Deportes
Warner y Roethlisberger buscan dejar legado
Los dos quaterbacks ya ganaron un Super Bowl y la lucha será más emocionante para dejar claro quién es el mejor
TAMPA, FLORIDA.- A primera vista, será un choque entre juventud y experiencia, la tradicional historia del entonces y el ahora
Pero hay una reivindicación a la espera.
Siempre será motivo de debate si Ben Roethlisberger o Kurt Warner realmente necesitan reivindicarse, pero el domingo dos quarterbacks que ya ganaron el Super Bowl tratarán de dar el siguiente paso para ubicarse en la categoría de los jugadores que dejan un legado.
Porque si bien un anillo designa a un campeón, dos llevarán a alguno de estos quarterbacks a una de las listas más cortas de la liga.
"Definitivamente, quiero que mi legado sea mi forma de jugar, de entregar todo y de empujar o encabezar a otros jugadores para ser grandiosos también. Que la gente me respete por eso", dijo Warner.
Aquí están otra vez dos ganadores del Super Bowl tratando de lograr el raro doble triunfo. Son el primer par de mariscales de campo ya con anillo en sus dedos que se enfrentan por el título desde que Joe Theismann y Jim Plunkett lo hicieran en el Super Bowl 18, en enero de 1984.
De 37 años, Warner vislumbra ya el ocaso de su carrera al llegar a su tercera aparición en el juego de campeonato.
Ha sido un arduo ascenso desde que era un aspirante repudiado en la Liga de Futbol Arena y dos veces el jugador más valioso en St. Louis, hasta ser despedido por los Carneros y colocado en la banca de los Gigantes. Ahora está en el centro de una de las historias más improbables del Super Bowl: la actuación de los Cardenales en la postemporada.
Por su parte, Roethlisberger ha ganado más juegos en sus primeras cinco temporadas en la NFL (51) que cualquier quarterback en la historia de la liga, y aparece en el Supertazón por segunda ocasión en los últimos cuatro años.
"Pensé en todos los grandes jugadores que no tuvieron la oportunidad de hacer esto, y que podría ser la última para mí", indicó Roethlisberger. "Espero que no, pero nunca se sabe. Sólo quiero disfrutar cada minuto porque nunca sabes si podrás regresar".
Warner ganó su primer Super Bowl contra los Titanes, al finalizar la temporada de 1999, y perdió el segundo, con los Patriotas, al cierre de la temporada 2001.
Esta temporada ni siquiera abrió el campo de entrenamiento de los Cardenales con el puesto que tiene ahora, pero tras superar a Matt Leinart por la titularidad lanzó para 4 mil 583 yardas, y este mes ha logrado más victorias en la postemporada que todas las anteriores del equipo desde 1947.
"Creo que los entrenadores entendieron muy pronto que podía aportar algo en la cancha y hacer algo por este equipo", señaló Warner.
A su vez, Roethlisberger tiene el anillo del Super Bowl en su dedo pero sigue esperando una mejor experiencia. Completó apenas nueve pases y sufrió dos intercepciones en la victoria de los Acereros frente a los Halcones Marinos en el Supertazón 40.
Dijo que estuvo nervioso toda la semana ese entonces, pero que ahora lo ha superado.
"Era mi segundo año y los nervios me abrumaron", indicó. "En las semanas y meses posteriores te pones a pensar y dices, ‘hombre, no ayudé al equipo; jugué realmente mal'. Eso te afecta un poco y quieres regresar y ayudar a tu equipo la próxima vez", agregó.
"Ahora voy a usar eso y voy a relajarme y disfrutarlo", concluyó.
Pero hay una reivindicación a la espera.
Siempre será motivo de debate si Ben Roethlisberger o Kurt Warner realmente necesitan reivindicarse, pero el domingo dos quarterbacks que ya ganaron el Super Bowl tratarán de dar el siguiente paso para ubicarse en la categoría de los jugadores que dejan un legado.
Porque si bien un anillo designa a un campeón, dos llevarán a alguno de estos quarterbacks a una de las listas más cortas de la liga.
"Definitivamente, quiero que mi legado sea mi forma de jugar, de entregar todo y de empujar o encabezar a otros jugadores para ser grandiosos también. Que la gente me respete por eso", dijo Warner.
Aquí están otra vez dos ganadores del Super Bowl tratando de lograr el raro doble triunfo. Son el primer par de mariscales de campo ya con anillo en sus dedos que se enfrentan por el título desde que Joe Theismann y Jim Plunkett lo hicieran en el Super Bowl 18, en enero de 1984.
De 37 años, Warner vislumbra ya el ocaso de su carrera al llegar a su tercera aparición en el juego de campeonato.
Ha sido un arduo ascenso desde que era un aspirante repudiado en la Liga de Futbol Arena y dos veces el jugador más valioso en St. Louis, hasta ser despedido por los Carneros y colocado en la banca de los Gigantes. Ahora está en el centro de una de las historias más improbables del Super Bowl: la actuación de los Cardenales en la postemporada.
Por su parte, Roethlisberger ha ganado más juegos en sus primeras cinco temporadas en la NFL (51) que cualquier quarterback en la historia de la liga, y aparece en el Supertazón por segunda ocasión en los últimos cuatro años.
"Pensé en todos los grandes jugadores que no tuvieron la oportunidad de hacer esto, y que podría ser la última para mí", indicó Roethlisberger. "Espero que no, pero nunca se sabe. Sólo quiero disfrutar cada minuto porque nunca sabes si podrás regresar".
Warner ganó su primer Super Bowl contra los Titanes, al finalizar la temporada de 1999, y perdió el segundo, con los Patriotas, al cierre de la temporada 2001.
Esta temporada ni siquiera abrió el campo de entrenamiento de los Cardenales con el puesto que tiene ahora, pero tras superar a Matt Leinart por la titularidad lanzó para 4 mil 583 yardas, y este mes ha logrado más victorias en la postemporada que todas las anteriores del equipo desde 1947.
"Creo que los entrenadores entendieron muy pronto que podía aportar algo en la cancha y hacer algo por este equipo", señaló Warner.
A su vez, Roethlisberger tiene el anillo del Super Bowl en su dedo pero sigue esperando una mejor experiencia. Completó apenas nueve pases y sufrió dos intercepciones en la victoria de los Acereros frente a los Halcones Marinos en el Supertazón 40.
Dijo que estuvo nervioso toda la semana ese entonces, pero que ahora lo ha superado.
"Era mi segundo año y los nervios me abrumaron", indicó. "En las semanas y meses posteriores te pones a pensar y dices, ‘hombre, no ayudé al equipo; jugué realmente mal'. Eso te afecta un poco y quieres regresar y ayudar a tu equipo la próxima vez", agregó.
"Ahora voy a usar eso y voy a relajarme y disfrutarlo", concluyó.
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