Deportes
Una final que no prendió a los tapatíos
Al parecer, no hay muchos seguidores de los equipos finalistas en la ciudad
En el Centro Histórico los bares localizados en los andadores de Pedro Moreno y Morelos estuvieron cerrados. Un bar especializado en venta de alitas de pollo y cerveza americana ni siquiera encendió sus televisores.
En La Diábola, un bar con venta de comida a unos metros del Paraninfo, puso sus habituales pantallas gigantes y ni así se llenó.
En el Hotel Del Parque ni siquiera se molestaron en encender sus proyectores.
Tranquila, con muchas parejas en los camellones, y más gente en una heladería que en un botanero, la avenida Chapultepec de la colonia Americana es la prueba fiel de que este partido no funcionó para atraer comensales que hayan estirado la derrama económica de la semana.
“Es que hoy no es quincena, la gente ya se gastó lo que traía”, dice Ernesto Santamaría, quien se bebió un café en La Estación de Lulio, un lugar con 12 mesas ocupadas pero donde sólo cuatro de ellas le pusieron atención a las pantallas de plasma.
En La Nacional ni se enteraron que Santos le metió un gol a Monterrey en los primeros cinco minutos, no había televisores en el local. Y en El Bananas, el segundo piso tenía aún lugares para las personas que hubieran querido llegar a ver la final norteña que se suscitó en el torneo mexicano.
En la transmisión el tono de los comentaristas fue siempre emocionante y festivo. Gritos, sorpresas y comentarios chistosos. En las calles de Guadalajara el ambiente futbolero parece que se fue de vacaciones desde que Chivas, Atlas y Tecos no llegaron a la Liguilla.
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