Darán subsidios para vivienda a personas sin Infonavit
El Ijavi apoyará a personas de bajos recursos para que tengan un lote y construyan su casa
GUADALAJARA, JALISCO (25/JUN/2017).- La mayor parte de la población en México —y que se refleja también en Jalisco— es de personas que no cuentan con beneficios laborales, entre ellos la afiliación al Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), a Pensiones del Estado o a algún otro crédito para la adquisición de inmuebles.
A ellos se suma el segmento de menores ingresos que se encuentra marginado del mercado de la vivienda. Son aquellos que perciben un sueldo menor a los tres salarios mínimos, según recopila el Programa de Vivienda del Estado de Jalisco.
El director del Instituto Jalisciense de la Vivienda (Ijalvi), Octavio Domingo González, afirmó que el organismo comenzó las gestiones en la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) para obtener recursos que ayudarán a los afiliados del Infonavit, pero también a las personas que no son beneficiadas por los créditos que otorga esta institución.
“Próximamente informaremos de la firma del convenio donde nos va a dar un monto aproximado de 667 millones de pesos en subsidios. Van orientados principalmente a derechohabientes del Infonavit y también ahora van a aplicarse subsidios para que nosotros, como Instituto de Vivienda, podamos apoyar a la gente que tiene su lote propio a que pueda, con asesoría técnica y apoyo, autoconstruir su vivienda”.
González señaló que espera que en las próximas semanas se firme este acuerdo para que se defina el porcentaje de los recursos que se destinarán a los subsidios de los no afiliados. “Todo esto orientado hacia las personas de más bajos ingresos que no acceden a un financiamiento como Infonavit, Fovissste o bancario”.
Explicó que, para obtener esta contribución para la vivienda nueva, los solicitantes no deben contar con propiedades. En el caso de los apoyos para construcción, los lotes deben tener servicios básicos (agua, luz y drenaje), las personas deben acreditar la propiedad y la validación por parte del municipio.
Sin embargo, Francisco Valladares García, miembro del Departamento de Proyectos Urbanos del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño, destacó que el subsidio es insuficiente para resolver el problema.
“Es un paliativo pequeñísimo que adorna una política estatal de encandilamiento. A una grave enfermedad se le está dando una pequeña aspirina. No va a solucionar nada, es mediático el asunto”.
Créditos de 1.6 millones, para pocos derechohabientes
Este año el Infonavit elevó el monto de sus créditos para vivienda hasta 1.6 millones de pesos, recordó Adriana Ramírez, profesora de Contabilidad y Finanzas en el Campus Guadalajara del Tecnológico de Monterrey. Sin embargo, el beneficio sólo podrá ser aprovechado por un limitado segmento de derechohabientes.
“Esos créditos de un millón 600 mil están disponibles para personas que perciben un salario de alrededor de 50 mil pesos mensuales a través de Infonavit. Es bastante alto. Sí dieron la facilidad pero es para un segmento de la población muy pequeño”.
Los inmuebles de la metrópoli son poco accesibles para un trabajador promedio, pues los créditos ofrecidos por un sueldo mensual de unos diez mil pesos están entre los 300 mil y 500 mil pesos, según el tiempo que ha cotizado el trabajador. Esa suma no le alcanza sino para comprar un inmueble de interés social fuera de la periferia.
No obstante, las personas pueden optar por un crédito bancario como complemento en un esquema llamado Cofinavit. “Te hacen un estudio de crédito, si el banco ve que los ingresos que percibes son suficientes para pagar la parte de Infonavit y la parte del banco, te lo puede autorizar. Es un esquema autorizado desde hace varios años”.
Según la académica, 60% de los asalariados no aprovecha las facilidades del Infonavit ni ningún otro tipo de crédito de vivienda, sobre todo por desconocimiento. Invitó a las personas con necesidades de vivienda acercarse a la dependencia o a las instituciones bancarias por asesoría para ejercer su derecho.
La solución es expropiar y ofertar suelo intraurbano a beneficiarios
Fraccionamientos alejados de los servicios públicos, edificaciones verticales asequibles a un reducido grupo social y cotos residenciales aislados para las clases de mayor poder adquisitivo, son algunos de los ejemplos de cómo el desarrollo urbano en las últimas décadas ha sido determinado por los intereses inmobiliarios, no por las políticas gubernamentales para satisfacer la demanda de vivienda ni de crecimiento ordenado de la ciudad.
