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Vive el sueño americano

El lanzador jalisciense Miguel González supera las adversidades y brilla con los Orioles de Baltimore en su temporada de novato

GUADALAJARA, JALISCO (24/AGO/2012).- Abandonó Guadalajara a los cuatro años de edad junto a sus padres, cruzaron la frontera buscando una vida mejor y 24 años después está cumpliendo sus sueños.

Miguel Ángel “El Mariachi” González está en su temporada de novato en las Grandes Ligas, con los  Orioles de Baltimore y ya causa revuelo, el lanzador jalisciense que está viviendo el sueño americano.

Pero el camino no ha sido fácil, más de siete años de trabajo, lesiones, sufrimientos y dudas tuvo que soportar González para llegar a la Gran Carpa, en donde en sólo unos meses pasó de ser un desconocido a formar parte de la rotación abridora de los Orioles, un equipo que arrastra 14 campañas con récord negativo, incluido seis de ellas con más de 90 derrotas y cuyo principal malestar siempre fue el pitcheo, pero ahora sus aficionados resguardan las esperanzas de ir a postemporada en un jalisciense.

González, cuyos orígenes se encuentran en Pegueros, Jalisco, cerca de Tepatitlán, desde que llegó a los Estados Unidos, en California, le nació el amor por el beisbol, siempre apoyado y respaldado por sus padres a seguir su sueño sin importar las piedras que estuvieran en el camino.

Las lesiones lo atacaron desde temprano en su carrera, primero una en la rodilla cuando jugaba con los Angelinos y posteriormente sufrió una lesión en el codo, el diagnóstico fue que se tendría que someter a una cirugía “Tommy John”, temible operación para los lanzadores, que hace unos años obligaba al pelotero a retirarse, pero Miguel no dejaría que su sueño se interrumpiera.

“Llegué a pensar en el retiro, pero nunca me di por vencido; haber tenido dos lesiones en las Menores no es fácil. Trabajé duro para salir adelante, tuve mis altibajos, pero todo salió bien”, recordó González, vía telefónica desde Arlington, donde los Orioles disputaron serie contra los Rangers de Texas.

Boston no tuvo paciencia y lo dejó libre, con una maleta llena de sueños e ilusiones que ahora estaban a la deriva.

Regresó a México, a jugar con los Venados de Mazatlán, no se derrumbó y al contrario lucio más sólido desde la lomita. Los Orioles lo contrataron y en poco menos de dos meses se ha ganado el cariño de los aficionados, expertos y críticos del equipo; pero el tapatío se mantiene humilde y espera volver este invierno a Jalisco y poder presumir con sus familiares lo que se siente lanzar en los playoffs de las Grandes Ligas.

— ¿Por qué firmar con los Orioles?

— Siempre ha sido un reto, en los Orioles hay bastante talento, hay algunos que están arriba de mí, pero uno sigue trabajando para salir adelante y ya gracias a Dios, Baltimore me dio la oportunidad, empecé en extender y después de ahí, una semana y media después, me mandaron a AAA, a Norfolk, y un mes después me llamaron para Grandes Ligas y es un orgullo  y siempre me he esforzado para llegar al máximo.

— ¿Cómo tomaste el llamado a Grandes Ligas?

— Super orgulloso, contento, no me lo esperaba ya llegando a Toronto (donde jugó su primer partido), todavía no me lo imaginaba, creo que me tienen que pellizcar para darme cuenta que estoy aquí. Mi familia es la más importante de todo lo que ha pasado, de que me hayan dado la oportunidad los Orioles de estar en el equipo.

— La División Este de la Americana es quizá la más poderosa de las Mayores, están Yanquis, Boston, Tampa Bay y Toronto, ¿cómo enfrentar a tan potentes ofensivas?

— Me preparo igual que como me preparaba en las Menores, en México: tener mucha mentalidad, enfocado en cada pichada. Ya sabe uno lo que tiene que hacer, cuatro días antes de que vas a pichar, ése es mi trabajo; prepararme levantando pesas, correr; es un proceso y sé lo que tengo que hacer para prepararme para esos juegos difíciles. Comunicación, hay muchas pláticas con el coach de pitcheo, el receptor, vemos videos; en Grandes Ligas es mucho más fácil, tenemos todas las facilidades para estudiar al rival, para saber cómo picharle a tal bateador, tener un plan de juego.

— Tus estadísticas indican que te van mejor en ruta que cuando lanzas en casa, ¿te sientes más cómodo cuando no juegas en el Camden Yards?

— En toda mi carrera me ha ido mejor en la ruta que en casa, en las Menores, en México, en Grandes Ligas, se ha visto que en la gira me ha ido mejor. Se podría decir que me gusta la presión, estar en ambientes hostiles; en México, en los playoffs hay mucha presión, la gente se mete mucho en el juego, ahí me formé, aprendí mucho y capté mucha experiencia en la Liga Mexicana del Pacífico y he madurado bastante.

— Te catalogan como el “Arma secreta de Baltimore” o la “Nueva Joya”, ¿cómo tomas esos halagos?

— Es un orgullo, antes que nada agradecido con los Orioles de que me hayan dado la oportunidad de abrir juegos aquí de que hayan tenido fe en mí y de que me den la pelota cada cinco días, quién no quisiera estar aquí lanzándole a los Yanquis, Angelinos, a Boston, a Texas, a los Tigres, equipos poderosos; pero esos halagos me dejan sin palabras, es algo especial.

— ¿Para ustedes, es una sorpresa que los Orioles, tras 14 temporadas con récord negativo, estén peleando por entrar a la postemporada’.

— Este equipo está unido, nos llevamos muy bien todos, tratamos de hacer el trabajo, cada quien en su función. y nos echamos porras unos a los otros. Este equipo está hambriento, tiene ánimos de ganar todos los días; siempre hemos sido un equipo unido y por eso estamos en estas instancias peleando por el boleto a los playoffs y se ve ese buen ambiente en Baltimore.
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