Deportes

Un tritón de oro

El nadador Luis Andrade asegura que los sacrificios han sido muchos, pero las recompensas han sido inigualables

ZAPOPAN, JALISCO (17/NOV/2011).- Luis Andrade tiene una sonrisa tierna y unos ojos que muestran la inocencia y madurez de un joven que con tan sólo 16 años ha sido capaz de superar la adversidad y demostrar al mundo que una discapacidad no es un freno, sino el inició de un nuevo ciclo de vida.

A los seis años sufrió un accidente automovilístico que ocasionó que perdiera el brazo izquierdo, y que a su vez lo llevó a descubrir su más grande pasión, la natación.

"Inicié en la natación poco después del accidente, ya que era parte de mi terapia, pero me empezó a gustar mucho y comencé a entrenar todos los días, ya no lo tomaba como terapia, sino como gusto. A los 11 años fui a mi primer paralimpiada nacional, logre tres oros y rompí el récord nacional, yo tengo todos los récords nacionales de mi categoría", confesó orgulloso.

"En el 2009 me agarro el profesor Vélez y en fui al parapanamericano de Colombia y gané cinco oros, comencé a viajar y a ranquearme entre los mejores de América. Ahorita yo tengo el récord americano en mariposa y desde ahí se empezaron a dar las cosas".

El camino para el joven atleta no fue fácil, pues ha enfrentado diversos obstáculos como la falta de apoyo y la discriminación, sin embargo, su familia ha logrado que cumpla sus sueños. Su modelo a seguir es su madre, quien le inculcó el valor y le dio la fuerza para salir adelante.

"Ellos siempre han estado aquí, peleándose con los dirigentes del deporte por apoyo para las competencias, y aunque se les dificulte por el dinero, siempre están conmigo. Mi mamá ha sabido superar todo lo que se le presenta, empezando por mi discapacidad, el accidente que tuve, ha sido muy difícil de superar para toda mi familia".

Actualmente cursa el tercer semestre de preparatoria y su principal objetivo es lograr el boleto a Londres 2012, sin embargo no descarta la posibilidad de estudiar una carrera universitaria.

"Mi prioridad es la natación, quiero seguir aquí, aunque sé que no debo descuidar mucho la escuela. Me gustaría ir a estudiar a Estados Unidos en una escuela en donde pueda seguir en natación y convertirse en un entrenador, para enseñar a los niños este deporte", explicó.

Dedicación absoluta

Como cualquier joven de 16 años, a Luis le gusta divertirse y salir con sus amigos y novia, aunque sabe que para lograr el sueño olímpico debe seguir una estricta rutina, que a veces le es difícil cumplir.

"Lo que más me cuesta es despertarme en la mañana, tengo que levantarme a las cuatro y media para salir de mi casa porque a las cinco inicia mi entrenamiento; a las siete entro a la escuela y salgo a los dos y media de la escuela. Como lo que puedo porque entreno de nuevo a las tres y salgo como a las seis... ya cuando termino si me da tiempo hago la tarea por que no manches si es muy pesado", contó entre risas.

Los sacrificios han sido muchos, pero las recompensas han sido inigualables, los viajes, lugares y personas que ha conocido, asegura que han sido parte fundamental para convertirse en la persona que es.

"Lo mejor que me ha dejado la natación son las experiencias, he conocido a personas maravillosas en este deporte, que me han enseñado que como siempre lo he dicho, la discapacidad no se lleva a en el físico sino en el corazón. Las fotografías y los recuerdos más bonitos de mi vida son de la natación.

Por el momento Luis Andrade se concentra en su participación en los Juegos Parapanamericanos Guadalajara 2011, en donde espera sumar dos metales más a su cosecha de dos oros y tres platas, justa en donde asegura ha vivido los momentos más emocionantes de su carrera.
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