Deportes
Tapatíos lloran la derrota del Rebaño
Tras perder ante el América, la Minerva quedó en el olvido y no hubo festejo
GUADALAJARA, JALISCO (15/MAY/2016).- La Minerva quedó en el olvido, no hubo festejo, por el contrario, la tristeza imperó en la Perla Tapatía con la derrota del Guadalajara a manos del odiado rival. Se esperaba que hubiera felicidad, presencia en el lugar habitual de reunión, sin embargo eso quedó lejos de la realidad. Los aficionados prefirieron apagar el televisor, dejar los bares y restaurantes y dirigirse a sus hogares a saborear el amargo sabor de la derrota.
Los bares en la Zona Metropolitana de Guadalajara se encontraban cerca de estar hasta el máximo cupo, la esperanza de victoria para Chivas estaba latente, sin embargo al finalizar los 90 minutos, los rostros cambiaron. Pasaron de ser rostros de felicidad, a nervios, coraje y finalmente tristeza y desolación.
En uno de los bares ubicado en Manuel Acuña y Pablo Cazals, Wingman Providencia, se vivió la felicidad, el grito de gol por parte del chiverío causó un estruendo, como si se tratara una sucursal del Estadio Azteca. Pero cayó el gol del empate y los que apoyaban al cuadro azulcrema no se hicieron esperar, el gol causó otro grito y las burlas llegaron, siempre en son de paz y total cordialidad, por supuesto, es un juego.
En el restaurante Cavanna, que se ubica en Avenida México, la afición era más selecta, niños y familias enteras estaban en el lugar, degustando sus platillos y observando con atención las pantallas, hasta que cayó el gol de Oribe Peralta. La felicidad por un lado, la tristeza y coraje del otro, daba muestra clara que se trataba de un Clásico.
"Ahora vamos por el título, ya dejamos fuera a las 'birrias', ahora vamos por todo, no importa quién nos toque, traemos equipo para ser campeones", dijo Alberto, quien acudió con su familia a comer.
EL INFORMADOR / JAVIER ROBLES
Los bares en la Zona Metropolitana de Guadalajara se encontraban cerca de estar hasta el máximo cupo, la esperanza de victoria para Chivas estaba latente, sin embargo al finalizar los 90 minutos, los rostros cambiaron. Pasaron de ser rostros de felicidad, a nervios, coraje y finalmente tristeza y desolación.
En uno de los bares ubicado en Manuel Acuña y Pablo Cazals, Wingman Providencia, se vivió la felicidad, el grito de gol por parte del chiverío causó un estruendo, como si se tratara una sucursal del Estadio Azteca. Pero cayó el gol del empate y los que apoyaban al cuadro azulcrema no se hicieron esperar, el gol causó otro grito y las burlas llegaron, siempre en son de paz y total cordialidad, por supuesto, es un juego.
En el restaurante Cavanna, que se ubica en Avenida México, la afición era más selecta, niños y familias enteras estaban en el lugar, degustando sus platillos y observando con atención las pantallas, hasta que cayó el gol de Oribe Peralta. La felicidad por un lado, la tristeza y coraje del otro, daba muestra clara que se trataba de un Clásico.
"Ahora vamos por el título, ya dejamos fuera a las 'birrias', ahora vamos por todo, no importa quién nos toque, traemos equipo para ser campeones", dijo Alberto, quien acudió con su familia a comer.
EL INFORMADOR / JAVIER ROBLES
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