Deportes
Vivió Rosario Espinoza un difícil 2011
La Taekwondoín pudo alcanzar hasta noviembre una plaza en Londres 2012
CIUDAD DE MÉXICO (13/DIC/2011).-El 2011 fue el año más difícil en la carrera deportiva de la campeona Olímpica de Taekwondo, María del Rosario Espinoza.
Por segunda vez consecutiva no terminó dentro de los primeros cinco sitios de su categoría en el Mundial; se separó de la selección nacional, no clasificó a Olímpicos en el torneo del orbe, ni a los Panamericanos y hasta noviembre alcanzó la plaza a Londres 2012 para México.
En mayo anunció su cambió de entrenador: de José Luis Onofre, a Pedro Gato y de igual forma, mudó su sede de entrenamiento del Centro Deportivo Olímpico Mexicano, a la Conade.
Este año entrenó prácticamente sola, sin el apoyo de seleccionados con experiencia suficiente para ayudarle en su desarrollo estratégico, rumbo a los compromisos de la temporada y sin embargo, entre la más espesa oscuridad va segura de poner su nombre en la clasificación olímpica.
“Fue un año muy pesado para mí; de todo te toca aprender, cuando estás abajo y arriba, pero lo principal ha sido no dejar de luchar, en las buenas o en las malas. Mi familia fue una base importante en estos momentos, ellos estuvieron apoyándome ganando o perdiendo; gracias a ellos siempre tuve muy claro que lo principal son mis metas, me vaya bien o mal, tengo claro lo que quiero alcanzar”, expresó la sinaloense.
A partir de 2007, con 19 años de dad, María inició un ascenso sin precedente: en 15 meses tocó los podios más preciados para cualquier atleta: el oro Mundial (Beijing 2007), el oro panamericano (Río 2007), clasificación olímpica en el torneo mundial (Manchester 2007) y el oro olímpico (Beijing 2008).
Pero con el arranque del presente ciclo olímpico y el ingreso de los petos electrónicos, inició una caída: en el Mundial de Copenhague 2009 fue novena; en el de 2011 tampoco llegó a la ronda de medallas; sólo en 2010 cosechó el oro de ciclo olímpico que le faltaba: el centroamericano, en Mayagüez 2010.
“Hubo altibajos pero cerrar el año con la clasificación para México me deja más tranquila y motivada para el otro año”, aseguró.
Por segunda vez consecutiva no terminó dentro de los primeros cinco sitios de su categoría en el Mundial; se separó de la selección nacional, no clasificó a Olímpicos en el torneo del orbe, ni a los Panamericanos y hasta noviembre alcanzó la plaza a Londres 2012 para México.
En mayo anunció su cambió de entrenador: de José Luis Onofre, a Pedro Gato y de igual forma, mudó su sede de entrenamiento del Centro Deportivo Olímpico Mexicano, a la Conade.
Este año entrenó prácticamente sola, sin el apoyo de seleccionados con experiencia suficiente para ayudarle en su desarrollo estratégico, rumbo a los compromisos de la temporada y sin embargo, entre la más espesa oscuridad va segura de poner su nombre en la clasificación olímpica.
“Fue un año muy pesado para mí; de todo te toca aprender, cuando estás abajo y arriba, pero lo principal ha sido no dejar de luchar, en las buenas o en las malas. Mi familia fue una base importante en estos momentos, ellos estuvieron apoyándome ganando o perdiendo; gracias a ellos siempre tuve muy claro que lo principal son mis metas, me vaya bien o mal, tengo claro lo que quiero alcanzar”, expresó la sinaloense.
A partir de 2007, con 19 años de dad, María inició un ascenso sin precedente: en 15 meses tocó los podios más preciados para cualquier atleta: el oro Mundial (Beijing 2007), el oro panamericano (Río 2007), clasificación olímpica en el torneo mundial (Manchester 2007) y el oro olímpico (Beijing 2008).
Pero con el arranque del presente ciclo olímpico y el ingreso de los petos electrónicos, inició una caída: en el Mundial de Copenhague 2009 fue novena; en el de 2011 tampoco llegó a la ronda de medallas; sólo en 2010 cosechó el oro de ciclo olímpico que le faltaba: el centroamericano, en Mayagüez 2010.
“Hubo altibajos pero cerrar el año con la clasificación para México me deja más tranquila y motivada para el otro año”, aseguró.
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