Deportes

Wembley se engalana para el México-Brasil

Los aficionados de ambos países arman la fiesta del futbol olímpico

LONDRES, INGLATERRA (11/AGO/2012).- El estadio de Wembley, una de las referencias históricas del fútbol mundial, se encuentra a reventar para ver la final del torneo masculino de fútbol de Londres 2012, un partido tras el cual, pase lo que pase, habrá un campeón olímpico que nunca lo ha sido antes.

La nueva selección que se incorporará con letras de oro en el palmarés olímpico será Brasil, que suma dos platas y dos bronces y no ha dejado de intentarlo desde que en 1952, en Helsinki, acudiera por primera vez a una cita que ya casi le tiene obsesionado; o México, ya muy por encima de su mejor clasificación, el cuarto puesto de 1968, precisamente en la edición que organizó.

Para ver si es la 'verdeamarelha' o el 'tri' el que se lleva el gato al agua, las gradas de un Wembley vestido de gala para la ocasión acogen un público variopinto que ya fuera del estadio avisó lo que iba a pasar dentro con batucadas, mariachis que daban ambiente y color en las horas previas al choque.

Ya dentro en la gradas del coliseo londinense, con un continuo goteo en los vomitorios que daban acceso a ellos, se notaba en las caras de todos los aficionados, sobre todo en las de los brasileños y mexicanos, lo particular y especial de la cita.

Sin duda el atractivo de la final ayudó hoy a que se batiese el récord de pasajeros en un solo día del metro de la capital de Inglaterra.

Cuando se anunciaron los nombres de los equipos, que salieron al campo entre una impresionante nube de fotógrafos, el estadio estalló. Y se puso solemne como en grandes ocasiones cuando los equipos formaron para la posteridad y se escucharon los himnos.

E incluso antes de empezar hizo un guiño al torneo con un mural en el que se podía leer Londres 2012 bajo el fondo morado de todos los carteles anunciadores de estos Juegos.

Con público todavía llegando a las gradas comenzó el partido, que rápidamente entró en calor con un gol de Oribe Peralta tras fallo de Rafael.

Ya con el campo lleno, las tribunas de prensa abarrotadas de periodistas desde al menos una hora antes y la necesidad de remontar de Brasil, la gran favorita, los espectadores se dispusieron a disfrutar de un partido histórico por los contendientes, por lo que hay en juego y por el escenario.

Y qué mejor manera de hacerlo que con una ola gigantesca por todo el estadio. Seguro que no hay otra forma mejor de saludar el gol de México, que exportó esa forma de divertirse en un campo de fútbol en el Mundial de 1986, que el país norteamericano organizó. 
Síguenos en

Temas

Sigue navegando