Economía
Economía y fisco
Nuevo impuesto estatal
Cuando por fin el Presidente Calderón, medio cumpliendo una promesa de campaña, resuelve que desaparecerá el impuesto de marras en el año 2012, nuestro gobernador se incomoda y amenaza con sustituirlo por otro, quizá de efectos peores, si el Congreso estatal rechaza su propuesta de convertir ese impuesto federal en uno estatal a partir de dicho año. El argumento es que se necesita captar los recursos que el Gobierno del Estado dejará de percibir al desaparecer este impuesto.
Si estuviéramos conscientes de que los impuestos que pagamos a regañadientes se utilizarían en forma razonable, con austeridad, con eficiencia; si nuestra burocracia trabajara con eficacia y productividad; si no tuviéramos que indemnizar a 200 aviadores panistas en lugar de fincarles responsabilidades por estar cobrando sin trabajar, por estar robando nuestro esfuerzo y nuestra aportación fiscal; si no supiéramos que ya están en la lista de espera 500 nuevos elegidos listos para reemplazarlos, el sacrificio de pagar impuestos nos sería menos insultante.
Por eso, para entender nuestra realidad, tenemos que refugiarnos en el pensamiento puro, sin profundizar en dobleces, tratando de entender que los gobernantes están ahí para ver cómo la pasan bien, cómo colocan a sus familiares, amigos y parientes. Tenemos que hacer un esfuerzo para sobrepasar lo real, por medio de lo imaginario y lo irracional. Si de veras queremos ser felices, debemos despojar nuestra mente de toda lógica o preocupación moral o estética. Olvidar que nuestro Gobierno local cobra los impuestos con la mano izquierda y los regala, despilfarra, malgasta, tergiversa y emplea refugiándose en un presupuesto que de antemano está holgado y sobrecargado en el gasto corriente, el menos productivo de los gastos y, para ello, utiliza su mano derecha. Por supuesto que a una mano no le interesa lo que hace la otra, son dos extremidades que dependen del mismo cuerpo. Una parte le pide más para gastarlo sin ton ni son y la otra la utiliza para oprimir al contribuyente.
Así fue como el día 10 de junio en curso, por unanimidad, los 37 diputados del Congreso del Estado rechazaron la propuesta del gobernador de convertir el impuesto federal de tenencia o uso de vehículos en un impuesto estatal en 2012.
En manos de las organizaciones empresariales, profesionales, cívicas y no gubernamentales, está impedir que se apruebe en el Congreso estatal un nuevo impuesto en vez de la oprobiosa tenencia.
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