Economía
Economía y fisco
Ausencia de política para el empleo
Incrementar las partidas presupuestales de los programas de apoyo social, Progresa, Oportunidades y otros similares, no es más que un paliativo que se escurre entre las suaves manos de la burocracia y deja caer migajas en las callosas manos de los pobres. La inserción en un mundo global sin estar preparados, mantiene en la marginación a más de la mitad de la población. Las reformitas a la legislación carecen de decisiones que den prioridad al empleo.
Los temas económicos aplicables al primer mundo no resultaron apropiados para México, de esto ya deberían haberse dado cuenta nuestros gobernantes desde hace más de 20 años. La prosperidad que en otros países funcionó, se estrelló en México con la burocracia nacional, los intereses creados, la oligarquía, los grandes grupos privilegiados, la corrupción y demás lacras que nos corroen.
Frente a la apertura económica, el Estado ha renunciado a la aplicación de políticas económicas de fomento industrial, estímulo a la innovación y a la reinversión que aliente el empleo. La ausencia de una política para promoción del empleo aunada a instrumentos que combatan la marginalidad y a una política social que eduque al pueblo.
Los anuncios de los magros logros obtenidos en materia de creación de empleo no hacen más que corroborar que el déficit acumulado amerita crear más de un millón de nuevos puestos de trabajo cada año. El crecimiento de la pobreza es caldo de cultivo para engrosar las filas del crimen, el ocasional y el organizado.
En resumen, no se ha fomentado una transformación industrial productiva. Aumentaron las exportaciones, principalmente en maquila que no contribuye al ingreso fiscal, sin fortalecer los encadenamientos industriales ni la innovación tecnológica.
Es indispensable que se instrumente el marco jurídico con una Ley Federal del Trabajo que se constituya en motor de la economía productiva. Que se otorguen estímulos fiscales a la reinversión. Que se disminuya la carga fiscal a la mano de obra, que es de más de 40%, entre el IMSS, el Infonavit, 2% sobre nóminas y el Impuesto sobre Productos del Trabajo. Es indispensable liberar a la banca de desarrollo, bajándola al primer piso, utilicemos el Banco de Comercio Exterior, que sólo beneficia a 100 empresas, para dar mayor apertura a los créditos para exportación.
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