Deportes
Walter Kannemann, menos duro que en la Libertadores
El argentino sabe que está señalado como un jugador que va excesivamente fuerte por la pelota
argentino sabe que está señalado como un jugador que va excesivamente fuerte por la pelota.
Tan es así, que el zaguero del Atlas afirmó que a comparación de otras competencias, él casi se ha vuelto un alma de la caridad. "Sigo pensando lo mismo que dije tras el partido, pero sobre todo creo que eso ya pasó, hay que jugar y pensar en los partidos sin pensar en los árbitros y en las cosas externas", dijo un tanto molesto el pampero cuando se abordó el tema.
Sin embargo, prácticamente enseguida espetó: "Estoy muchísimo más tranquilo que cuando llegué, no sé si han visto Libertadores o Champions, la forma cómo se entra ahí, bueno, pues yo entro mucho más tranquilo que ahí. He acatado órdenes y hecho todo lo que tenía que hacer para que me juzguen con la misma vara".
¿Te afecta esta nueva forma de jugar?
No, es otro tema, muy diferente. Yo hago lo que tengo que hacer y trato de rendirle a mi equipo, ya lo demás no está en mis manos.
EL INFORMADOR / MARIO VALDEZ
GUADALAJARA, JALISCO (08/MAY/2015).- Aunque Walter Kannemann no quiere hablar mucho del tema, el
Tan es así, que el zaguero del Atlas afirmó que a comparación de otras competencias, él casi se ha vuelto un alma de la caridad. "Sigo pensando lo mismo que dije tras el partido, pero sobre todo creo que eso ya pasó, hay que jugar y pensar en los partidos sin pensar en los árbitros y en las cosas externas", dijo un tanto molesto el pampero cuando se abordó el tema.
Sin embargo, prácticamente enseguida espetó: "Estoy muchísimo más tranquilo que cuando llegué, no sé si han visto Libertadores o Champions, la forma cómo se entra ahí, bueno, pues yo entro mucho más tranquilo que ahí. He acatado órdenes y hecho todo lo que tenía que hacer para que me juzguen con la misma vara".
¿Te afecta esta nueva forma de jugar?
No, es otro tema, muy diferente. Yo hago lo que tengo que hacer y trato de rendirle a mi equipo, ya lo demás no está en mis manos.
EL INFORMADOR / MARIO VALDEZ
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