las operaciones realizadas entre los contribuyentes bajo estándares tecnológicos y de seguridad internacionalmente reconocidos, amparados con un sello digital expedido por el SAT.
También se recomienda leer el Anexo 20 de la Resolución Miscelánea Fiscal en donde se mencionan los datos que deben contener la impresión de los comprobantes fiscales digitales.
Como siempre, el problema lo tendrán los negocios pequeños, que no pequeños contribuyentes, que están obligados a facturar en forma electrónica todas las operaciones mayores de dos mil pesos.
Se dará la facilidad de acudir a proveedores que obtendrán la concesión del buró de servicio por el que se estima cobrarán 7 u 8 pesos por cada factura.
Ya están registrados 30 solicitantes de esta concesión.
Mientras tanto, se aclara que se permitirá agotar las facturas impresas con vencimiento hasta 2012. Muchos impresores verán mermados sus ingresos. Sería deseable que este límite de aumentara para facilitar las operaciones de los negocios pequeños.
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