Deportes
Vuelta a lo mismo
Por Jaime Gallardo
Bastaron 90 minutos para que volviera a aflorar el entorno tragi-cómico de nuestro balompié, por supuesto. Chivas no gustó en su accionar ante Puebla, ni a su propietario; del “Rebaño” se comenta si el nombramiento del doctor Rafael Ortega será el remedio que cure los males de los rojiblancos, o si se convertirá en el tan urgente embajador que reconcilie a la prensa con la institución, o más aún, si de Atotonilco llego el “Mesías”, que haga el milagro de llevar a la afición al Omnilife. De sobra sabemos que a un equipo ganador la gente lo sigue a donde sea.
Pero el escándalo que alimentó las frivolidades extra cancha, lo protagonizó el presidente del América, Michel Bauer, normalmente mesurado, pero en esta ocasión furioso por la derrota de las Águilas ante Pachuca, se lanzó a la yugular del árbitro José Alfredo Peñaloza, calificando como “un robo” la labor del silbante, cuyas decisiones sin duda perjudicaron al América. Tal vez cegado y sordo por la ira, Bauer no vio con la objetividad necesaria el miserable desempeño de su equipo, los desatinados movimientos tácticos de su entrenador Manuel Lapuente, que fueron tan desacertados como el arbitraje de Peñaloza, pero el jerarca americanista no los criticó con la misma vehemencia, vaya, ni lo comentó siquiera.
Pero lo mas importante, ignoró el monumental repudio de la afición hacia su propio equipo, las muestras de molestia de la parcialidad azulcrema fueron contra el conjunto de Lapuente y no contra el árbitro Peñaloza.
Ante esto, la Comisión Disciplinaria dejó en claro que no se mide a todos con la misma vara, al tratarse en esta ocasión de Michel Bauer, presidente del América, y todo lo que ambos representan, hizo un manejo diferente, todo por las buenas, muy protocolar cuidando las formas y hasta el lenguaje.
Cuántos casos sabemos de directivos, entrenadores y jugadores que en situaciones similares, por no decir idénticas de inmediato son llamados a comparecer, tienen que pedir disculpas públicas, son multados en lo económico y suspendidos en lo deportivo, ahora el proceso hasta el momento ha sido mas sutil o mas discreto como manejado “entre cuates”.
Recordemos casos como los de Juan Carlos Leaño o Miguel Herrera, a quienes sus exabruptos contra los árbitros, su Comisión o contra la Disciplinaria les han costado caro, sin que sus disculpas y retractaciones hayan ayudado a mitigar la sanción.
Al parecer se sigue sin aprender el “no hagas cosas buenas que parezcan malas”.
La “continuidad” en su máxima expresión, en la primera jornada ya hubo el primer voto de confianza, fue para el entrenador del Necaxa, Daniel Alberto Brailovsky, quien ya también recibió la solidaridad pública de sus jugadores, la traducción de lo anterior es algo así como los santos óleos para el moribundo. Promotores y entrenadores sin empleo seguirán con detenimiento los partidos de Morelia, Estudiantes y desde luego de los Rayos. Todo esto como reacción a lo acontecido en la primera jornada. ¿Qué tal?
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