Esas tendencias son las que debe revertir un programa de vivienda estatal a fin de resolver las nuevas necesidades en la metrópoli, consideró Francisco Valladares García, miembro del Departamento de Proyectos Urbanos del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD). Una alternativa, dijo, es expropiar terrenos vacíos dentro de las ciudades para ponerlos a disposición directamente a los hogares que requieren de vivienda.
“El Instituto Metropolitano de Planeación debe tratar de proponer que el Estado y municipios impulsen una política de adquisición de suelo a través de la Ley General de Asentamientos Humanos en vacíos urbanos e intraurbanos que permitan, a través de estudios técnicos, determinar cuáles son aquellos que pueden soportar una mayor densidad de población y un mayor número de viviendas”.
La fracción décima del artículo 53 de la Ley General de Asentamientos Humanos indica que para la ejecución de acciones de mejoramiento y conservación de los centros de población puede establecerse “la potestad administrativa que permita la celebración de convenios entre autoridades y propietarios a efectos de facilitar la expropiación de sus predios por las causas de utilidad pública previstas en esta Ley”.
Tal propuesta no es algo nuevo, pues en Jalisco es un modelo que ya fue aplicado en la década de los ochenta, bajo la tutela del gobernador priista Guillermo Cosío Vidaurri. Entonces tuvo el nombre de “fraccionamientos de objetivo social” y permitía adquirir reservas urbanas territoriales para ofertarlas a un mercado fuera de la especulación. Pero se perdió paulatinamente con los últimos gobiernos priistas y del Partido Acción Nacional (PAN).
“La gente, en lugar de andar comprando predios irregulares en ejidos periféricos, ya iban sobre unas zonas de propiedad privada que adquiría el Gobierno del Estado a precios bajos, establecidos en el catastro municipal. Eso permitía que no hubiera utilidades y esa política se olvidó desde hace más de 30 años. Entonces estamos a merced de andar comprando a los promotores inmobiliarios terrenos o predios urbanos vacíos que están verticalizando la ciudad con un agravante muy fuerte”, señaló.
LAS FRASES
"Esos créditos de un millón 600 mil están disponibles para personas que perciben un salario de alrededor de 50 mil pesos mensuales a través de Infonavit. Es bastante alto. Sí dieron la facilidad, pero es para un segmento de la población muy pequeño."
Adriana Ramírez, académica del Tecnológico de Monterrey
"Van a aplicarse subsidios para que nosotros, como Instituto de Vivienda, podamos apoyar a la gente que tiene su lote propio a que pueda, con asesoría técnica y apoyo, autoconstruir su vivienda."
Octavio Domingo González, director del Instituto Jalisciense de la Vivienda (Ijalvi)
LA VOZ DEL EXPERTO
Faltan acciones para abatir rezago
Francisco Valladares García, (Académico de la UdeG)
El miembro del Departamento de Proyectos Urbanos del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) afirmó que el Programa de Vivienda del Estado de Jalisco es un plan con muchas pretensiones que no termina por definir acciones específicas para satisfacer las nuevas necesidades y hacer la vivienda más accesible.
“Es un programa muy deficiente, neutral, no habla específicamente de solucionar el problema de la vivienda. De hecho, el gobierno de Aristóteles Sandoval lo maneja como un programa para el desarrollo de zonas prioritarias. Aunque señala que se van a atender comunidades de alta y muy alta concentración de pobreza, no especifica nada”.
El académico agregó que este plan, al tener propuestas muy abiertas, sirve para dar opciones y oportunidades a los empresarios que han visto obstáculos en sus negocios.
“Los desarrolladores de hoy, que no pueden expandirse horizontalmente sobre los municipios metropolitanos, se están concentrando en la verticalización. Entonces se deja a los vivienderos toda la política de vivienda que no va a atender zonas de pobreza, sino que las empresas inmobiliarias capitalistas lo que van a tratar de ofrecer son inmuebles de muy poca calidad de espacios, de muy poca accesibilidad de precio, a las clases medias de la Zona Metropolitana que lo demandarían. Entonces me parece una contradicción muy notoria y criticable”, advirtió Valladares.
El cuarto objetivo del Programa, de acuerdo con el documento, contempla delimitar mecanismos de gestión de suelos para que los sectores de la sociedad vulnerable accedan a una vivienda digna. “Proponer estrategias de zonificación un uso mixto y vertical, incluyendo espacios públicos y áreas verdes apropiados”. Actualmente no hay espacios en desarrollos verticales en la ciudad con costos que estén dentro de las posibilidades de los segmentos sociales de bajos recursos.