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Xabi Alonso, referente español

El futbol da para mucho; sobre todo, los días de partido. Todo el mundo habla, todo el mundo opina y, como dice Vicente del Bosque, todos llevan su parte de razón

JOHANNESBURGO, SUDÁFRICA (05/JUL/2010).- Puestos a darle vueltas a por qué España no estaba jugando bien, el debate empezó después de perder contra Suiza señalando a Busquets, convencidos de que no podía jugar con Xabi Alonso, como si no lo hubiera hecho antes de llegar a la cita sudafricana sin que nadie se hubiese quejado.

Le refrendó su confianza de tal manera el entrenador de obra (manteniéndole en la titularidad) y de palabra ''si volviera a ser futbolista, me gustaría ser como él''.

Así que, zanjado ese tema, la crítica miró a Xabi. “Juega fuera de posición”, dijeron unos; “está fuera de forma”, cuestionaron otros, apuntando a la carga de partidos acumulada por el barcelonista durante la temporada: 48 entre la Liga, la Champions y la Copa.

“Es una rémora”, escribió el más osado. De hecho, a Xabi, coronado el mejor jugador de Europa hace dos años, tercer jugador del mundo según la FIFA el pasado, no le cogió por sorpresa. Otra vez, como ha hecho toda su vida, respondió a las dudas con un pase. Tan fácil como eso. Lleva 273 desde que comenzó el Mundial y el 80% bien dados. Gracias a uno de ellos precisamente, Villa se quedó solo y metió a España en los cuartos de final.

Hace 11 años, Xabi ya ganó un Mundial en África. Pase a pase, llevó a aquel equipo, en el que también jugaban Casillas y Marchena (los tres coincidieron al final sobre el campo, el martes, en Ciudad del Cabo) a ganar el sub 20 que la FIFA organizó en Nigeria en 1999.

También gracias a que Xabi la tocó en Austria, "La Roja" de Luis Aragonés se llevó la Eurocopa de 2008 al son del tiqui-taca del volante.

Lideró el equipo a base de encontrar socios porque no puede jugar solo. “Sin el compañero que se ofrece al pase, no soy nada”, insiste. Ante Portugal lo volvió a encontrar. Buscó a Torres y no atinó a activarlo, pero, tan pronto apareció Llorente y se iluminó el panorama, Xabi demostró que ni es una rémora ni está fuera de forma.

Tan pronto España encadenó tres pases seguidos, Xabi marcó las diferencias: Iniesta se la dio a Llorente, que, pivotando, se la devolvió a Iniesta. Xabi, de espaldas a la portería y dentro del área, hizo una de las suyas y se sacó de su chistera de mago la penúltima genialidad, un taconazo para Villa. Cómo le dio el pase quedó claro. Xabi debería explicar cómo vio al Guaje porque una cosa es que insista en que en la cantera azulgrana le educaron con ejercicios para tener una visión periférica del juego y otra, distinta, que lleve una parabólica entre ceja y ceja.

Luego, todo fue más fácil. Xabi tocó y tocó, guardó y llenó el juego; eso que Emili Rocart, fisioterapeuta del Barça, bautizó como la pelopina, esa extraña suerte que le sirve para controlar y girarse al mismo tiempo para descubrir una línea de apoyo que no había visto nadie, salvo él, lógicamente. Después, con el encuentro acabado, Xabi prefirió hablar del partidazo de Busquets, de lo mucho que trabajaron Iniesta y Xabi Alonso, de lo grande que es el Guaje y del espectacular estado de forma de Piqué y Puyol. Todo, antes de reconocer que, otra vez, España le debe otro pase. Por supuesto, fue elegido el mejor jugador del partido.

En el partido ante Paraguay, Xabi Alonso fue el lanzador del penal que marcó en un primer lanzamiento y falló cuando el colegiado mandó repetir, porque el primer lanzador de la Selección, David Villa, había marrado sus tres últimas penas máximas.

El penalti fallado por el 'Guaje' Villa ante Honduras en el Mundial, sumados a los que perdonó contra Bélgica en la fase de clasificación en el estadio de Riazor, en La Coruña, y frente a Sudáfrica en la fase de grupos de la Copa Confederaciones, provocó que en el vestuario de la selección se pactase que el lanzador ante Paraguay, en caso de que hubiese una pena máxima, sería Xabi Alonso.

El seleccionador Vicente Del Bosque tiene dos lanzadores para los penaltis. El número uno es Villa y el segundo Xabi Alonso. Ayer, en un momento clave, dejó la decisión en manos de sus jugadores.

Villa reconoció que cuando fue derribado dentro del área y fue señalado el penalti quiso lanzarlo.

“Es un tema que hablamos antes del partido porque los tres últimos penaltis que he tirado con la Selección los he fallado. Cuando llegó el momento le dije a Xabi que estaba al 120 por cien de confianza, pero respeto que lo tirara él”, admitió el delantero de Tuilla (Asturias).

“Si él decidió lanzarlo es porque también estaba con plena confianza. Si él hubiese querido que yo lo lanzase lo habría hecho pero no pasa nada. Lo fallamos todos porque aquí somos un equipo. Cuando acertamos lo hacemos todos y cuando no, también”, aclaró.

Habrá qué ver si España vuelve a disfrutar de un penalti en el Mundial, quién será el lanzador. En principio recuperará el turno Villa, que además está a tan sólo dos tantos de los 44 de Raúl González para convertirse en el máximo goleador de la historia de la Selección.
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