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Un equipo que intimida, Los Acereros de Pittsburgh
Ryan Clark propinó golpes escalofriantes a Willis McGahee y a Wes Welker. Hines Ward le fracturó el maxilar a Keith Rivers. Y James Farrior le dio duro a Derrick Ward
Los Acereros son uno de los equipos más duros en la NFL, y los Cardenales de Arizona entienden que deben estar preparados para un partido en el que deberán tener la mentalidad de “golpear o ser golpeados” si quieren ganar el Super Bowl.
La final de la Conferencia Americana entre los Cuervos y los Acereros fue quizá el duelo de mayor rudeza en toda la temporada, y los Cardenales saben lo que les espera.
“Definitivamente ellos son distintos”, dijo el linebacker de Arizona, Karlos Dansby. “Van con decisión al balón y juegan con mucha pasión, y es hermoso ver a un equipo tan apasionado. Uno admira esas jugadas, mira a la gente que llega, propina golpes duros y cambia el rumbo del partido”.
El juego rudo no comenzó en Pittsburgh con las épocas de los entrenadores Bill Cowher o Chuck Noll. Los Acereros dirigidos por Buddy Parker eran temibles por su duro golpeo a finales de la década de los 50 y comienzos del 60.
Pero aquellos equipos no cosecharon tantos triunfos como los de Noll y Cowher.
Los Acereros transformaron el golpeo en un arte durante los días en que su defensiva fue apodada la “Cortina de acero”, caracterizada por las embestidas de Jack Lambert, la dureza de Joe Greene, el bloqueo de Mike Webster y el castigo que Mel Blount infligía a los receptores en la línea.
“Por la forma en que ellos acarreaban el balón en la década de los 70 y por la manera en que ellos jugaban a la defensiva, no había otro camino que ser duro”, dijo el esquinero Deshea Townsend.
“Pittsburgh es una ciudad ruda, mucha gente fuerte vive en esa ciudad, así que uno tiene que formar parte de un equipo que se adapte a eso”.
Steve Breaston, receptor de los Cardenales, creció en Pittsburgh, y tiene muchas referencias sobre la forma de jugar de los Acereros.
Breaston, quien también devuelve patadas, desempeña una posición que exige más talento que fuerza, pero siempre ha tratado de que su familia se enorgullezca de él, al jugar también con rudeza.
“El futbol americano es de mucho contacto físico. Eso es lo que define a los Acereros”, dijo Breaston. “Miren a los linebackers, la defensiva secundaria y todo lo demás. Todos hacen jugadas y atacan al quarterback. Miren a (Troy) Polamalu volar por el campo, eso es Pittsburgh, hacen esas jugadas. Uno tiene que igualar eso o de lo contrario se irá desgastando”.
James Farrior, linebacker de los Acereros aprendió eso también, luego de mudarse de los Jets en el 2002. Le sorprendía la forma en que los aficionados recordaban los golpes duros incluso meses después de que habían ocurrido.
Los aficionados de Pittsburgh nacen “agitando la Toalla Terrible en sus manos”, dijo Farrior respecto de las toallas amarillas que ondean los aficionados para pedir “más crueldad” a su equipo.
Después de que el cornerback William Gay fue reclutado de la Universidad de Louisville, el año pasado, su tío le gritó unos segundos después: “¡Tienes que comenzar a golpear ahora!”.
“Es la percepción que se tiene sobre los Acereros”, afirmó William Gay, “saben seleccionar buenos jugadores, que arriesgarán el físico por los demás, por eso nos consideramos un grupo de hermanos”.
La frase
“Siempre hemos sido un equipo que le gusta intimidar al rival, que impide cualquier posibilidad de que tomen confianza en el partido”. Troy Polamalu Safety de Pittsburgh
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