Economía

Dan el Nobel a tres estudiosos del desempleo

Los galardonados desarrollan un modelo que concluye que cuanto más alto es el seguro de desocupación, mayor es la tasa de paro

ESTOCOLMO, SUECIA (12/OCT/2010).- La Real Academia de las Ciencias de Suecia premió con el Nobel de Economía a los estadounidenses Peter Diamond y Dale T. Mortensen y el chipriota-británico Christopher Pissarides,  tres estudiosos de los mercados laborales y de fenómenos como el desempleo.

Los tres investigadores fueron distinguidos con el Nobel “por sus análisis de los mercados de búsqueda con fricciones”, según el fallo de la Academia.

De Diamond se destacan sus “contribuciones decisivas” a la teoría de mercados de búsqueda y emparejamiento, mientras que Mortensen y Pissarides desarrollaron esa teoría y la aplicaron fundamentalmente al análisis del mercado laboral.

“Los modelos de los laureados nos ayudan a entender la forma en que el desempleo, los puestos de trabajo vacantes y los salarios se ven afectados por la regulación y las políticas económicas”, señaló la Academia.

Sus logros nos permiten comprender especialmente qué factores determinan y desarrollan el paro, pero también se pueden aplicar a cuestiones relacionadas con el mercado inmobiliario, la teoría monetaria y las políticas económicas estatales, financieras, regionales e incluso familiares.

A diferencia de lo que establecen los modelos clásicos, en estos mercados compradores y vendedores no siempre contactan unos con otros de forma inmediata y las demandas y objetivos de cada uno no siempre serán satisfechas, como ocurre con las empresas que buscan empleados y quienes buscan un trabajo.

Dado que la búsqueda requiere tiempo y recursos, se generan fricciones en el mercado, por eso puede haber desempleados a pesar de que existan puestos de trabajo desocupados.

Y de ahí que un mercado sin regular no tenga necesariamente un resultado único y eficiente, como establece el modelo clásico, sino que hay varios posibles, por lo que los gobiernos buscan formas de llevar la economía hacia el mejor resultado posible.

El uso de modelos matemáticos para analizar los mercados de búsqueda se remonta a la década de 1960, pero fue en 1971 cuando recibió un impulso notable con un estudio de Diamond sobre la formación de precios en los mercados y cómo las fricciones generadas en el proceso provocan resultados distintos.

Esa construcción teórica fue desarrollada en años posteriores por los tres galardonados, y uno de sus principales logros fue el denominado modelo Diamond-Mortensen-Pissarides, la “herramienta más usada” para analizar el desempleo, cómo las compañías reclutan trabajadores y la formación de los salarios, según la Academia.

Este modelo describe la forma en que la situación del mercado laboral determina los salarios y cómo estimar los efectos de factores como el seguro de desempleo, los tipos de interés y los costos de despido en el paro, la duración media de las épocas de paro, el número de empleos a disposición y los salarios reales.

Con el anuncio del premio de Economía se cierra la ronda de ganadores de los Nobel, que se entregarán el 10 de diciembre en la habitual doble ceremonia en Estocolmo (Suecia) y en Oslo (Noruega).

Recomendación a Estados Unidos

El estadounidense Peter Diamond recomendó un nuevo paquete de estímulo para revitalizar la economía de Estados Unidos.

En su primera conferencia de prensa como premio Nobel, en el Instituto Tecnológico de Masachussets (MIT) , en Boston, Diamond opinó que un segundo plan económico como el que la administración de Barack Obama impulsó en 2009 en Estados Unidos “sería beneficioso”.

En concreto, el profesor de 70 años consideraría positiva una mayor intervención del Gobierno federal para salvar trabajos como los de profesores, bomberos, policías o trabajadores sociales.

Diamond aseguró que el primer plan de estímulo económico “fue incuestionablemente muy valioso” y que sin él, “el desempleo sería mucho más alto ahora”.

Cortar regulaciones de contratación

Diamond, a favor de flexibilizar reglas


Una tendencia innegable de la gran recesión que golpeó la economía mundial desde 2007, es el desempleo rampante que afecta a la mayoría de las naciones del mundo, sin importar su grado de desarrollo. España e Irlanda, catalogadas hasta hace dos años como milagros en términos de renacimiento económico, sufren de severas alzas en el desempleo, rozando incluso 20 por ciento.

A partir de los impactos desastrosos en el desempleo, los distintos países han comenzado varias reformas al mercado laboral que amortigüen impactos de futuras inestabilidades financieras. En México, se ha discutido una reforma laboral que busca en términos generales: reducir la carga económica de los empresarios en cuestión de seguridad social y regulaciones estatales, haciendo más fácil para éstos contratar y despedir personas.

Con relación a este punto, que es indudablemente el más polémico de la propuesta que defiende el Ejecutivo federal, el recientemente galardonado con la distinción del Premio Nobel, Paul Diamond, economista y catedrático del mundialmente reconocido Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), señala en uno de sus libros más reconocidos sobre la seguridad social y el mercado de trabajo: “En tiempos de crisis, es necesario romper con regulaciones y trabas administrativas que no permiten que los desempleados se incorporen al mercado de trabajo; la rigidez del mercado laboral provoca que el paro se prolongue por mucho más tiempo”. Es decir, para Diamond, se tiene que reducir la barrera que separa a los empleados de los desempleados, ya que si no ocurre así, los impactos en la economía pueden ser mayores. “Si no hacemos más sencillo y económico para los empleadores acceder a mano de obra al mercado, el desempleo se convierte en una opción más conveniente para aquellos que han perdido su trabajo”.

Para explicarlo mejor, Diamond advierte que los países que no construyan leyes laborales que reduzcan las múltiples obligaciones de los patrones, tendrán impactos negativos principalmente en la oferta de trabajo a los jóvenes que triplican la tasa de desempleo del resto de la población.

Por ello, Diamond sugiere a las naciones que reduzcan los incentivos que provocan que las personas económicamente activas opten por el desempleo (sobretodo, en naciones industrializadas) o por la informalidad (particularmente, en países del llamado tercer mundo).
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